lunes, 31 de octubre de 2011

Hoy invita la casa…


Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado (Lc 14, 12-13).
Jesús, a mí, lo que de verdad me cuesta, es dar de lo que estoy comiendo. En los recreos, algunos amigos y compañeros son como moscas, zumban a mi alrededor: —me das…—sólo un pedacito…—¡porfa…!, —no seas codo. Y algunas veces hasta llego a pelearme por no querer compartir. Jesús, ayúdame a ser más generoso, a ser como Tú.
u  ¿En qué otras situaciones no eres generoso? Mi comida, mis dulces, mi tiempo, mi amistad...
Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos, ciegos: dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos (Lc 14, 14).
Aquel chico fue sorprendido mientras se comía su almuerzo en el oratorio, muy cerca del Sagrario: —Pero niño, en el oratorio no se come… le dijo un profe —Es que Jesús es mi mejor amigo… ¡es el único que no me pide!, contestó el niño. Jesús, Tú sí que eres mi mejor amigo, el gran Amigo: siempre me invitas, y te das del todo; te como a besos en cada Comunión.
u  Hago el propósito de invitar a mis amigos para que me acompañen a Misa.
Propósito: invitar a muchos.

domingo, 30 de octubre de 2011

El que no “sirve”… no sirve para nada


El que se ensalce a sí mismo será humillado, y el que se humille a sí mismo será ensalzado (Mt 23,12).
Jesús, algunas veces he jugado contigo al escondite ¡eres un campeón! ¡Qué bien te escondes!: en el sagrario, en los demás. También hemos jugado al Antón Pirulero, al pilla pilla… Pero hoy quiero jugar contigo a la ruleta que siempre gana: todo el que pierde, gana: el mayor es el más pequeño, y el que quiera perder su vida la ganará. Es un juego sólo apto para niños porque los mayores siempre están hablando de dinero, quien manda más, quien gana más, quien gasta más... ¡Qué aburrimiento! ¿Cuándo se darán cuenta, de una vez por todas, que el que pierde gana?  
u  ¿Qué estoy dispuesto a perder: honra, prestigio… para ganarlo todo?
El mayor entre vosotros sea vuestro servidor (Mt 23,11).
Jesús, para ser como Tú tengo que servir, ayudar más en casa, recoger la habitación, sacar el lavaplatos, contar cuentos a mis hermanos pequeños... Cuando llego a casa por las tardes, encuentro a mamá sonriente, pero me doy cuenta que está cansada. La pobre no para de la mañana a la noche cuidándonos a todos. El propósito de este rato de oración va a ser ayudar más en casa, servir, para parecerme más a Ti
u  Dile a Jesús que servir es estupendo y terminas.
Propósito: jugar al escondite (¿o es el esconderite?).

sábado, 29 de octubre de 2011

Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón


Proponía a los invitados una parábola, al notar cómo iban eligiendo los primeros puestos, diciéndoles: cuando seas invitado por alguien a una boda, no te sientes en el primer puesto (Lc 14, 7-8).
Jesús, ¡qué cosas tienen las mamás! Fíjate, la mía dice que lo que más le gusta es la fruta pocha, la rabadilla del pollo y la cabeza del pescado. Yo, que la conozco desde mi más tierna infancia, empiezo a sospechar. Creo que lo hace, no por gusto, sino para que mis hermanos y yo comamos lo mejor. Iban eligiendo los primeros puestos… y el mejor sitio en el coche, y el sillón más cómodo y el plátano en el postre, y jugar de delantero para marcar goles… ¡Qué vergüenza, Jesús! 
u  Dile a Jesús que a la hora de elegir pensarás siempre en los demás.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido (Lc 14, 11).
Jesús, qué lejos están de Ti los creídos, los chulos, los perdona-vidas, los violentos, los dominantes, los tiranos, los… Jesús, qué cerca están de Ti los sencillos, los sinceros, los mansos, los humildes, los niños. Jesús, dame humildad pero que no me crea que soy humilde porque entonces la lío. Tú me entiendes.
u  Humildad es andar en Verdad. ¿Soy de verdad o doy el pego?
Propósito: no elegir lo mejor y ser super-humilde.

viernes, 28 de octubre de 2011

San Simón y San Judas Tadeo. Jesús, ¡cuenta conmigo!


En aquellos días salió al monte a orar y pasó toda la noche en oración a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y de entre ellos eligió a doce (Lc 6, 12-13).
No eran los más guapos, ni los más inteligentes, ni los más fuertes, ni los más valientes... Eran eso, los elegidos por Jesús para ser sus amigos. Llamó a los que Él quiso, (...) para que estuvieran con Él (Mc 3, 13-14). Jesús, a cada uno le llamaste por su nombre; quizá también me llamas.
u  Jesús ¿me necesitas? ¡Cuenta conmigo! ¡Quiero ser tu apóstol!
Simón, a quien también llamó Pedro, y a su hermano Andrés, a Santiago, a Juan, (…) a Santiago de Alfeo, a Simón, llamado Zelotes, a Judas de Santiago y a Judas Iscariote… (Lc 6, 14-16).
Hoy es la fiesta de dos de tus Apóstoles Simón, llamado Zelotes, y Judas de Santiago, los últimos de la lista. No tienen ni fiesta propia. Son los últimos del Colegio Apostólico y los pobres deben conformarse hasta con compartir celebración. Es como cuando se hacen equipos, te dejan para el final y te meten en un lote: y esos dos para ti... No destacaron por sus condiciones: Simón el Cananeo no abrió la boca en todo el Evangelio y a Judas Tadeo le tocó llevar el mismo nombre que el traidor. Eran talentos medios, muy normales, como yo. Pero el Señor al llamarlos, les transformó. Jesús, yo también soy un talento medio. Quiero ser tu apóstol.   
u  ¿Con quién estoy haciendo apostolado? 
Propósito: estar atento a la llamada esa.

jueves, 27 de octubre de 2011

La clueca reúne a los pollitos bajo sus alas


Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte» Él contestó: «Id a decirle a ese zorro: Hoy y mañana seguiré curando» (Lc 13, 31).
Jesús, y ahora… Herodes. ¡Era un tipo bruto! ¿Por qué permites que haya gente así? Por una frivolidad mandó degollar al Bautista, al ¡mayor nacido de mujer! Luego, en la Pasión se reirá de Ti, te ridiculizará vistiéndote con una túnica brillante, y toda su corte le seguirá la gracia. Es la carcajada cobarde de los miedosos. Le hizo muchas preguntas, pero Él nada le respondió (Lc 23,9). Tu silencio. Jesús, no puedes hablar ni con los frívolos, ni con los impuros, porque no pueden oírle. Antes tienen que limpiar su corazón.
u  Para escuchar a Jesús tengo que limpiar los conductos auditivos del alma. ¿Estoy bien confesado?
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a los pollitos bajo las alas! Pero no habéis querido! (Lc 13, 34).
Jesús, ahora como entonces, te duele en el alma, te quejas, por la indiferencia de los hombres. Engendré hijos y los encumbré; ellos sin embargo me despreciaron. El Buey reconoce a su dueño; y el asno el pesebre de su amo pero Israel no me ha reconocido ni mi pueblo me ha comprendido (Isaías 1,2). Jesús, yo quiero estar bajo tus alas siempre.
u  Lo que más duele es la indiferencia de los seres queridos. Reza por ellos.
Propósito: 3+2 todos los días.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Yo soy la puerta


Uno le preguntó: «Señor, ¿serán pocos los que se salven?» Jesús les dijo: «esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán» (Lc 13, 22-24).
Jesús, vaya pregunta más impertinente. Al que la hizo habría que darle el premio dundo de oro. Jesús, Tú has venido al mundo porque quieres que todos los hombres se salven (1 Tim 2,4), pero también cuentas con mi libertad: Muchos intentarán entrar y no podrán. Jesús, con tu ayuda yo quiero ser de esos que entran por la puerta estrecha.
u  Dile a Jesús que estás dispuesto a adelgazar para entrar por la estrecha. ¿Qué cosas te sobran?
Entrad por la puerta angosta, porque amplia es la puerta y ancho el camino que conduce a la perdición y son muchos los que entran por ella (Mt 7,13-14).
También nos lo cuenta San Mateo: junto a la puerta estrecha hay otra ancha que lleva a la perdición. Jesús, la única puerta que merece la pena eres Tú: Yo soy la puerta; si alguno entra a través de Mí, se salvará (Jn 10,9). Viviendo tu Vida en mi vida, a través de Ti, por la puerta estrecha.
u  Jesús, contigo entraré, en el Cielo como los toreros: por la puerta grande.
Propósito: adelgazar.

martes, 25 de octubre de 2011

¿Mostaza o Ketchup?


En aquel tiempo, Jesús decía: ¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma (Lc 13, 18).
Jesús, eso del grano de mostaza me suena a una hamburguesa con mostaza, queso y mucha salsa. Ya sabes lo mucho que me gustan las hamburguesas, sobre todo la whopper con papitas fritas ¡Me vuelven loco! El Reino de Dios (...) se parece a un grano de mostaza... Jesús, yo me imagino el Cielo como un gran Burger King, baratísimo, rodeado de las personas a las que más quiero: mis papás, mis amigos y sobre todo, contigo. ¡Qué bien se está contigo! ¡Qué nunca te deje!
u  Imagínate cómo es el Cielo.
Y añadió: –¿A qué compararé el Reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta (Lc 13, 21).
Y en el Cielo, además, tu Madre santísima, la Virgen Santísima, como es una gran repostera nos preparará postres exquisitos: Selva Negra, Cheesecake... Pedirá la colaboración de los bienaventurados (los santos) para hacer huesitos de santos, cabello de ángel... Jesús, ¡qué bien se estará contigo en el Cielo! Jesús, ¡qué bien se está contigo en la tierra!  
u  ¿Con quién vas hacer apostolado para que no se pierda ese banquete?
Propósito: ir al Cielo.

lunes, 24 de octubre de 2011

Los limpios de corazón verán a Dios


Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar (Lc 13,11).
¡Pobre mujer! ¡18 años así, sin poder mirar hacia arriba, sin poder mirar a Dios, al Cielo! Jesús, qué pena. Yo también encuentro gente, amigos, compañeros, que son como los cerditos, van siempre con la vista gacha mirando cochinadas, buscando porquerías en la tele, en revistas, en internet... Andan encorvados sin poder enderezarse. Quieren, pero no pueden. Pobrecitos. Aunque lo intentan no son capaces de mirar arriba, son esclavos de sus vicios, de sus desórdenes, quizá desde hace años.
u  Pide la virtud de la santa pureza para ti y para las personas queridas.
Al verla, Jesús la llamó y le dijo: –Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha.
Ella sola no podía. No lograba enderezarse. Necesitaba de la ayuda de Jesús, de su gracia. La santa pureza la da Dios cuando se pide con humildad (Camino 118). Jesús, cuando soy humilde, cuando me dejo ayudar, es cuando me enderezo. Es entonces cuando ya puedo mirar arriba y verte: Bienaventurados los limpios de corazón porque verán a Dios. Y yo Jesús, como esa mujer me acercaré a Ti en la penitencia. Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Amén y yo también.
u  Repite muchas veces: Dame, Señor, la santa pureza y terminas.
Propósito: no ser cerdito.

domingo, 23 de octubre de 2011

Con todo tu corazón, toda tu alma y todo tu ser


Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? (Mt 22, 34).
Jesús, estabas ahí, predicando en el Templo, cuando se te acercaron aquellos hombres con la torcida intención de ponerte una trampa. Les diste como respuesta lo que desde pequeñito te enseñaron a recitar por la mañana y por la tarde: Él le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Siempre me ha parecido un poco exagerado y difícil de cumplir este mandamiento. Jesús, te quiero mucho, pero no sé si con todo mi corazón, con toda mi alma y toda mi mente. Pero en el fondo reconozco que me cuesta quererte porque soy muy metido en lo mío, primero yo y luego los demás.
u  Sigue hablando con Jesús...
El segundo es semejante: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» Mt 21, 33-43).
Jesús, me parece que te voy entendiendo. Amando al prójimo y a los que me rodean, queriendo a mi familia, y a mis amigos y compañeros te estoy amando a Ti. Y como nos lo repite el profe de Reli que el querer bien a los demás es hacer apostolado con ellos. Jesús, que haga apostolado que me deje de teorías y me lance de una vez por todas.
u  Haz una lista de las personas con las que vas a hacer apostolado.
Propósito: Apostolado.

sábado, 22 de octubre de 2011

Un Dios que no se entiende, porque sabe más


Se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque acabaron así? (…) Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé» (Lc 13, 1-2.4).
Jesús, me da alegría comprobar que estabas al día. Aquello de la torre y lo de los galileos asesinados era el tema de conversación de todos. No estabas al margen de los acontecimientos de tus contemporáneos, como ahora tampoco estás al margen de lo que sucede: la liga del fútbol, la moda, el Google Plus, la crisis económica…
u  Comenta con Jesús la noticia del día, lo que más te haya impresionado; también puede ser de fútbol.
¿Pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no (Lc 13, 4).
Jesús, pero ¿Por qué existe el mal? ¿Por qué mueren niños inocentes? Si eres todopoderoso ¿Por qué no nos ahorras tanto sufrimiento, tanto dolor?... Es un misterio. La explicación debe ser parecida, digo yo, a cuando llevamos a mi hermano de un año al pediatra. Nada más ver la bata blanca se pone a llorar pues sabe lo que le espera: ¡otra vacuna! Por mucho que se lo explique, que el médico es bueno, patatín patatán, no lo entiende. No lo puede entender. ¿No será, Jesús, que de vez en cuando pones una vacuna?
u  Jesús, que no te eche la culpa de todo lo malo que pasa.
Propósito: Nunca reclamarle a Dios.

viernes, 21 de octubre de 2011

Al mal tiempo, buena cara


En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: –Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: «Chaparrón tenemos», y así sucede. Cuando sopla el sur decís: «Va a hacer bochorno», y lo hace (Lc 12, 54-55). 
Jesús, eres un experto, lo haces mejor que el Centro de Huracanes de Miami Jesús, también en mi alma la climatología es variable y según los días me encuentro con chaparrones, tormentas, a veces huracanes, otras veces tiempos de sequía, de aridez... ¡Tengo de todo! Los chaparrones son las lluvias de gracia que habitualmente me concedes: la paz, la alegría de saberme hijo de Dios, sentir tu cercanía. Pero cuando llegan las tormentas de las tentaciones o se desatan los huracanes de mis pasiones me asusto. ¿Por qué lo permites? ¿No me arrastrará la fuerza del viento? ¿No me perderé? Tampoco me gustan nada los tiempos de sequía y de aridez. Son momentos en los que mi alma está más seca que un polvorón y pienso que eso de rezar no vale para nada.
u  Dile: al mal tiempo buena cara y al buen tiempo, mejor cara.
Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? (Lc 12, 56). 
Jesús, perfecto Dios y perfecto Hombre. Eres el Hombre del tiempo, pero sobre todo también Dios del tiempo y en cada momento envías a mi alma lo que más le conviene, aunque yo no lo entienda.
u  Pídele que tu ánimo no dependa de la climatología interior.
Propósito: pues si llueve, mejor… ¡a por caracoles!

jueves, 20 de octubre de 2011

¡Fuego he venido a traer a la tierra!


Fuego he venido a traer a la tierra, ¿y qué quiero sino que se encienda? (Lc 12, 49).
San Josemaría al meditar estas palabras escribía: Aún resuena en el mundo aquel grito divino: «Fuego he venido a traer a la tierra, ¿y qué quiero sino que se encienda?» -Y ya ves: casi todo está apagado... ¿No te animas a propagar el incendio? (Camino 801). Jesús, qué pena. Sitios, familias, personas, donde antes ardía el Fuego de tu Amor... ahora están apagados, fríos o, lo que es peor, templaditos, entibiados. Ojalá fueras frío o caliente! Y así, porque eres tibio, y no caliente ni frío, voy a vomitarte de mi boca (Apoc 3, 16-17). Jesús que me entere de una vez: ser cristiano supone amar ardientemente a Dios Padre y a los demás, supone propagar el incendio.
u  ¿Estoy tibio?... Consulta Camino 331.
En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres. (...) Se dividirán el padre contra el hijo. (Lc 12, 52-53).
Jesús, nunca pensé que esto del 3+2 ó 2+3 fuera tan evangélico. Tres contra dos y dos contra tres... Ahora, ya sin bromas, te pido, Jesús, por mi familia. Cuando me entero de familias que se rompen sufro mucho y pienso en la mía. Jesús, que en mi familia nunca haya divisiones; que mis papás se quieran de verdad; que se sepan perdonar; que yo sea buen hijo, buen hermano; que también sepa perdonar.
u  Rezar a diario por mi familia. 
Propósito: Consultar nº 311 de Camino, por si acaso.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Soy Templo del Espíritu Santo


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: –Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete (Lc 12, 39-48).
Mi alma es una casa, pero no es una casa cualquiera, es el Templo del Espíritu Santo. Jesús, que además de habitante eres el arquitecto y el decorador; has enriquecido mi alma con la Fe, con preciosas colecciones de virtudes, con los dones del Espíritu Santo... Los ladrones, que lo saben, merodean por los alrededores buscando por dónde entrar. Lo intentan a través de los ojos por medio de imágenes sucias; a través de los oídos cuando admito críticas; a través de la boca cuando hablo mal de alguien. Lo intentan pero no lo consiguen, porque el dueño de la casa está vigilante. Jesús, nunca robarán lo que te pertenece.
u  La mejor compañía de seguridad: tu Ángel Custodio. Háblale.
Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá (Lc 12,48).
Vida, salud, familia, mp3, abuelos, colegio, Play Station, dos piernas, amigos, regate, mi perro, simpatía, tu Madre Santísima... tantas cosas. Jesús, me has dado tantas cosas solo por mi cara bonita, hasta la cara bonita. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá. Y yo ¿qué te doy? Mi ratito de oración, mi tiempo de estudio, mi ayudar en casa... ¿Qué más, Jesús? ¿Qué más te puedo dar? 
u  Pregunta a Jesús que más le puedes dar…
Propósito: Rezar la oración al Ángel de la Guarda.

martes, 18 de octubre de 2011

San Lucas. María guardaba estas cosas en su corazón


Ya que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares (Lc 1,1-3).   
Jesús, San Lucas es un ¡crack! Es un hombre concienzudo, acostumbrado a ir hasta el fondo de las cuestiones. No en vano es médico, el Médico amado le llama cariñosamente San Pablo. Sus historias clínicas debían ser exhaustivas: ¿Alergias? ¿Ha tenido rubeola?... Pero sobre todo Lucas es el Evangelista de la Infancia de Jesús. Seguro que pasó largas horas escuchando a la mejor testigo ocular, María: —¿Y cómo fue lo del Ángel?... ¿Y entonces qué te dijo tu prima?... ¿Y lo de los Magos?... ¿Y qué es lo que guardabas en tu corazón? …
u  Como Lucas haz tú una entrevista a María: ¡cuéntamelo todo!
Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido (Lc 5, 20).
Venga Pe-Lucas, le diría la Virgen, deja de comprobarlo todo exactamente y com-prueba lo rico que me ha salido el bizcocho. A ver, ¿qué te ha inspirado hoy el Espíritu Santo? Y el listo de Lucas leyó: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo… (Lc 1, 28). Y Ella se volvió a turbar al oír esas palabras.
u  Recuerda a María los momentos bonitos de su vida y terminas.
Propósito: Felicitar a todos los doctores que conozco.

lunes, 17 de octubre de 2011

Donde está tu tesoro allí estará tu corazón


Un hombre rico tuvo una gran cosecha. (...) Y se dijo a sí mismo: «Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años: túmbate, come, bebe y date buena vida» (Lc 12, 16.19).
Jesús, el papá de un amigo tiene un carrazo, un BMW último modelo y full equipo. Me cuentan que cuando lo lava utiliza botellas de agua mineral para, dice él, no rayar la pintura. Creo que esta obsesionado. Lo que en fondo le pasa es que en él se cumple aquello de Donde está tu tesoro allí estará tu corazón. Por eso me recuerda al hombre de la parábola. Se ha hecho esclavo de sus bienes y aunque se diga Túmbate, come, bebe y date buena vida, no es capaz pues siempre querrá tener más y más y más…
u  No dejarme esclavizar por los videojuegos, internet, etc.
Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?» Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios (Lc 12, 20).
Como aquella señora sorda que preguntó en el funeral si el difunto había dejado mucho... —Todo, señora; lo ha dejado todo. Y entonces ¿de qué sirve acumular tantas riquezas? Jesús, solo merece la pena invertir en Bonos del Tesoro, pero del Tesoro en el Reino de los Cielos Amontonad en cambio tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre corroen, y donde los ladrones no socavan ni roban. Porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón (Mt 6, 20-21). ¡Merece la pena!
u  Jesús, te nombro mi asesor financiero. ¡Máxima rentabilidad!
Propósito: No ser esclavo de nada.

domingo, 16 de octubre de 2011

Queremos ver a Jesús


Le presentaron un denario. Él les preguntó «¿De quién son esta cara y esta inscripción?» Le respondieron: «Del César» (Mt 22, 15-21).
A veces, al encontrarme con alguien me viene a la cabeza: —¿Pero dónde he visto antes esa nariz? ¿Aquella sonrisa? ¿Ese gesto?... Son rasgos que identifican a una familia: ¿No serás hijo de…? ¿Hermano de…? De los parecidos se sacan parentescos. ¿De quién son esta cara y esta inscripción? Jesús, me miro al espejo y pienso: Soy Hijo de Dios; estoy hecho a su imagen y semejanza; soy otro Cristo, el mismo Cristo. Jesús, ayúdame a no dar gato por liebre, que sepa reflejar tu luz y tu imagen a los que me rodean Queremos ver a Jesús (Jn 12,21).
u  Jesús, aunque soy bastante cara-dura y testarudo quiero reflejar siempre tu rostro.
Y nosotros, que llevamos la cara descubierta, reflejamos la Gloria del Señor y nos vamos transformando en su imagen con resplandor creciente; así es como actúa el Señor (2 Cor 3,15-4.1).
Se cuenta la historia de un escultor, Gregorio Fernández, al que le encargaron un Cristo yacente. Para tallar el cuerpo no tuvo especial dificultad pero cuando quiso esculpir el rostro fue incapaz. Entonces se puso a rezar y a hacer penitencia, y al final lo consiguió acertadamente. Parece ser que un día se le apareció el mismo Cristo que le preguntó: —¿Dónde me viste que tan bien me retrataste? En mi corazón Señor contesto el artista.
u  Buscar el rostro de Cristo en mi corazón y esculpirlo en mi vida.
Propósito: Hacer bien todos los días el 3+2.

sábado, 15 de octubre de 2011

Santa Teresa. Determinada determinación


Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla (Mt, 11,25-26).
Jesús, hoy celebramos a una gran Santa: Teresa de Ti, Tu Teresa; Santa Teresa de Ávila o mejor, Santa Teresa de Jesús, que me gusta más. Es por aquella aparición que tuvo al pie de las escaleras del Convento de la Encarnación. Bajaba la Santa y se encontró con un niño pequeño le pregunta —¿Tú quien eres?; Yo Teresa de Jesús. —¿Y tú?; Yo Jesús de Teresa.
u  Dile a Jesús que tú también, como Sta. Teresa, quieres ser suyo.
Sí, Padre, así te ha parecido mejor (Mt, 11,26).
De la boca de los niños y de los santos salen grandes verdades y Santa Teresa tenía una boca grande: —Importa mucho, y el todo, una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabájese lo que se trabajare, murmure quien murmurare, siquiera llegue allá, siquiera se muera en el camino o no tenga corazón para los trabajos que hay en él, siquiera se hunda el mundo, como muchas veces acaece con decirnos: «hay peligros», «fulana por aquí se perdió», «el otro se engañó», «el otro, que rezaba mucho, cayó», «hacen daño a la virtud», «no es para mujeres, que les podrán venir ilusiones», «mejor será que hilen», «no han menester esas delicadeces», «basta el Paternóster y Avemaría» (Camino de perfección, cap. 21, 2).
u  Lee despacio el texto de Santa Teresa.
Propósito: hacerme amigo de Santa Teresa.

viernes, 14 de octubre de 2011

No tengáis miedo


A vosotros, amigos míos, os digo: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer nada más (Lc 12, 4).
Jesús, a mí, lo que más miedo me da, son las arañas, los tiburones, los perros grandes y la oscuridad. Me pasa como aquel niño pequeño al que preguntan: —¿Ya rezas?;— Sí, por la noche. —¿Y por la mañana no?— No; por la mañana no tengo miedo... También me da miedo perder el bus de la escuela, perder a los amigos, una clase… Reconozco que soy bastante miedoso. Dice mi mamá que cuando era niño, ella sabía que tenía miedo cuando me agarraba fuerte de su mano. Jesús, Tú también has sentido miedo, en el Huerto de los Olivos sentías aquella angustia, aquel miedo tan terrible, entonces acudiste a tu Padre: ¡Abba, Padre! Le llamabas papá, papaíto y se te pasó el miedo.
u  ¿Te da miedo la voluntad de Dios?
¡Soy yo, no tengáis miedo! (Mc 6, 46).
Jesús, perdona la tontería, pero a veces… te tengo miedo. Me pasa como a los apóstoles en medio de la tormenta del lago cuando caminabas sobre el agua. Te confundieron con un fantasma y se pusieron a gritar. Por eso nos dice el Papa: —¡No tengáis miedo de Cristo! ¡Él no quita nada y lo da todo! ¿Te imaginas un hambriento con miedo a comer, o un sediento con miedo a beber, o un enfermo con miedo a tomar la medicina? Jesús, ¡que no tenga miedo!, ¡qué sólo tenga miedo a perderte!
u  Pídele horror al pecado mortal.
Propósito: ser más valiente. 

jueves, 13 de octubre de 2011

Las llaves del saber


¡Ay de vosotros, que edificáis los sepulcros de los profetas, después que vuestros padres los mataron! (Lc 11, 47).
Jesús, menudas lindezas les decías a tus contemporáneos. No te dejabas llevar por lo políticamente correcto. Me contaron cuando Juan Pablo II, al poco de ser elegido Papa, viajó a París. Tenía previsto recibir a un grupo multitudinario de jóvenes. Allí estaban también obispos, cardenales, etc. Después de los aplausos iniciales, el Papa empezó un discurso, con la voz que tenía entonces… En un momento dado, sin venir a cuento los jóvenes le interrumpieron con voces y aplausos: —¡Viva el Papa! El Santo Padre les cortó con fuerza: —¡Basta! ¡Callaos! Se hizo un silencio increíble. En voz baja un obispo murmuró: —Esto es el fin. Después, todos, rompieron en una carcajada imponente, una carcajada liberadora, a la que siguieron nuevos aplausos. Desde 1968 nadie había osado, ni en privado ni en público, decir no, hacer callar a los jóvenes. Aquellos chicos se percataron que el Papa nada tenía que ver con la superficialidad a la que estaban acostumbrados.
u  Jesús, ayúdame a ser políticamente incorrecto y a dejarme exigir.
¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os habéis quedado con las llaves del saber! (Lc 11, 52).
Jesús, a veces me dejo llevar por lo que dicen los demás. Y en otras ocasiones me da pena defender a Dios, a la Iglesia, al Papa, etc. O bien no tengo el valor de cortar una conversación sucia.
u  Sigue contándole a Jesús cuando te entra miedo.
Propósito: Dar la cara.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Nuestra Señora del Pilar. Virgen del Pilar, ruega por nosotros


El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.
Cuando los Apóstoles se repartieron el mundo entonces conocido, al Apóstol Santiago le tocó en suerte el sitio más lejano, el fin del mundo: Finis Terrae. Pobre Apóstol, desanimado, lloroso, repetía a orillas del río Ebro: —¡Qué brutos son los hispanos, pero qué brutos…! No hay manera; si lo sé, no vengo. Y en esto, recibe la visita de la Virgen, que encima de un pilar, de una columna —la Virgen del Pilar—, le anima: —Hijo del Trueno, sigue, no te canses de mis hijos hispanos; que lo que tienen de brutos lo tienen de buenos. Y por eso estamos aquí tú y yo, muy brutos, pero en el fondo muy buenos.
u  Dale las gracias al Apóstol y proponte ser algo menos bruto.
Pero Él replicó: Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan (Lc 11, 27-28).
Hoy, fiesta de la Virgen del Pilar, se ha organizado un concurso Open de piropos a nuestra Madre. El 1º participante es el mismísimo Arcángel San Gabriel: Llena eres de Gracia, el Señor es contigo (Bastante bien). Sta. Isabel: Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre (Muy bien). Pero el ganador es Jesús: Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan.
u  Participa en el Open, por el 2º premio con tus piropos.
Propósito: Guapetona, Bombón, Madre mía, Madre de Dios…

martes, 11 de octubre de 2011

Tú eres el Hijo de Dios


Cierto fariseo le rogó que comiera en su casa. El fariseo se quedó extrañado al ver que Jesús no se había lavado antes de la comida (Lc 11,38)
Aquel hombre, el fariseo, aunque le invitara a comer no podía ser amigo de Jesús. Se dejó llevar por las apariencias, por las primeras impresiones y por la crítica. Pero lo peor era que juzgaba las intenciones, era falso, retorcido. El apóstol Bartolomé, alias Natanael, también se dejó llevar por las primeras impresiones: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? (Jn 1,46). Pero no era tan retorcido, ni complicado interiormente. Reconoció su error y así se ganó los elogios de Jesús: Aquí tenéis un verdadero israelita en quien no hay doblez (Jn 1, 47). Jesús, yo, ¿cómo soy por dentro? ¿Tengo doblez? ¿Por qué a veces juzgo tanto? Jesús, ayúdame a no ser falso, hipócrita, murmurador, a saber rectificar como Natanael.   
u  ¿Me dejo llevar por las primeras impresiones?
El Señor le dijo: Así que vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, pero vuestro interior está lleno de rapiña (Lc 11,39)
Jesús, que bien conoces los corazones, no te quedas en las apariencias. Le contestó Natanael: ¿De qué me conoces? Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi (Jn 1,48). Jesús, me ves y te llenas de alegría porque encuentras un corazón sin maldad.
u  Invita a Jesús a conocer tu corazón.
Propósito: Decir no a las críticas. 

lunes, 10 de octubre de 2011

De perdidos al río… al retiro


Habiéndose reunido una gran muchedumbre, comenzó a decir: Esta generación es una generación perversa; busca una señal y no se le dará otra sino la señal de Jonás (Lc 11, 29-32). 
Jesús, qué bonita la historia de tu gran amigo Jonás. Era lo que ahora llamamos un profeta menor, no por la altura, ni por peso, sino porque escribió poco. El caso es que escapando de cumplir la voluntad de Dios, —como yo, a veces— fue engullido por un pez enorme. Allí dentro, un sitio calentito, tranquilo, silencioso hizo su curso de retiro de 3 días. Se dio cuenta de lo mucho que Dios le quería. Volvió cambiado, irreconocible, feliz. Se puso a hacer apostolado y convirtió a toda la ciudad de Nínive. Jesús que yo sea valiente y cumpla tu voluntad.
u  A propósito… ¿qué me está pidiendo Dios?
La Reina del Mediodía se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los extremos de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón (Lc 11, 29-32).
La Reina de Saba y Salomón y los Reyes Magos y Moisés y los once hermanos de José, y la Burra de Balaám, y Noé y la hija de Jairo y Abrahám y Jonás y la Magdalena, y… tantos personajes bíblicos, me tienen envidia por poderte recibir en la Eucaristía, Jesús mío. ¿Me doy cuenta? ¿Lo aprovecho? ¿Lo valoro? Santa María, ayúdame a amar con locura la Eucaristía
u  Reza despacito una Comunión Espiritual.
Propósito: Acostarme rezando la Comunión Espiritual.

domingo, 9 de octubre de 2011

Tengo preparado el banquete


El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados (Mt 22,1-3).   
Jesús, me gusta que compares la bienaventuranza eterna con un banquete. —¿Cómo será el Cielo? Pues como una Banquete de bodas, o una Cena de Navidad, en la que las almas podremos saciarnos de felicidad. Fíjate: si nos da tanta alegría estar en la tierra rodeados de gente querida, primos, abuelos, hermanos, alrededor de una mesa repleta de cosas ricas, ¡imagínate lo que será el Cielo! Allí te reconoceremos después de tantos ratos de oración y podremos contemplar y gozar de tu Rostro, hablaremos con tu madre la Virgen, con San José, con los ángeles y los santos.
u  Dile a Jesús que te reserve sitio entre los invitados. ¿Se podrá repetir?
Está preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto, venid a la boda. Los convidados no hicieron caso.
Jesús, que barbaridad eso de que los convidados no hicieron caso. A todos nos has invitado a ir contigo, pero no todos quieren. Así, el Cielo es para los que buscándote son felices en la tierra. Ya en esta vida, estando cerca de Ti, es un medio Cielo. Y el Infierno es para aquellos que no han querido hablar contigo en la tierra. No os conozco (Mt 25,12) nunca me habéis hablado. Jesús, tú no condenas a nadie ¡si eres más bueno que el pan! Somos cada uno los que decidimos qué hacer con nuestra vida y Tu respetas la libertad.
u  Recuerda a María aquello de: ahora y en la hora de mi muerte.
Propósito: ser feliz en la tierra y en el cielo.

sábado, 8 de octubre de 2011

Habla, Señor. Tu siervo escucha


Pero Él replicó: Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan (Lc 11, 28).
Jesús, me río cuando en la radio ahora dicen eso de radio-escuchantes y ya no usan el término radio-oyentes. Quizá se han dado cuenta de que una cosa es escuchar, poner atención, y otra oír, que es más pasivo: por un oído me entra y por otro me sale. Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios. Y, yo, Jesús en la oración ¿qué hago? ¿Te oigo o te escucho?. Tú, Jesús, me dices las cosas claras, a veces muy claras, clarísimas, demasiado claras, pero… no me doy por enterado. No hay peor sordo que el que no quiere escuchar. ¡Abuelo el audífono! Voy a ponerme un audífono en el alma para escucharte siempre.
u  Dile a Jesús que quieres ser oración-escuchante y no oración-oyente.
María guardaba todas estas cosas ponderándolas en su corazón (Lc 2,19).
Tras encontrar al Niño perdido tres días en el Templo de Jerusalén, Su Madre guardaba todas estas cosas en su corazón (Lc 11, 51). Nuestra Madre no sólo escucha la palabra de Dios, sino que también la atesoraba, la guardaba: Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan (Lc 11, 28). Escuchar, guardar, atesorar, acaudalar, considerar, custodiar, meditar, rumiar, masticar…lo que Jesús me diga.
u  Dile también a Jesús que quieres enriquecerte, atesorar sus palabras.
Propósito: oración-escuchante.