martes, 31 de marzo de 2015

Martes Santo. Jesús, antes morir que pecar

Cuando dijo esto Jesús se turbó en su espíritu, y declaró: En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará. Los discípulos se miraban unos a otros no sabiendo a quién se refería (Jn 13, 21-22).
Jesús, te turbas, te conmueves, te duele. Después de todo lo que has hecho por Judas, el canalla va y te traiciona. Le has lavado los pies, le has llamado amigo… Cuántos momentos felices, cuántas bromas, cansancios, canciones, cuántos milagros había presenciado, y, luego… el pecado. Jesús, ¡ya no más! ¡No quiero ofenderte nunca más! ¡No quiero ser como Judas! Sé que te turba, que te duele, de manera especial, la traición de tus amigos. Jesús, con tu ayuda, nunca más.
u Aprovecha este rato de oración y pide perdón por tus pequeñas o grandes traiciones.
Entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Y Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo pronto (Jn 13, 27).
Jesús, las grandes traiciones, como las de Judas, vienen precedidas de pequeñas compensaciones egoístas. Los edificios no se caen de repente, sino que empiezan a salir grietas pequeñas, que se van abriendo, hasta que aquello se cae. Judas robaba de la bolsa… y tras el bocado entró Satanás. Jesús, con tu gracia ayúdame a descubrir esas grietas en mi alma. Y si me ayudas, me iré a confesar para que me pongan el cemento de la gracia en esas grietas.
u Habla con Jesús sobre las grietas que piensas que hay en tu vida.

Propósito: nunca hacer de Judas.

lunes, 30 de marzo de 2015

Lunes Santo. Obras son amores y no buenas razones

María, tomando una libra de perfume muy caro, de nardo puro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume (Jn 12, 3).
Jesús, ¡cómo te quiere María! ¡Qué detalle! Tú la miras con infinito cariño y la dejas que haga lo que quiere. No es tanto la calidad del perfume muy caro de nardo puro sino el amor que María pone. Está demostrándote que vales más para ella que todo lo que cuesta aquel perfume tan caro. Jesús, y yo, ¿cómo te demuestro mi amor? ¿En qué se concreta? Me miras, también con cariño, como a María, y me susurras al oído: Obras son amores y no buenas razones.
u ¿A qué huele mi vida? ¿Con qué buenas obras de amor perfu­mo mi vida?
Dijo entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que iba a entregarle: ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres? (Jn 12, 4-5).
Jesús, la misma historia de siempre. Ahora algunos tampoco entienden que los cristianos queramos darte lo mejor. No siempre es el amor a los pobres, lo que les lleva a pensar así, como no lo era el caso de Judas. Es simplemente falta de Fe, visión humana, que impide luego amar de verdad a los pobres. Jesús, que sea generoso contigo, no solo con el dinero, sino también con mi tiempo, con mi esfuerzo y así te podré ver en cada uno de los pobres.
u Sigue hasta los 10 minutos, piensa en obras de amor a Dios y a los demás. Y luego decídiete hacerlas HOY.

Propósito: no ser tacaño con Dios..

domingo, 29 de marzo de 2015

Domingo de Ramos. Jesús, que sea valiente

Las muchedumbres que iban a la fiesta, oyendo que Jesús se acercaba a Jerusalén, tomaron ramos de palmas, salieron a su encuentro y gritaban: Hosanna, bendito el que viene.
Jesús, hoy comienza la Semana Santa. En pocos días vas a culminar tu misión en la tierra. Nos vas a dejar tu mandamiento nuevo del amor; vas a lavar los pies a tus discípulos; vas a pedir por los cristianos de todos los tiempos (también por mí); te me vas a entregar en la Eucaristía; vas a sudar sangre; te van a apresar y tus discípulos te abandonarán. Te azotarán y te golpearán; se burlarán de ti. Llevarás con mucho esfuerzo la Cruz de tu muerte y de mi salvación hasta el Calvario. Allí morirás perdonando. Y yo, Jesús, todos estos días quiero estar muy pegadito a ti.
u Dile, con tus palabras, que no quieres dejarle solo ni un momento en esta Semana Santa.
Jesús encontró un borriquillo y se montó sobre él, conforme a lo que está escrito: No temas, hija de Sión. Mira a tu rey, que llega montado en un pollino de asna (Jn 12, 14-15).
Una vez escuché la explicación de que si un rey se montaba en un burrito al entrar en una ciudad era señal de que llegaba con intenciones de paz, venía en paz para hacer la paz. Jesús, yo en esta Semana Santa quiero imitarte y - como decía San Josemaría – ser un sembrador de paz y alegría, especialmente en la familia. Jesús, que luche por no dejarme llevar por el egoísmo, el mal humor y los caprichos en la familia.
u Concreta el cómo vas a vivir la alegría con tu familia.

Propósito: Sembrador de paz y alegría.

sábado, 28 de marzo de 2015

Jesús, eres la Verdad, de verdad

Muchos, al ver lo que había hecho Jesús (la resurrección de Lázaro), creyeron en Él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús (Jn 11, 46).
Jesús, qué curioso, ante un mismo hecho dos reacciones opuestas: unos creen y otros acusan, como sucede ahora. Es lo que dice un filósofo: Dios actúa en el claroscuro, de modo que hay bastante luz para quien quiere ver, y bastante oscuridad para quien no quiere ver. Es querer. Jesús, tengo amigos que me preguntan por qué ahora no hay milagros espectaculares como los de antes… Yo les digo que milagros hay pero que ellos no los ven: el milagro de un amanecer, una nueva vida, la sonrisa de un niño, una confesión, entregar la vida entera a Dios…
u Cuenta a Jesús el último milagro que hayas visto. Agradéceselo.
Este hombre hace muchos signos. Si le dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán (Jn 11, 47).
¡Qué brutos! En vez de buscar la verdad piensan solo en su comodidad, en lo que más le convenga. Se cumple lo de San Pablo a los Romanos: Hombres que tienen aprisionada la verdad en la injusticia. Cuando se violenta la verdad todo vale. Jesús, que siga el consejo del poeta: ¿Tu verdad? No, la Verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela.
u ¿Amo la verdad? ¿Lucho por no mentir nunca?

Propósito: NO a las mentiras.

viernes, 27 de marzo de 2015

La violencia ni vence ni convence

Los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús (Jn 10, 31-42).
Jesús, lo de tus paisanos y su afición a lanzar piedras es impresionante. Si no fuera algo tan triste, sería para echarse a reír. Les gustaba eso de apedrear a la gente. ¡No perdían ocasión! Primero quisieron apedrearte a Ti, —nos lo acaba de contar San Juan—; también lo intentaron con aquella desdichada mujer: El que esté sin pecado que tire la primera piedra (Jn 8, 7). Al pobre de San Pablo en Tesalónica una lluvia de piedras casi le costó la vida: Apedrearon a Pablo y le arrastraron fuera de la ciudad creyéndole muerto (Act 14,19). Y por último, San Esteban no tuvo tanta suerte y murió lapidado: Se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearle (Act 7,58). Y las peores tiradas de piedra son cuando uno pela cables.
u A veces, las piedras que más duelen son los comentarios hirien­tes, palabras vanas, juicios gratuitos, opiniones. ¿Tiro yo piedras?
Él les replicó: Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál me apedreáis? (Jn 10, 31-42).
Jesús, ante la fuerza bruta respondes con sabiduría e ingenio. Porque quien usa la violencia ni vence ni convence, como decía San Josemaría. El que usa la violencia pierde cualquier autoridad y se descredita delante de Dios y de los hombres. Que no me deje llevar por la ira, que me controle.
u Jesús, ayúdame a ser manso y humilde de corazón, como Tú.

Propósito: no tirar piedras a la gente.

jueves, 26 de marzo de 2015

Para Dios toda la gloria

¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Abrahám, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes tú? (Jn 8, 52-53).
Jesús, pero ¡qué tipos tan pesados esos fariseos! Cuántas veces se lo has repetido, pero no se quieren enterar. En el fondo no buscan la Verdad sino atraparte en alguna palabra para poder acusarte. Jesús, yo también, a veces, encuentro personas así: no les gusta la Verdad, son alérgicos a la Verdad y solo les interesa la manera de retorcer mis palabras, dejarme en ridículo, reírse de mí. Jesús, ayúdame a tener tu paciencia, esa mansedumbre que Tú has tenido siempre con los que no te comprenden.
u Como en el chiste: Jesús, dame Paciencia… ¡Pero dámela YA!
Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada vale (Jn 8, 54).
Cuántas veces, Jesús, estoy buscando el éxito personal, el lucimiento propio: ser el más listo, el más guapo, el más inteligente, el más alto, y además ¡que se note! ¡Que todo el mundo lo diga! Jesús, ayúdame; quiero ser como aquel torero, Antonio Bienvenida, que cuando en la plaza recibía los aplausos del público, dando la vuelta al ruedo, miraba para arriba y saludaba —no al público sino más arriba, al Cielo—, mientras por dentro repetía: para Dios todo la Gloria, para Dios toda la Gloria. Jesús, ayúdame a ser más y mejor torero, a tener humildad y no andar buscando que me reconozcan.
u ¿Tengo vanidad? ¿En qué se me sale el creerme la gran cosa?

Propósito: toda la gloria para Jesús.

miércoles, 25 de marzo de 2015

La Anunciación. Ave María, llena de Gracia

En aquel tiempo fue enviado el Ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón llamado José, de la casa de David, y el nombre de la Virgen era María. Y, habiendo entrado el Ángel donde ella estaba, le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo (Lc 1, 26-28).
Jesús, siempre me ha parecido de mala educación y de mal gusto, eso de curiosear en la vida de los demás, pero hoy… hago una excepción: ¿Cómo fue la Anunciación? ¿Qué dijo tu Madre? ¿Se puso colorada? Quiero saberlo todo. A veces, también les pregunto a mis papás cómo se conocieron, quién tomó la iniciativa… Entonces se miran con ojos de complicidad y se nota que les palpita el corazón. Yo entiendo que cada Avemaría, dice San Josemaría, cada saludo a la Virgen, es un nuevo latido de un corazón enamorado (Forja, nº 615).
u Dile a María que la quieres mucho y que admiras su valentía.
María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el Ángel (Lc 1, 38).
¡La esclava del Señor! ¡La sierva de Dios! La criatura más excelsa, la más perfecta, la Santísima Virgen, hace del servicio el centro de su existencia. Esto no todo el mundo lo entiende. Hace falta tener mucha finura interior, mucha delicadeza y mucha categoría humana: Sólo son capaces algunas almas privilegiadas. Y yo, ¿lo entiendo? Pues entonces…
u Agradece a la Esclava del Señor entender, y luego poder servir.

Propósito: Si no lo entiendo, pedir a San Gabriel que me lo explique. 

martes, 24 de marzo de 2015

Jesús, que cuando me vean, Te vean

¿Tú quién eres? (…) Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que Yo soy (Jn 8, 25.28).
Jesús, levantado o colgado significa crucificado. Jesús, les estás diciendo que solo en la Cruz pueden entender quién eres. Y es que tu vida no se entiende sin tu misión redentora que culmina en la Cruz. Por las mañanas, recién levantado, al mirarme al espejo me pregunto: Y yo, ¿quién soy?... Y por dentro una vocecilla me responde: Eres Cristo, y tu cruz, lo que te santifica, es el estudio, ayudar en casa, ser buen amigo… Jesús, ¡que cuando me vean, Te vean!
u Espejito, espejito ¿Quién soy?… ¿Soy Blancanieves?… No, soy ¡Cristo!
El que me ha enviado está conmigo; no me ha dejado solo porque Yo hago siempre lo que le agrada (Jn 8, 29).
Jesús, esta es la razón profunda de mi alegría: ¡Siempre estás conmigo! ¡Nunca me dejarás! Has prometido quedarte con los hombres hasta el último día. ¡Qué bonito! No me dejas sólo porque busco hacer lo que te agrada: perdonar al bestia de mi hermano pequeño, aguantar el mal humor de mi hermana mayor, cambiar el rollo de papel del baño sin rezongar, ir a Misa y confesarme con frecuencia… ¿Qué más te agrada?
u Pregunta a Jesús qué más cosas le agradan y terminas.

Propósito: preguntar al espejo quien soy..

lunes, 23 de marzo de 2015

Revestirme con las armas de la luz

La noche está avanzada, el día está cerca. Abandonemos, por tanto, las obras de las tinieblas, y revistámonos con las armas de la luz (Rm 13,12).
Hay una película: Lady Halcón que cuenta la triste historia de unos enamorados. Por una maldición están condenados a estar siempre juntos, pero nunca podrán verse. Durante el día “ella” adquiere la forma de un halcón, y al llegar la noche “él” se transforma en un peligroso lobo en compañía de una misteriosa dama. Es la luz del día o la ausencia de luz de la noche lo que marca el cambio. Jesús, pensaba en eso de las armas de la luz. Es tu gracia lo que me cambia: Paso de hombre-animal a hijo de Dios. Eso sí que es una transformación.
u ¿Estás en gracia?
Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida (Jn 8,12).
En la película el halcón (ella) es atravesado por una flecha, y para salvarla él la llevan a un mago, que vive en una torre. Los malvados descubren el sitio y van a atraparla a ella. Es de noche y la chica intenta salvarse subiendo a lo más alto. No tiene escapatoria, solo precipitarse al vacío…, pero en ese momento sale el primer rayo de sol y en plena caída se transforma en halcón, que majestuosamente emprende el vuelo y se salva.
u Dale gracias a Jesús por dar la vida por ti y hacerte un hijo de Dios.

Propósito: Estar en gracia.

domingo, 22 de marzo de 2015

Señor, quiero ver tu rostro

Había algunos griegos; éstos acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, quisiéramos ver a Jesús». Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús (Jn 12, 20)
—¡Han llegado los griegos! —¡Los griegos! ¡ya están aquí…! Gritó uno. En torno a ellos se arremolinaban los curiosos: ¡Pero qué raro hablan! ¡Qué túnicas tan feas! Por fin, Felipe que chapurreaba un poco su idioma oyó que le rogaban bajito algo así como: “Seor, quisi ramos ver a Jes”. —¿Qué es lo que dicen? ¿Qué quieren? — Dicen que quieren ver a Jesús. Todo el mundo se quedo en silencio ensimismado como pensando: Vemos a Jesús a diario y no nos damos cuenta. Y yo, ¿me doy cuenta?
u Jesús, ayúdame a valorar tu cercanía en el Sagrario. Que me dé cuenta.
Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir (Jn 12, 33).
Y tú, Jesús, ¡de qué les ibas a hablar más que de la Cruz!, Escándalo para los judíos, locura para los griegos (1 Cor 1,23). Y los griegos se volvieron locos, pero de alegría: ¡habían visto a Jesús! Desde la Cruz Jesús atrae a sí a toda la humanidad. Jesús, que te pongo en lo más alto de mi vida cuando vivo en gracia y trabajo duro.
u Poner a Cristo en lo más alto de mi deporte, estudio, juegos, baile…

Propósito: Valorar la presencia de Jesús en la vida ordinaria.

sábado, 21 de marzo de 2015

Cinco minutos de Evangelio, por lo menos

Unos decían: Este es verdaderamente el Profeta. Otros: Este es el Cristo. En cambio, otros replicaban: ¿Acaso el Cristo viene de Galilea?
Jesús, el conductor del autobús que me lleva todos los días al cole se llama don Segundo. Es un hombre muy bueno, muy puntual, que hace honor a su nombre: ¡llega al segundo! Se lo decimos y se ríe. Y ya, en el colegio, encuentro la clase limpia y ordenada: ha sido Hortensia que por las tardes hace la limpieza. Y no sé cómo lo consigue Charo, la Jefa de Cocina, pero cada día me gustan más sus platos. Jesús, ellos, quizá sin darse cuenta son Cristo. No son don Segundo, ni Hortensia, ni Charo: eres Tú, Cristo que te haces presente. Este es el Cristo, que no ha venido a ser servido, sino a servir.
u ¿Conozco el nombre del chofer del bus? ¿Rezo por él, se lo agradezco?
¿Por qué no le habéis traído? Respondieron los alguaciles: jamás hombre alguno habló así. (Jn 7, 45-46).
Jesús, ¡qué bien hablabas! Los que te oían se quedaban boquiabiertos, pasmados, escuchándote: ¡más, más… otros cinco minutos más porfa…! ¡La de la oveja perdida! ¡La del hijo pródigo! ¡Maestro, la última parábola! Jesús, Tú eres el Verbo hecho carne, eres La Palabra encarnada y los Evangelios son La Palabra encuadernada, por eso cada día, después de leerlos, los beso, te beso a Ti.
u ¿Leo el Evangelio?

Propósito: Dar las gracias a la gente de limpieza…

viernes, 20 de marzo de 2015

Jesús, que no se me arrugue el ombligo

Entonces, algunos de Jerusalén decían: ¿No es éste el que buscan para matarle? Pues mirad cómo habla con toda libertad y nada le dicen (Jn 7, 25).
Jesús, te buscan para matarte; tu vida corre peligro pero no te escondes, sino que continúas con tu misión de enseñar el Evangelio a todas las gentes. En cambio yo, Jesús, cuánta cobardía tengo a veces. Veo que debería decirle algo a ese amigo, o cortar una conversación cochina, o defender a la Iglesia o al Papa ante esa crítica. Pero se me arruga el ombligo y me quedo allí arrinconado, escondido en mi silencio, y pierdo una oportunidad estupenda de darte a conocer. Me gana el miedo al qué dirán y me quedo calladito.
u Dile a Jesús que te de una buena dosis de VALENTÍNA® (vía oral).
Jesús, enseñando en el Templo clamó: Me conocéis y sabéis de dónde soy (Jn 7, 28).
Jesús, quiero conocerte cada vez mejor. Quiero enterarme bien de tu vida para tratarte, quererte y luego poder transmitirla a los demás. Al regalarte aquella Historia de Jesús, puse como dedicatoria: Que busques a Cristo: Que encuentres a Cristo: Que ames a Cristo. —Son tres etapas clarísimas. ¿Has intentado, por lo menos, vivir la primera? (Camino 382).Y cuando no entienda algo, que no me quede con la duda; lo preguntaré en la dirección espiritual y de paso comprarme un Compendio del Catecismo.
u Di a Jesús que le quieres conocer mejor cada día y terminas.

Propósito: tomar VALENTINA®.

jueves, 19 de marzo de 2015

San José. Hizo como el Ángel del Señor le había mandado

José era el esposo de María, de la cual nació Jesús (Mt 1, 16).
Jesús, ¡pobre San José! Ha sufrido un auténtico complot del silencio. Ni San Marcos ni San Juan le citan en sus Evangelios. San Lucas y San Mateo no registran ni una sola palabra del Patriarca. Pero su figura no ha hecho más que crecer a lo largo de la historia. Es la grandeza de quien ha buscado ocultarse y desaparecer para no hacer sombra ni a Jesús ni a María Santísima. Por eso dice Sta. Teresa: San José es Padre y Señor que acompaña en su camino terreno a quienes le veneran, como protegió y acompañó a Jesús, mientras crecía y se hacía hombre. Tratándole se descubre que el Santo Patriarca es, además Maestro de vida interior: porque nos enseña a conocer a Jesús, a convivir con Él, a sabernos parte de la familia de Dios (Sta. Teresa, Libro de su Vida 6, 8).
u Pide por todos los Pepes, Josés, Giuseppes, Joseph… que conozcas.
Al despertar de su sueño hizo como el Ángel del Señor le había mandado (Mt 1, 24).
Jesús, hoy también es el día del padre y me he propuesto no despertar a mi papi de la siesta. Quiero que todo lo que sueñe se haga realidad, como le pasó a San José. Es lo que dice un amigo mío: Para que algo sea realidad antes hay que soñarlo. ¿Con qué soñará mi papi? Sospecho que conmigo, mis hermanos, mi madre: Vernos a todos muy felices, aquí en la tierra y, después, en el Cielo: Papá: ¡dulces sueños!
u Da gracias a Jesús por tu papá. De todos los posibles… es el mejor.

Propósito: Regalarle una imagen de San José a mi papá.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Mi Padre sigue actuando y Yo también actúo

Dijo Jesús a los judíos: Mi Padre sigue actuando y Yo también actúo. (…) Os lo aseguro: El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre (Jn 5, 17.19).
Jesús, esto que leo El Hijo no puede hacer nada por su cuenta…, me trae recuerdos de la infancia. Cuando era pequeño, más pequeño todavía, no te rías, un día mi papá me dijo: Hijo mío ya te estás haciendo un hombre. Ha llegado el momento de que aprendas a montar solo en bicicleta. Entonces, quitó las rueditas y agarrándome por detrás me dijo —Hijo mío, pedalea… Yo pensaba que él me sujetaba: Mi Padre sigue actuando y Yo también actúo. Y cuando quise mirar para atrás, estaba, pero lejos. Todo orgulloso me gritaba: —pedalea, pedalea… y Tú, Jesús, me dices: —Venga, no te pares, así, muy bien…
u ¿En qué cosas te está pidiendo Jesús que pedalees?
Yo no puedo hacer nada por Mí mismo; (…) porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió (Jn 5, 30).
Jesús, yo soy un voluntarista; lo que se dice un voluntas. Me creo que voy a ganar el Cielo, yo solo, a fuerza de bíceps, tríceps y cuádriceps. Y, de repente: ¡cataplum chispúm! De buenas a primeras me vengo abajo con todo el equipo. Jesús, que no me fíe de mí; que sólo me fíe de Ti y de tu Gracia. Ayúdame a buscarte más en la confesión y la comunión.
u Termina diciendo: Jesús, hágase tu voluntad… no la mía.

Propósito: pedalear hasta sacarle chispas a la cadena de la bici.

martes, 17 de marzo de 2015

Aquí estoy, tanto para un cosido como para un zurcido

Había un hombre que padecía una enfermedad desde hacía treinta y ocho años. Jesús, al verlo tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dijo: ¿Quieres ser curado? (Jn 5, 3-4).
Jesús, ves a ese hombre que lleva tanto tiempo paralítico —¡treinta y ocho años!— y te compadeces de él. ¿Quieres ser curado?, le preguntas. Jesús, también a mí me haces preguntas: ¿Quieres ser curado? ¿Quieres que te ayude a superar este o aquel defecto? ¿Quieres que te dé alas para volar en tu vida interior? Jesús, te parecerá mentira pero… a veces te digo que no, que no me interesa comprometerme (tener dirección espiritual, hacer un retiro, asistir a una charla), no sea que me complique la vida. ¡Jesús no me dejes solo con mi egoísmo (huele tan mal)!
u El amor de verdad exige compromiso ¿Me comprometo con Dios?
El enfermo le contestó: Señor, no tengo un hombre que me introduzca en la piscina cuando se mueve el agua (Jn 5, 8).
¡Cuánta gente podría decir lo mismo!: Jesús, no tengo un hombre, no tengo a nadie que me eche una mano, que me ayude, que me oriente; nadie que me dé un buen consejo; nadie que me apoye cuando lo estoy pasando mal. Jesús, de los que están a mí alrededor, ¿puede quejarse alguno de mí? Jesús, que en el día del Juicio nadie pueda decir que no le ayudé. Tengo que abrir los ojos para que a nadie le falte mi cariño, mi ayuda, mi palabra de cristiano.
u Dile a Jesús, a qué personas estás dispuesto a ayudar.

Propósito: Apostolado… YA.

lunes, 16 de marzo de 2015

Como los míos… no hay (padres) iguales

Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Galilea a Judea, fue a verle, y le pedía: (…) Señor, baja antes de que se muera mi niño (Jn 4, 46-47).
Jairo te fue a buscar para que le curases a su hijita de 12 años; la mujer cananea, la de los perrillos, consiguió que sanaras a su niña; también lo logró el padre de aquel chico lunático que se tiraba al fuego; incluso la Viuda de Naim, sin pedirlo, sin palabras, sólo con su mirada, consiguió que le resucitaras a su único hijo; hoy, en el Evangelio, es el funcionario de Cafarnaún. Todos estos padres angustiados no pedían para sí mismos, sino para sus hijos. Jesús, muchas gracias por darme unos papás que me quieren tanto, tanto, que siempre me llevan hacia ti.
u Hay padres normales, fenomenales, pero como los míos no hay iguales.
Sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: Hoy a la una le dejó la fiebre (Jn 4, 51-53).
¡Tremendo susto el del pobre papá cuando vio que se le acercaban sus criados! Esperaba lo peor… ¡Tremendo brinco de alegría cuando recibió la noticia!: Batió el record de salto de altura, seguro. Jesús eres el mejor antipirético, el mejor remedio contra la fiebre.
u Repite muchas veces: ¡Jesús, muchas gracias por mis papás!

Propósito: Querer mucho a mis papás. 

domingo, 15 de marzo de 2015

Tanto amó Dios al mundo…

Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca sino que tenga vida eterna (Jn 3, 14).
Jesús, tanto nos ama Dios Padre que te ha pedido que vinieras a la tierra y murieras en una cruz. Y Tú lo has hecho y con buena cara. Esto me recuerda aquello de San Josemaría que obras son amores y no buenas razones. Jesús, yo en cambio muchas veces me quedo sólo en las buenas razones o las buenas intenciones. Mis palabras son más largas que mis acciones. Quiero aprender a amarte con obras: trabajo hecho lo más perfecto posible, estar siempre de buen humor, servicial en mi casa, mucho apostolado con mis amigos…
u Sigue hablando con Jesús sobre las buenas obras con las que le quieres amar.
Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar el mundo, sino para que el mundo se salve por Él (Jn 3,16).
Te cuento Jesús, que el otro día me dolió lo que oí de un amigo. Estaban otros dos compañeros hablando sobre este amigo mío que había estado todo un fin de semana en un retiro, y decían de que aparentemente no le había servido para nada porque ellos esperaban que este amigo influyera más en la clase, les hablara más de Dios o al menos que se le viera que te trataba más… A mi me dolió porque a veces a mi tampoco se ve en mis obras que te amo.
u Concreta tus obras

Propósito: Obras son amores y no…

sábado, 14 de marzo de 2015

Humildad es andar en Verdad

El fariseo quedándose de pie, oraba para sus adentros: Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni como este publicano. Ayuno dos veces por semana, pago el diezmo de todo lo que poseo (Lc 18, 9-14).
Jesús, el fariseo de la parábola se creía muy bueno: No soy como los demás hombres. Solo le hace falta decir: No me beso porque no me llego, que sino… Jesús, no hay cosa más fea que eso de colgarse medallas y hablar bien de uno mismo: Ayuno dos veces por semana, pago el diezmo de todo lo que poseo. Jesús, ¡ayúdame a ser humilde! ¡Que no me lo crea!
u ¿En qué cosas soy vanidoso?
Porque todo el que se ensalza será humillado, y todo el que se humilla será ensalzado (Lc 18, 9-14).
De la mano de San Josemaría: Déjame que te recuerde, entre otras, algunas señales evidentes de falta de humildad: —pensar que lo que haces o dices está mejor hecho o dicho que lo de los demás; — querer salirte siempre con la tuya; —disputar sin razón o —cuando la tienes— insistir con tozudez y de mala manera; (…) —despreciar el punto de vista de los demás; —no mirar todos tus dones y cualidades como prestados;(…) —citarte a ti mismo como ejemplo en las conversaciones; —hablar mal de ti mismo, para que formen un buen juicio de ti o te contradigan (Cfr. Surco 263).
u Sigue leyendo por tu cuenta Surco 263 ¿No te sientes retratado…?

Propósito: no colgarme medallas.

viernes, 13 de marzo de 2015

El primer mandamiento es ESCUCHA

¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús respondió: Escucha, Israel, el Señor Dios nuestro es el único Señor (Mc 12, 28-30).
Jesús, me lo puedes decir más fuerte, pero no más claro: ¿Qué es lo primero? ¿Qué es lo más importante? Me respondes: Escucha, Israel…, escucha, Marta; escucha, Andrés; escucha Gabi, escucha… (pon tu nombre). Jesús, al hacer cada día el 3+2, mi rato de oración, no te oigo, me cuesta conectar contigo. Quizá es que tengo que bajar el volumen de mi ruido interior, vaciar la cabeza de pájaros y ponerme a la escucha. ¡Qué alegría cuando sintonizo! ¡Qué maravilla cuando oigo tu voz! Jesús, estoy a la escucha. Pero, por favor, no hables tan bajito.
u Primero sintoniza y luego escucha lo que Jesús te quiera decir.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas (Mc 12, 28-30)
Jesús, se ve que no te gusta compartir, ¡lo quieres todo, me quieres del todo! Eso de amarte completamente y con exclusividad me parece ¡tan difícil! Sabes, Jesús, me gusta el tenis y los perros y Harry Potter y, no te rías, Jesús, las papitas fritas con Ketchup, y tantas otras cosas. Jesús, qué bueno eres, porque queriéndote a Ti, con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas, amo todas esas cosas que me gustan y sobre todo amo a mi prójimo.
u Cuéntale lo que más te gusta.

Propósito: Hoy viernes de Cuaresma, no comer carne.

jueves, 12 de marzo de 2015

Jesús: Siempre contigo

El que no está conmigo, está contra Mí (Lc 11, 23).
No caben las medias tintas, ni hacerse el neutro. Jesús, en esto de ser cristiano no valen los distintos tipos de grises ni las mediocridades; hay que involucrarse, implicarse, darse color, diría mi amigo. O contigo, o contra Ti. Qué absurdo cuando oigo: Yo soy cristiano, pero no practicante. Eso sí que es lo peor: un cristiano fofo, frío, entibiado, neutro, queda-bien. San Pedro, con palabras inspiradas, regaña a los cristianos corrompidos de su tiempo –también los había–, que en ellos se cumple aquel proverbio tan acertado: el perro vuelve a su propio vómito y la cerda lavada a revolcarse en el fango (2 Pet 2, 22). ¡Qué fuerte!
u Jesús, ¿te he dejado alguna vez solo? Nunca más, Jesús, nunca más.
El que no recoge conmigo, desparrama (Lc 11, 23).
Jesús, yo no quiero ser ni malo ni malote, ¡de verdad que no quiero serlo!; pero lo peor es que me conformo con ser buenecito, normal, uno más del montón. Me pasa como aquel muchacho al que su profesor le animaba a salir de la mediocridad, del montón y éste respondía: Es que debajo del montón ¡se está tan calentito…! Jesús, ahora es tiempo de héroes, de santidad: El que no recoge conmigo, desparrama. Jesús, que no me desparrame más, que me decida a ser Santo ¡de verdad! Que me atreva a vivir la Cuaresma con valentía, si el viernes no se come carne… pues como queso (o pescado aunque no me guste).
u Jesús: ¡No más desparrame! Me recojo en Ti.

Propósito: Salir de debajo del montón.

miércoles, 11 de marzo de 2015

El que salta la valla, cae en la trampa…

No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles su plenitud. En verdad os digo que mientras no pasen el Cielo y la Tierra, no pasará de la Ley ni la más pequeña letra o trazo hasta que todo se cumpla (Mt 5, 17-19).
Jesús, en el ambiente noto un terror a las normas, a los mandamientos, como si fueran en contra de mi libertad. Yo creo en Dios, pero a mi manera; así es más espontáneo, más natural, dicen muchos. En cambio, bien que siguen las indicaciones si un producto es dañino para la salud, y entonces no piensan que eso quita la libertad de hacer lo que uno quiere. Que me dé cuenta, Jesús, que los mandamientos son carreteras que me señalan la buena dirección, el mejor modo de llegar al destino correcto, para llegar hasta Ti.
u Un mandamiento nuevo os doy, que os améis… ¿Ya lo he estrenado?
El que los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los Cielos.
Jesús, ¡cuántas veces lo he comprobado!: El que salta la valla, cae en la trampa. En mi afán de probarlo todo, saberlo todo, curiosearlo todo, de verlo todo… He abierto puertas y saltado barreras: ¡Qué difícil después dar marcha atrás! ¡Qué amargas experiencias! ¡Qué imágenes tan sucias! ¡Buscaba más libertad y he caído en la trampa del pecado que me esclaviza! Jesús, con tu ayuda quiero cumplir tus mandatos ¡que liberan! Que nunca más vuelva a jugar con el fuego o andar borderline con el pecado.
u ¿En qué trampas suelo caer? ¿Qué es lo que me esclaviza?

Propósito: No caer en la trampa del pecado.

martes, 10 de marzo de 2015

Setenta veces siete: son cuatrocientas noventa

Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano, cuando peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le respondió: No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete (Mt 18, 21-22).
Jesús, ¿tiene límite la capacidad de perdonar?: Sí, tiene un límite; el mismo que la capacidad de amar. Si amo poco, perdonaré poco; si amo mucho, perdonaré mucho. Jesús, perdona, otra pregunta tonta: ¿Cuánto he, pues, de amar a mi hermano? Tu respuesta es clara: Amaos los unos a los otros como Yo os he amado, es decir, sin medida ni límite. Jesús, a mí esto me cuesta mucho porque me doy cuenta que soy muy egoísta. ¡Ayúdame!
u Jesús, yo como la Madre Teresa: Ama hasta que te duela.
Entonces su señor lo mandó llamar y le dijo: siervo malvado, yo te he perdonado toda la deuda porque me lo has suplicado. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero (Mt 18, 32-33)
Jesús, a veces me siento incomprendido: Mis papás, un amigo o un compañero. Y, entonces, respondo con el látigo de mi indiferencia, o con detalles irritantes y palabras cortantes (si estoy que echo chispas). Y no me paro a pensar que quizá la otra persona se está esforzando por acercarse a mí, y tal vez soy yo el que estoy cerrado. Jesús, hoy me pides que sepa comprender y disculpar al prójimo, pues es también una exigencia de amor. Además, cuanto más intente comprender a los demás, poniéndome en su lugar, mejor me comprenderán ellos a mí.
u Pregúntate: ¿A quién ignoro? ¿A quiénes tengo manía?... y terminas.

Propósito: No usar el látigo de mi indiferencia.