viernes, 30 de noviembre de 2012

San Andrés. Empieza la Novena a la Inmaculada


Pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano             (Mt 4, 18).
Jesús, hoy es la fiesta de uno de tus grandes amigos: San Andrés, el hermano pequeño de Pedro. Fue a orillas del Jordán donde te hizo aquella pregunta interesada: Maestro, ¿dónde vives? (Jn 1, 38). Quizá entonces le dijiste en broma: Por tu interés te quiero Andrés, y añadiste Venid y veréis (Jn 1, 39). Estaba claro. Querían que les invitaras a merendar pan con chocolates y pastel de dátiles, especialidad de tu Madre. Y permanecieron con Él aquel día. Era como la hora décima (Jn 1, 39). Y se quedaron hasta las tantas, tan a gusto se encontraban.
·         Pregúntale a Jesús si te quiere llamar como apóstol. No seas miedoso.
Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando la red en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: –«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres» (Mt 4, 18-19).
El colmo. Los pescadores fueron pescados. Todo comenzó por una merienda a orillas del río Jordán. Andrés fue tratando a Jesús, a su Madre, se fue haciendo cada vez más amigo hasta que llegó un momento en que decidió cambiar de patrón y de mar. En vez de anchoas del mar de Galilea se decidió por pescar almas y almejas (pequeñas almas) en el mar del mundo para Jesús, su nuevo Patrón.
·         Habla con Santa María y pídele que te ayude a hacer mucho apostolado en estos días de la Novena.
Propósito: pescar.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Bienvenido, Jesús


Habrá signos en el sol y en la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo (Lc 21, 23).
Jesús, cuando llegue el fin del mundo será un espectáculo impresionante. Sobre todo eso de las gentes enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. No sé si lo veré en vivo y en directo, o ya desde el Cielo, pero no me lo pienso perder. En el fondo me da un poco lo mismo, pues cuando se está contigo aquí en la tierra lo del fin del mundo no deja de ser un mero trámite. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación (Lc 21, 28). Cuando llegue, levantaré la cabeza para recibirte glorioso, con la mejor de mis sonrisas: ¡Bienvenido de nuevo, Jesús!
·         Sin agobios, piensa si estás bien preparado para la 2ª venida de Jesús.
Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, la luna a sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas (Ap 12, 1).
Jesús, ya está a punto de comenzar la Novena a la Inmaculada, para esa gran fiesta de la Virgen. En tu segunda venida sabemos que no vendrás solo, te traerás a tu Madre, bien rodeada también de efectos especiales: sol, luna, estrellas… ¿también con rugir de olas? COOL.
·         Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que acudimos a Ti
Propósito: estar preparado para la 2ª venida.  

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Sin que me falte un pelo


Os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel (...) por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio. (...) Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá (cfr. Lc 21, 12-19).
Jesús, tu preocupación por la caída del cabello me conmueve y me tranquiliza. No porque me dé miedo quedarme pelón, sino porque es señal de que nada pasa sin que Tú lo permitas. Jesús, se ríen de mí cuando digo que voy a Misa o que me confieso. Pero lo que más me duele es que, a veces, son precisamente los de mi familia, los que más se burlan. Se cumplen tus palabras: Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán. Jesús, aunque no lo entiendo, todo esto lo permites por un motivo: así tendréis ocasión de dar testimonio de Mí. Seré tu testigo. ¡Cuenta conmigo! 
·         Jesús necesita testigo creíbles ¿Lo soy? ¿Soy creíble o increíble?
Yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro (Lc 21, 14-15).
Decía un ateo: mostradme el rostro de cristianos alegres y entonces creeré en el Dios de la Alegría. Jesús, será mi alegría, mi vida coherente, el perdonar, el ayudar a todos, lo que dará a gritos un testimonio silencioso de Ti. Jesús, perdona, y de la caída del pelo, ¿qué es lo que lo detiene? Me miras riéndote y me dices: ¡el suelo, tontorrón!
·         Dile que quieres ser santo sin que te falte un pelo.
Propósito: mostrar rostro alegre.  

martes, 27 de noviembre de 2012

La Belleza es el resplandor de la Verdad


En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del Templo, por la calidad de la piedra y los exvotos (Lc 21, 5).
Jesús, el año pasado tu amigo el Papa Benedicto XVI consagró en Barcelona el templo de la Sagrada Familia, que es una auténtica maravilla. Gaudí, el arquitecto, otro amigo tuyo, decía que: la Belleza es el resplandor de la Verdad. Jesús, cuando salgo por la calle aprecio mucha Belleza en las personas que me encuentro. También ellas, aunque no lo sepan, aunque no lo valoren, son Templos del Espíritu Santo que habita en sus almas. Son imágenes de Dios y su belleza manifiesta el resplandor de tu Verdad. Los discípulos ponderaban la belleza del Templo, por la calidad de la piedra. Jesús, como ni yo ni las personas que trato somos de piedra, ayúdame a respetar todos tus templos.
·         ¿Cómo es mi mirada? ¿Quita dignidad? ¿Respeta a los demás?
Cuidado con que nadie os engañe (Lc 21, 8).
¡Pero si,… ahora sí que se puede…! ¡Antes no se podía pero ahora sí!... Que sí, que se lo dijo una vez un cura a una amiga mía... Porque vendrán muchos en mi nombre (Lc 21, 8). ¡Es que no quiero ser el raro del grupo…! Si todo el mundo lo hace, además lo nuestro va en serio… nos queremos. Que nadie os engañe. Jesús, que no me engañe a mí mismo, que es de tontos. 
·         Dile a Jesús: a veces puedo parecer malo, pero nunca tonto. 
Propósito: no dejarme engañar.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Dale tú lo que le puedas dar


Alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el cepillo del Templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedas pequeñas (Lc 21, 1-2).
Jesús, este pasaje ya había salido en este mes. Y me acuerdo de haber estado hablando contigo sobre la generosidad. En este Año de la Fe, el Papa Benedicto XVI quiere que vivamos, conozcamos y comuniquemos la Fe a los demás. Esto lo sé porque me lo han repetido tantas veces hasta que me lo aprendí de memoria. Y a mí me hace falta la generosidad, Jesús, para vivir mis propósitos, leer al menos el Compendio y para hacer apostolado. ¡Auméntame la Fe!
·         Sigue por tu cuenta pidiéndole la Fe a Jesús para ser generoso.
Alzando Jesús los ojos (Lc 21, 1)
Aprender a ver con tus ojos, así se puede resumir el tener Fe. Jesús, a mi eso me cuesta mucho. A veces veo las cosas sólo desde mi punto de vista. Por eso, me dicen que soy un poco terco ya que no me doy cuenta de lo que los otros ven. Ahora bien, ver desde tu mirada y querer con tu Corazón eso si que me supera. ¡Auméntame la Fe! Como San Josemaría te digo: que yo vea con tus ojos Cristo mío, Jesús de mi alma.
·         Repite varias veces esa oración de San Josemaría diciéndola de verdad.
Propósito: seguir pidiendo la Fe.


domingo, 25 de noviembre de 2012

Cristo Rey.¡Queremos que reines sobre nosotros!


Pilato le dijo: – «Conque, ¿tú eres rey?» Jesús le contestó: – «Tú lo dices: soy rey (…) Y los soldados se acercaban a Él y le decían: Salve, Rey de los judíos. Y le daban bofetadas (Jn 18, 37. 19, 2).
Jesús, quiero que Tú seas mi Rey, mi soberano. Hasta ahora el reyezuelo que te ha quitado el trono, que me tiraniza, ha sido mi pereza, el egoísmo, la impureza. Jesús, no solo esto, sino que además esclavizo a los demás como le sucedía al personaje del Principito: ¡Ah! He aquí un súbdito, exclamó el rey cuando vio al Principito. Y el Principito se preguntó: ¿Cómo puede reconocerme si nunca me ha visto antes? No sabía que para los reyes el mundo está muy simplificado: Todos los hombres son súbditos. Jesús, ayúdame a derrocar al tirano de mi yo. Quiero que Tú seas mi REY.
·         Dile que liberarás a todos tus esclavos: tu mamá, hermanos, amigos…
Portones, ¡alzad los dinteles! Que se alcen las puertas eternas, va a entrar el Rey de la Gloria (Salmo 23).
Jesús, ¡Quiero que reines en mi vida, en mis pensamientos, en mi corazón!. ¿Quieres ser mi Rey? Pero de verdad, no como los reyes de los naipes. Y me respondes: Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo (Jn 18, 37). En la fiesta de hoy Cristo Rey, Jesús: ¿en qué lugar de mi vida todavía no te dejo reinar? Jesús, yo sí quiero que seas: mi Rey, mi Alma, mi Dios, mi Único, mi Todo...
·         ¿Qué significa coronar a Cristo en mi alma?
Propósito: no ser republicano (en la vida interior).

sábado, 24 de noviembre de 2012

Porque para Él todos están vivos


No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para Él todos están vivos (Lc 20, 38).
Mis buenas amigas las Ánimas Benditas del Purgatorio están vivitas y coleando porque para Él todos están vivos. Este mes tienen que estar bien contentas porque llevo un montón de sufragios ofrecidos: Misas, Rosarios, Via Crucis... Si cada día saco por lo menos 1 del pozo y llevamos ya 24 días, si las matemáticas no me fallan ya he rescatado ¡24 ánimas! No está nada mal para un tipo como yo. Pero lo mejor es que van como cohetes directamente al Cielo. Ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios (Lc 20, 36). Y desde allá arriba recibiré alguna ayudita. Por lo menos eso espero ¿No?
·         Piensa en los difuntos de tu familia que pueden necesitar tus oraciones
Y no se atrevían a hacerle más preguntas (Lc 20, 40).
De pequeño era famoso por las preguntas tan impertinentes que hacía. Mi abuela se reía mucho y decía que cuando creciera iba a ser detective. ¡Lo quería saber todo!: ¿Y por qué…? Bueno, Jesús, yo no soy como los atontados de tus discípulos. Prepárate que te voy a fusilar a preguntas: —¿Por qué es tan guapa tu Madre? —¿Por qué me quieres tanto? —¿Por qué matan a los niños antes de nacer? —¿Por qué hay guerras? —¿Por qué no saco más almas del Purgatorio? —¿Por qué no dejo de preguntarte?  
·         Termina la oración haciendo preguntas impertinentes a Jesús.
Propósito: vaciar el Purgatorio.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Mi casa es casa de oración, no cueva de ladrones


Entró Jesús en el Templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: Escrito está: «Mi casa es casa de oración» y vosotros la habéis convertido en una «cueva de ladrones» (Lc 19, 45-46).
Jesús, entras en el Templo de Jerusalén, y te lo encuentras todo lleno de suciedad, de animales y vendedores. Han convertido la casa de tu Padre en una cueva peor que la de Alí Babá y los Cuarenta ladrones. Esta escena me recuerda que mi alma en gracia es Templo del Espíritu Santo y, por tanto, es también Casa del Padre y tuya. ¿Cómo cuido mi alma? ¿Está llena de animales, de vicios, de suciedad? Jesús, cada vez que comulgo, cada vez que entras en el templo de mi alma ¡qué vergüenza y qué pena, si no está lo suficientemente limpia! ¡Ayúdame!
·         Dile a Jesús que no quieres que tu alma sea una cueva de ladrones.
El celo de tu casa me consume (Jn 13, 16).
Jesús, entras con el látigo El celo de tu casa me consume. A veces yo también tengo que entrar en mi alma, que es tu templo, con el látigo a lo Indiana Jones. He de cortar por lo sano con modos de vivir, con vicios adquiridos, con la impureza, con algún ambiente… He de entrar con el látigo contra la tibieza, que me hace flojo en la lucha por ser santo, y decir ¡basta! Quiero hacer de mi alma un lugar en el que estés a gusto: limpio, generoso, lleno de cariño y de amor. 
·         Hacer de Indiana Jones en mi alma.
Propósito: Echar a Alí Babá y llamar a Indiana Jones.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Y tanto como a Lázaro, te quiere a ti


Y cuando se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella (Lc 19, 41).
Jesús, pero cómo, ¿Tú también lloras?; ¿cómo es posible? ¡Si eres Dios! Sin embargo, me parece que no es la primera vez —eres reincidente como dice el director del colegio—, también lloraste por tu gran amigo Lázaro. Jesús se estremeció en su interior, se conmovió y (…) comenzó a llorar. Decían entonces los judíos: Mirad cómo le amaba (Jn 11, 33-35). San Josemaría escribió: Jesús es tu amigo. —El Amigo. —Con corazón de carne, como el tuyo. —Con ojos, de mirar amabilísimo, que lloraron por Lázaro... Y tanto como a Lázaro, te quiere a ti (Camino 422).
·         Dile a Jesús que por nada del mundo quieres hacerle llorar.
Lloró sobre ella, diciendo: ¡Si conocieras también tú en este día lo que te lleva a la paz!; sin embargo, ahora está oculto a tus ojos (…) porque no has conocido el tiempo de la visita que se te ha hecho (Lc 12, 20).
Jesús, lo que más te duele de los hombres, de mí, lo que más te hace llorar es la ingratitud, la ceguera. Jesús, quieres traer la paz, la alegría a mi corazón y yo me empeño en no verte, en hacerme el ruso, como que no te veo. Jesús, visitas mi alma en la Comunión, en la Confesión, cuando hago un rato de oración. Jesús, ¡que te sepa reconocer! Auméntame la Fe.
·         Termina diciendo que sólo le vas a hacer llorar de risa, de alegría.
Propósito: hacer llorar a Jesús… pero de risa: mucho apostolado.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Negociad mientras vuelvo


Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez talentos (Lc 19, 12-13).
Jesús, me recuerdas a mi mamá, que es un poco repetitiva, pero en el fondo es una santa. La pobre no hace más que repetirme aquello de los “talentos”, sobre todo cuando llegan las notas: —que si no me esfuerzo lo suficiente, —que si yo quisiera, —que si los sacrificios que hacen para que no me falte de nada... Lo peor es que tiene toda la razón del mundo: ¡Tengo talento! Jesús, me has dado tantos talentos: simpatía, inteligencia, regate, buen humor… ¡algo tendré que hacer! ¿No? Auméntame la Fe para dártelo todo.
·         Habla con Jesús. Dile que pones todo tu talento a su servicio.
Repartió diez talentos, diciéndoles: Negociad mientras vuelvo (Lc19,13).
Jesús, me has dado un tiempo limitado. No sé cuánto durará mi vida: 100 años, 2 meses, un día más… Sí sé, que un día regresarás y me gustaría que te pongas muy contento por el buen negocio que he hecho con mi vida y me digas: Muy bien siervo bueno y fiel… (Lc 19, 17). Jesús, en este Año de la Fe auméntame la Fe para dártelo todo y además con muchos frutos de apostolado.
·         Hago el propósito de esforzarme a tope para rentabilizar mis talentos.
Propósito: (Otra vez) no ser tan-lento en dar mi talento.

martes, 20 de noviembre de 2012

Hoy tengo que alojarme en tu casa


Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo (Lc 19, 2-4).
Zaqueo era medio enano pero fibroso. Vivía en Jericó, el oasis de Judea. Con el paso de los años y algún que otro turbio engaño se había hecho sospechosamente rico. Quizá, su amigo y colega Mateo, le había prevenido: —Ten cuidado con el Nazareno. —Pero, yo quiero verlo, pensó. Con una agilidad felina, lleno de curiosidad, trepó a lo alto de un árbol para ver sin ser visto. Jesús, a veces yo también soy un poco Zaqueo. No solo por mi pequeño tamaño, sino porque también mantengo las distancias contigo, no vaya a ser que me pidas algo.
·         ¿Me dejo ver por Jesús? ¿Me pongo a tiro para que me hable?
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: –Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa (Lc 19, 5-6).
Viendo la higuera con Zaqueo encaramado, quizás algún apóstol pensó: —¡Qué higo tan raro!; pero..., si es el enano de Zaqueo. Y Jesús dijo: – Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa. Como fruta madura Zaqueo se bajó del árbol Él bajó en seguida y lo recibió muy contento. Jesús, me ves, te ríes y dices que quieres alojarte en mi alma; eso sí, que también me baje del burro…
·         Jesús, ¿hasta cuándo te haré esperar?
Propósito: no ser tan-lento en dar mi talento.

lunes, 19 de noviembre de 2012

¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!


Pasa Jesús Nazareno. Entonces gritó: ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte (Lc 18, 38-39).
Jesús, oigo voces. Como el ciego de Jericó, en mi oscuridad oigo voces a mi alrededor. Unas voces, las de los que se dicen mis amigos —pero en el fondo solo buscan cómplices, compinches—, quieren que no hable de Dios. Quieren que me calle y me regañan: Muchos lo regañaban para que se callara. Otras voces, las de mis amigos de verdad, los que me quieren, me ponen delante de Ti: Ánimo, levántate, que te llama. ¿A quiénes hago caso?
·         Jesús, que aprenda a seguir los buenos consejos.
Ánimo, levántate, que te llama. Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: –¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le contestó: –Maestro, que pueda ver (Mc 10, 49-52).
El ciego Soltó el manto. Siempre me he preguntado ¿Cómo sería ese manto? ¿Qué tendría de especial? Me imagino un capote pesado y sucio, multiuso, de color indefinido y olor a humedad. Un manto asqueroso, pero era suyo, estaba apegado. El ciego Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Para acercarse a Jesús, para poder dar el salto y ver, hay que estar dispuesto a tirar el manto, y tirar de la manta, estar desprendido de lo material. Auméntame la Fe para tirar mi manto.        
·         Mi manto ¿qué es?: Blackberry, iPhone, Mi teessssoro…
Propósito: soltar el manto…

domingo, 18 de noviembre de 2012

Tus elegidos de los “Cuatro Vientos”


Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos (Mc 13, 24-27).
Cuatro Vientos. Madrid, 4 Mayo 2003. Jesús, yo no estuve ahí, pero ví un videíto, en el cual el Papa Juan Pablo II hizo reír a todos los presentes. Con ojos picarones decía riendo: —Entonces, ¿Cuántos años tiene el Papa?... 83 años. El Papa es un joven de 83 años. Pero también habló de los elegidos por Dios, sus elegidos de los cuatro vientos. Con aquella voz profunda: —Si sientes la llamada de Dios que te dice: “¡sígueme!”, no la acalles. Se generoso como María. Vale la pena dedicarse a la causa de Cristo. Jesús, a mi no me escoge nadie para nada, ni de relleno siquiera. ¿Me eliges a mi?
·         Jesús, ¿seré yo uno de tus elegidos?¿He acallado alguna vez tu voz?
El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán (Mc 13, 31).
Ha pasado de todo: imperios, invasiones, reinos, tiranos, enterradores de Dios, epidemias, guerras, gobiernos, ligas de fútbol... Y la Palabra de Dios permanece como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén. Vale la pena dedicarse a la causa de Cristo. ¡Merece la pena dar la vida por el Evangelio y por los hermanos! (Cuatro Vientos, Juan Pablo II).
·         Dile a Jesús que tu quieres ser uno de los elegidos.
Propósito: ser valiente.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Sin idolillos, santamente tozudo


Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres (Lc 18, 2).
Jesús, ese pobre hombre, mucho juez y todo lo que quieras, pero era un egoísta de tomo y lomo. No le importaba nada ni nadie, solo su bienestar. Su religión era su estómago o pasárselo bien. Y es que cuando se vacía el Cielo de Dios, se llena la tierra de ídolos: dinero, salud, sexo, éxito. En plan intelectualoide tendría teorías para justificar su ateísmo y rebatir mitologías cristianas. Y el pobre, al alejarse de Dios, poco a poco, quizá sin darse cuenta, también se fue alejando de los hombres. Jesús, para poder amar de verdad a todos tengo que estar cerca de Ti, quererles como Tú les quieres, con tu corazón. Auméntame la Fe en este Año de la Fe.
·         Di a Jesús que no quieres ídolos, que le quieres a Él, y con Él a los demás.
Ya que esta viuda está molestándome, le haré justicia, para que no siga viniendo a importunarme (Lc 18, 2).
Jesús, con esta parábola me dices que te gustan los tipos que como yo te dan la lata, que insisten en sus peticiones. La primera condición de la oración es la perseverancia; la segunda, la humildad. —Sé santamente tozudo, con confianza. Piensa que el Señor, cuando le pedimos algo importante, quizá quiere la súplica de muchos años. ¡Insiste!..., pero insiste siempre con más confianza (Forja 535).
·         Aprende de los niños a ser tozudo, a dar la lata.
Propósito: dar la lata (en la oración).  

viernes, 16 de noviembre de 2012

Donde está el cuerpo se reunirán las águilas


Ellos le preguntaron: –¿Dónde, Señor? El contestó: –Donde está el cuerpo se reunirán las águilas (Lc 17, 37).
Jesús, se me viene a la cabeza al leer este pasaje lo que me contaron una vez en una clase de Reli. Había un niño que estaba frente a su compu, y por estar de haragán le entraron unas tentaciones fuertes de buscar cosas sucias en el internet. Se puso de pie para cerrar la puerta y evitar que lo fueran encontrar en esas picardías. Una vez que cerró la puerta se tropezó y casi se va de cara. Se puso de pie y de repente por la ventana entró un pajarito que se paró en el escritorio y lo miraba bien serio. El cuento terminaba con el profesor preguntándonos si Dios habla de esa manera. Jesús, yo todavía no sé que contestar.
·         Pídele a Jesús entenderle siempre, especialmente en la oración.
Contemplad los lirios, cómo crecen; no se fatigan ni hilan, y Yo os digo que ni Salomón en toda su gloria pudo vestirse como uno de ellos (Lc, 12, 27).
Por cierto Jesús, que cuando me contaron ese cuento le fui a preguntar al sacerdote y se rió. Lo único que me acuerdo fue que me dijo que Dios no nos obliga hacer el bien y tampoco nos va detener si nos empeñamos en hacer el mal. Yo medio le entendí, creo. Jesús te pido que no sea malicioso.
·         Pide a Jesús saber entender el lenguaje que Dios utiliza contigo.
Propósito: agradecer al Espíritu Santo su paciencia.

jueves, 15 de noviembre de 2012

El Reino de Dios está dentro de vosotros


Le preguntaban cuándo iba a llegar el Reino de Dios, Jesús les contestó: (…) El Reino de Dios está dentro de vosotros (Lc 17, 20-21).
Jesús, cada día al rezar el Padrenuestro digo: Venga a nosotros tu Reino, y ahora me dices que el Reino de Dios está dentro de vosotros. Jesús, algo me sospechaba. Si no, ¿por qué siempre estoy contento?, ¿por qué encuentro tanta paz y tanta alegría dentro de mí? En mi alma en gracia te encuentro a Ti. Algunos de mis amigos, sorprendidos, me preguntan: pero primo ¿qué pasa contigo? ¿Es que a ti nunca te duelen las muelas? ¿No tienes problemas? Y yo pienso: ¿Por qué voy a estar triste si tengo a Dios en mi alma, si soy hijo del Todopoderoso, hijo de Dios?
·         Dile a Jesús que quieres vivir con la alegría del que se sabe hijo de Dios.
Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del Hombre en su día (Lc 17, 24).
Jesús, estas vacaciones vi con mis hermanos una gran tormenta. Era de noche, desde la ventana, con las luces apagadas llenos de miedo, veíamos caer los rayos cada vez más cerca. Con cada relámpago se iluminaba toda la habitación como si fuera de día. Jesús, con el brillo de tu luz ya no hay oscuridad en mi vida.
·         Jesús, sabes calmar tempestades del alma. Llena de calma mi alma.
Propósito: alma calma.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Id a los sacerdotes


Vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: –Jesús, Maestro, ¡ten compasión! (Lc 17, 11-13).
Hoy apenas hay lepra y además se cura. Pero entonces era una enfermedad terrible que desfiguraba el rostro: se quedaban, poco a poco, sin nariz, sin orejas, sin labios... La gente, al ver leprosos huía asqueada. Pero Jesús, Tú no; Tú los acoge: Al verlos, les dijo: –Id a presentaros a los sacerdotes. Jesús, los pecados, mis pecados son como lepra en el alma. La imagen de Dios que llevo dentro se va desfigurando. Id a los sacerdotes, me dices y es ahí donde te encuentro y me limpias: Y mientras iban de camino, quedaron limpios.     
¿Tengo concretado un día y una hora fija a la semana para confesarme?
Uno de ellos, (...) se volvió alabando a Dios. (…) ¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve ¿dónde están? (Lc 17, 15-17).
Jesús, echas en falta el agradecimiento de los nueve. Por eso: Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios, en acción de gracias, muchas veces al día. —Porque te da esto y lo otro. —Porque te han despreciado. —Porque no tienes lo que necesitas o porque lo tienes. Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya. —Porque creó el Sol y la Luna y aquel animal y aquella otra planta (…). Dale gracias por todo, porque todo es bueno (San Josemaría, Camino 268).
·         Es de bien nacidos ser agradecidos. Da gracias por tu cuenta.
Propósito: dar las gracias siempre.

martes, 13 de noviembre de 2012

He aquí la Esclava del Señor


Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: «Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer» (Lc 17,10).
Jesús, Tú nos has dicho que no he venido a ser servido sino a servir (Mt 20,28). Además eres el hijo de la Esclava del Señor, el título más bonito que adorna a tu Madre. SERVIR, ¡Cómo me gusta esta palabra! Servir me identifica más contigo, me hace ser Cristo. Porque servir es amar: Dime loco ¿qué es el amor? Y el loco respondió: «amor es aquello que hace esclavos a los libres y libres a los esclavos». Y no se sabe en qué consiste esencialmente el amor, si en esta esclavitud o en esta libertad. Jesús, hoy por amor a los que más quiero, serviré el agua en la mesa, pondré el pan, arreglaré mi cuarto, recogeré la ropa...
·         Dile a Jesús que quieres ser su siervo, su servidor.
No he venido a ser servido sino a servir (Mt 20,28).   
Jesús, de entre las almas más delicadas, las que tienen mayor finura interior, has elegido aquellas personas que harán del servicio, el centro de su vida. Éstas son tus predilectas, tus preferidas. Trabajan en los hospitales, en las escuelas, pero sobre todo trabajan en los hogares cristianos como lo hizo la Santísima Virgen en el hogar de Nazaret. Su vida es su familia, y en su familia encuentran a Dios.
·         Pregunta a Jesús si quiere que tú seas una de esas personas.
Propósito: servir.

lunes, 12 de noviembre de 2012

El que no está conmigo, está contra Mí


Al que escandaliza a uno de esos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar (Lc 17, 2).

Jesús, las personas mayores piensan que ser niño es ser tonto. Que los niños no se enteran de nada, que no ven, ni oyen, ni escuchan… ¡Qué ingenuos, los mayores! Te dicen: —niño, vete a la cama que esta película es para mayores… o —vamos a la playa pero no mires mucho… Y yo, que lo veo todo y lo juzgo todo, me escandalizo y pienso: lo que mancha a un niño, mancha a un viejo. Al que escandaliza a uno de esos pequeños, más le valdría… Jesús, qué tremendo es el pecado de escandalizar a un niño.

Pídele a Jesús por todos los mayores que conoces.

Si no os convertís y os hacéis como los niños no entraréis en el Reino de los Cielos (Mt 18, 3).

Jesús, hay gente que ridiculiza la sencillez y la inocencia propia de los niños. Como si ser niño fuera ser menso. Por eso no me gusta nada la canción: Antes muerta que sencilla. Quieren robar a los niños su infancia, que son, quizá, los años más bonitos de la vida. Y desde pequeños se empeñan en hacerles mayores, a toda costa: —Pero ¿aún no tienes novio? —Ay hija, qué simplona eres; ponte más sexy. Jesús, todo llegará… a su debido tiempo.

Ahora pide por todos los niños que conozcas.

Propósito: por dentro ser niño, aunque me muera de viejo.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Dale tú lo que le puedas dar


En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el cepillo del templo (Lc 21,1).
Jesús, estabas agotado, como mi mamá los días de lavadora. Todo el día predicando sin parar, curando, consolando. Aquel día después de una larga caminata para llegar a Jerusalén, quizá te pesaban las piernas y te sentaste solo un ratito junto a la alcancía del templo. El ruido de las monedas te hizo levantar la vista: ”Vio unos ricos que echaban donativos (...); vio también una viuda pobre que echaba dos monedas pequeñas”. La generosidad de aquella mujer borró de golpe el cansancio de Jesús. “–Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie”. Judas no entendía nada, no podía entender: “Pero si no vale nada lo que ha echado esta mujer”, pensaba Judas. Y yo, ¿lo entiendo?
·         Sigue unos minutos hablando con Jesús sobre la generosidad.
Vio también una viuda pobre que echaba dos monedas pequeñas.
San Josemaría escribió: “¿No has visto las lumbres de la mirada de Jesús cuando la pobre viuda deja en el templo su pequeña limosna? Dale tú lo que puedas dar: no está el mérito en lo poco ni en lo mucho, sino en la voluntad con que lo des” (Camino 829). Mi generosidad, mi entrega es lo que hace descansar, lo que consuela a Jesús.
·         ¿Hasta dónde estoy dispuesto a ser generoso con mi tiempo, con mi dinero, con mi vida?
Propósito: dar alegrías a Jesús.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Jesús, me quieres con exclusividad


Ningún siervo puede servir a dos amos, porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo (Lc 16, 9-15).
Jesús, esto que cuentas se entiende muy bien. A veces, cuando jugamos a policías y ladrones siempre hay alguno que hace trampa, hace el doble juego, agente doble: poli y ladrón a la vez. Quiere llevarse bien con todos y, al final, todo el mundo se enoja. Jesús, soy tu amigo y me quieres del todo, sin compartir. Reconócelo: estás celoso de mi cariño —como le pasa a mi hermana pequeña— y no quieres por nada del mundo que nadie pueda hacerme daño. Me quieres con ¡exclusividad!
·         Ante ese cariño de Jesús por mí ¿correspondo?
El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado (Lc 16, 9-15).
Jesús, ¡te quiero! Pero a veces, antes que a Ti, prefiero: ver un programa de la tele, escuchar una conversación borderline, pasar un ratito más en la cama, hacer enojar a mis papás, olvidarme de hacer el 3+2, reírme de los más débiles…. Jesús ¿te quiero? El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar. Es en lo pequeño donde se demuestra el amor.
·         ¿Soy de fiar en lo pequeño? ¿En lo menudo?¿En lo que solo ve Dios?
Propósito: ser un tipo de confianza.