Entonces
vino Jesús al Jordán desde Galilea, para ser bautizado
por Juan (Mt 3, 13).
Cuando
Juan Pablo II, siendo Papa visitó Polonia, fue a su ciudad
natal Wadowiche. Lo primero que hizo fue ponerse de rodillas y pasar
un largo rato de oración delante de la pila bautismal. Allí,
en ese preciso lugar, fue donde sus padres, por el Bautismo, lo
“revistieron de Cristo”. También, aunque no lo
pidió, le vacunaron, le llevaron al pediatra, etc. Jesús,
hoy, en la fiesta de tu Bautismo, te pido por todos esos niños
de familias cristianas no bautizados y por sus padres. ¡Qué
gran responsabilidad ante Dios!
- Ni apellido ni herencia ni “nada”. Lo mejor es haber recibido la FE.
Jesús
salió del agua; y he aquí que se le abrieron los
Cielos, y vio al Espíritu de Dios que descendía en
forma de paloma y venía sobre él. Y una voz del Cielo
que decía: “Este es mi Hijo, el amado, en quien me he
complacido” (Mt 3, 16-17)
Jesús,
voy a enterarme de la fecha de mi Bautizo para también
celebrarlo. No me acuerdo de nada, pero ahí estuvieron mis
papás, padrinos, tíos. Jesús mío, tampoco
quiso perderse tu Bautizo tu “Familia del Cielo”: acudió
en pleno la Santísima Trinidad; y el Padre se emocionó
tanto que no pudo callar y dijo: “Tú eres mi Hijo, el
Amado, en ti me he complacido”.
- Agradece a Jesús ser también el hijo amado, el predilecto.
Propósito:
Celebrar la fecha de mi Bautizo.