miércoles, 29 de febrero de 2012

Jesús, quiero ser fiel


Habiéndose reunido una gran muchedumbre, comenzó a decir: Esta generación es una generación perversa; busca una señal (Lc 11, 29).
Estas palabras son duras, Jesús. Llamas perversa a esa gente, les dices que son retorcidos y malvados. Y son malos porque no quieren creer, ni oírte, ni seguirte. Habían visto muchos milagros pero se hacen los que necesitan todavía más pruebas y señales para convencerse de que vale la pena seguirte. Yo veo milagros todos los días: salud, familia, casa, unos papás que me quieren… y todavía me cuesta convencerme de que vale la pena seguirte.
u  Dale gracias por todas las cosas buenas que tienes.
(…) y no se le dará otra sino la señal de Jonás (Lc 11, 29).
Esta señal de Jonás es que estarías tres días en el sepulcro y luego resucitarías. Jesús, yo no quiero señales ni que me convenzas. Lo que quiero es serte muy fiel, y seguirte. Quiero hacerte caso en todo y no hacerme el rogado. Estar siempre a tu lado, y como San Josemaría, ser un perrito que está a tus pies.
u  Sigue por tu cuenta diciéndole a Jesús que vas a serle muy fiel.
Propósito: Ser como el perro de la portada del 3+2 de este mes.

martes, 28 de febrero de 2012

Padre mío que estás en el cielo y en la tierra


Y al orar no empleéis muchas palabras como los gentiles que se figuran que por su locuacidad van a ser escuchados. No seáis, pues como ellos; porque bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis (Mt 6, 7-9).
Jesús, como te gusta verme junto a ti, aunque no te diga nada. A veces, en la oración, estoy un poco atontado, no se me ocurre nada y entonces me limito a mirarte. Eso sí, te miro con mucho cariño. Me imagino que soy un perrito fiel acostado a tu lado y que Tú de vez en cuando me acaricias o me despiertas con un toquecito de tu pie. Porque bien sabes Jesús, mejor que yo, lo que necesito.
u  Habla tú con Jesús durante dos o tres minutos; luego sigues.
Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu Nombre; (…) hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy… (Mt 6, 10-12).
Padre nuestro que estás en el Cielo… y en la tierra, en el Sagrario y en el autobús, en la cocina y en mi cuarto, en la piscina y en la montaña. Danos el pan de cada día y la leche, y chocolates, y un carro nuevo para papá, y salud para mi abuela, y que me salga el examen, y que siempre sonría, y que no mueran más niños antes de nacer, y que se acaben las guerras, y …
u  Termina los 10 minutos pidiéndole cosas a tu Padre del Cielo.
Propósito: junto a Jesús hacer de perrito.

lunes, 27 de febrero de 2012

Jesús se le quedó mirando con cariño


Cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: Maestro bueno ¿qué haré para heredar la vida eterna? (…) Jesús se le quedó mirando con cariño (Mc 10,17. 21).  
Jesús, aquel muchacho tenía muy buenas intenciones y muy buenas cualidades: era un ¡autentico atleta!: se le acercó corriendo, y a la vez sabía ser humilde se arrodilló. Seguro que tendría la mirada limpia, vida limpia, buena presencia… Vamos, un chico diez, como yo… más o menos. ¡Y quería ir al Cielo! ¡Buscaba la santidad! …como yo. Por eso le miraste y me miras con tanto cariño. Jesús, yo también soy buen deportista, cumplo los mandamientos desde pequeño, me confieso, acerco almas a Dios… Jesús, y a mí, ¿qué más me falta? 
u  Dile a Jesús que tu también quieres saber que más espera de ti.
Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo y luego sígueme. A estas palabras, el se entristeció y se marchó pesaroso (Mc 10,21).  
Jesús, ¿qué tendría?: ¿tres tristes cabras? ¿unas higueras polvorientas? ¿una casa de campo?... ¿qué tendría?... Jesús, que pena de muchacho. Se marchó triste, vivió triste y murió triste repitiendo: tres tristes cabras comen trigo… Jesús, Tú eres la mejor inversión, quiero invertirlo todo, mi vida, entregártela sin condiciones. Si me miras con cariño y me llamas entonces seré muy feliz.
u  Que haga un buen negocio con mi vida, que no la malgaste en mí.
Propósito: Y a mí ¿qué más me falta?...

domingo, 26 de febrero de 2012

Ángel de mi guarda, interceded por mí


El Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás (Mc 1,12).
Jesús, —¡¡Cómo!! —¡¿Tú también tuviste tentaciones?! Pues yo, ya ves, también: se me ocurren cosas descabelladas y, en ocasiones los malos pensamientos de cosas impuras no me dejan en paz. Sé, que, si lo permites es para fortalecerme por dentro, porque por muy grande que sea la tentación mayor es tu gracia. También sé que una cosa es sentir y otra consentir, y si en algún momento tengo dudas lo pregunto en la dirección espiritual. Que me quede tranquilo: una cosa es tener tentaciones y otra distinta es pecar.
u  Háblale sobre las tentaciones que con mayor frecuencia tienes.
Entonces el diablo le dejó, llegaron ángeles y le servían (Mt 4,11). 
Jesús, ¡qué contento estoy con mi ángel de la guarda! ¡Es buenísimo! ¡Un auténtico campeón! Ya me ha sacado de muchos problemas. Tendrás que ascenderle en la jerarquía angélica porque lo hace muy bien. La verdad es que a veces se lo pongo difícil y tiene que hacer horas extras: quitarme alguna tentación, aquella amistad que no me conviene, con esos caprichos, con esa comodidad. Le voy a pedir a mi ángel que no me deje hacer el tonto, que huya de las ocasiones de pecar, que no me quiera hacer el valiente.
u  Habla con tu ángel, alabándolo, hasta que se ponga colorado.
Propósito: Rezarle antes de acostarme.

sábado, 25 de febrero de 2012

Jamás se ha oído decir…


Le presentaron unos niños para que los tocase (Mc 10,13).
Aquel niño travieso —¡qué bien conocía a su mamá! Cada vez que cometía alguna fechoría, alguna barrabasada, no esperaba a ser descubierto sino que, corriendo buscaba a su madre: —Mamá, mamá… Ésta, asustada por los gritos, acudía corriendo: —¿Qué pasa hijo mío? —¿Qué sucede? —Mama, la más linda del mundo… Y la mamá sonreía porque en seguida lo entendía todo. Hoy es sábado, el día de la semana dedicado a la Virgen ¿De qué lío me puede sacar mi Madre del Cielo? Pídele que te auxilie ¿No es acaso tu Madre?
u  Dile algunas cosas bonitos (piropos) a la Virgen.
Os aseguro que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y abrazándolos, los bendecía imponiendo las manos sobre ellos (Mc 10,16).
Siempre lo es, pero hoy de forma especial, ¡sábado!, es la ocasión de hacernos niños y rezar muchas veces el Acordaos, un auténtico chantaje emocional a la Virgen: Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre…
u  Sigue rezando otros Acordaos.
Propósito: rezar un Acordaos por cada uno de mi familia.

viernes, 24 de febrero de 2012

Mi amor es mi peso


¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer? (Mc 10,2).
Jesús, pero ¿Qué está pasando? ¿Por qué tanta tragedia, tanto dolor? ¿No me pasará a mí también? Jesús, con razón me decía aquel amigo: Cuando el noviazgo es una comedia (todo vale), el matrimonio acaba en tragedia (ya, nada vale). Y es en el noviazgo cuando se ponen los fundamentos, las bases, de lo que después será un hogar luminoso y alegre y… no todo vale. Es tiempo de hablar y hablar. ¿De qué?: decía una abuela: Si la persona con la que sales, que empieza a gustarte, no tiene fe, entonces no tomes ni café; porque si te enamoras, luego ¿Qué haces?... Compartir amores es también compartir valores.
u  Pídele a Jesús por todos los novios que conozcas.
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre (Mc 10,9).
Juan Pablo II escribió una obra de teatro El taller del orfebre donde trata de las andanzas y dificultades de varios matrimonios jóvenes en los que se ha terminado el amor… Un día, Ana, una de las esposas, decide entrar en la tienda para vender su alianza matrimonial, su anillo de bodas... El orfebre comprueba en la balanza que ¡no pesa nada! Asombrado mira por dentro y encuentra inscrita la fecha de la boda. —Lo siento, su anillo no tiene valor, si no está junto al otro. Es lo que decía San Agustín: Mi amor es mi peso.
u  Ahora pide por todos los matrimonios que conozcas, empezando por tus papás.
Propósito: Defender el matrimonio con oración.

jueves, 23 de febrero de 2012

Jesús, tu eres mi “recompensa”


Cualquiera que os dé de beber un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa (Mc 9, 41).
Jesús, soy un cazador de recompensas, como en las películas de vaqueros, esas que ve mi abuelo. Mira, en este mes, no solo he servido el agua en la mesa, sino que también, he lavado el carro de papá, me he hecho la cama todos los días… ¡Tantas cosas buenas! Jesús, ¿qué me he ganado de recompensa...? ¿Sabes una cosa?, pensándolo bien no quiero más recompensa que tenerte a Ti, parecerme a Ti Jesús, que no te pierda nunca, que no pierda mi Recompensa.
u  Agradece a Jesús tantas cosas buenas y exígele tu Recompensa.
Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le pongan al cuello una piedra de molino, de las que mueve un asno, y sea arrojado al mar. (Mc 9, 42) 
Jesús, ¡qué tonto soy! A veces me da por ser mayor y me pongo a ridiculizar delante de los demás la piedad e inocencia de los niños más pequeños: cuando van a Misa, hacen la Visita, voy, —idiota de mí—, y me río de ellos... Y lo hago solo para quedar bien delante de mis amigos. Jesús, te pido perdón por si alguna vez he podido escandalizar a alguien, y más si fuera un niño.   
u  ¿Evito dar mal ejemplo, el escándalo, especialmente con los niños?
Propósito: ganar la mejor recompensa.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Cátedra S. Pedro. No prevalecerán sobre ella


Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y el poder del infierno no la derrotará (Mt 16, 18).
El Papa Benedicto XVI sufrió los horrores y la persecución del nazismo en la 2ª Guerra Mundial. El mismo lo cuenta: La Iglesia había sido, pese a las muchas debilidades humanas, el polo de oposición contra la ideología destructiva de la dictadura nazi; ella había permanecido en pie en el infierno que había devorado a los poderosos gracias a la fuerza proveniente de la eternidad. Nosotros teníamos la prueba: las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella. Sabíamos, por experiencia propia, qué cosa eran las puertas del infierno y podíamos ver también con nuestros ojos que la casa construida sobre roca se había mantenido firme. ¿Quién le iba a decir que después él sería Piedra, Pedro, Papa?
u  Pide por el Papa, para que sea piedra, roca, cimiento, de la Iglesia.
Te daré las llaves del Reino de los Cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en Cielo (Mt 16, 19).
Jesús, al Papa no le has dado las llaves del carro, o de una casa en la playa, o la clave para entrar en la computadora central del Cielo. Le has dado las llaves de tu Casa, del Cielo. Por eso diré con San Josemaría: “todos con Pedro hacia Jesús por María”.
u  Sigue pidiendo por el Papa, reza un Padrenuestro despacito.
Propósito: rezar a diario por el Papa.

martes, 21 de febrero de 2012

Porque los iba instruyendo…


Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque los iba instruyendo (Mc 9,30).
Jesús, ¿de qué les hablabas? ¿Qué les contabas? Me imagino que les hablarías de tu Familia: lo mucho que te quiere tu Padre que está en el Cielo, y del Espíritu Santo que es todo Amor, de tu entrega, pasión y muerte, por todos los hombres pero que luego resucitarías... pero no entendían aquello. Los pobres se mirarían con cara de bobos y por lo bajo: —¿Pero es, o no es, el Mesías?... ¿¡Pues entonces...!?. Jesús yo tampoco entiendo tantas cosas: por qué mueren los niños, por qué hay guerras, hambre, dolor... Jesús, háblame, instrúyeme…
u  Dile a Jesús que quieres formarte hasta los 100 años por lo menos.
¿De qué discutíais por el camino? Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante (Mc 9,33-34).
Los discípulos, genio y figura hasta la sepultura. Como yo, que a veces tampoco me entero. Y lo peor es que me lo creo. Pienso que estoy bien instruido, con buena formación, digo, por mi familia, porque asisto a clases de Religión. Jesús, pero no es suficiente… No puedo funcionar así, con los conocimientos de la 1° Comunión. Jesús, necesito conocerte mejor y dejarme formar asistiendo a charlas, círculos, meditaciones, retiros... ¿Por qué?: ¡porque me da la gana!
u  Amar a alguien es conocerle mejor. Di que Le quieres conocer más.
Propósito: Conocerle mejor y llevar gente.

lunes, 20 de febrero de 2012

El Maestro está aquí y te llama


Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo (Mc 9,15).
Jesús, ¡Lo que hace la Visita al Santísimo! Edith Stein, la que después sería Santa Benedicta de la Cruz, cuenta que de joven estaba llena de prejuicios racionalistas. Un día, paseando con un amigo católico, —ella era judía— por la ciudad de Fráncfort: entramos unos minutos en la catedral y, en medio de aquel silencio, entró una mujer con su bolsa del mercado y se arrodilló con profundo recogimiento para orar. Esto fue para mí algo totalmente nuevo. En las sinagogas y en las iglesias protestantes que yo conocía se iba sólo para los oficios religiosos. Aquí, en cambio, cualquiera en medio de su trabajo se acercaba a la iglesia vacía para un diálogo confidencial. Esto no lo he podido olvidar. Jesús, ayúdame a amarte en la Eucaristía.
u  Jesús, que todos los días vaya a hacerte una “visitilla”
En aquellos días, Moisés levantó la tienda de Dios y la plantó fuera, a distancia del campamento, y la llamó «tienda del encuentro». El que quería visitar al Señor salía fuera del campamento (Ex 33, 7-8).
Jesús, me han explicado que al Sagrario también se le llama Tabernáculo, que significa Tienda del encuentro. ¡Qué alegría! A mí también me gusta acampar por ahí y poner la tienda de campaña. El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo. Pero, ¿por qué no iré más a verte al Tabernáculo? Yo quiero ser como Moisés, pero sin barba.
u  Jesús, iré a visitarte a tu Tienda de Gran Jefe cada día.
Propósito: visitar al Gran Jefe.

domingo, 19 de febrero de 2012

Hijo, tus pecados están perdonados


Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús” (Mc 2,3).
Jesús, lo del paralítico me recuerda la historia de una niña peruana que caminaba cerro arriba cargada con su hermanito pequeño a la espalda. El sacerdote, que presenciaba la penosa ascensión, le preguntó: —¿No te pesa? ¿No te cansas?; a lo que la niña respondió sin pestañear: —¡Es que es mi hermano! Jesús, me pones cerca familiares, amigos que son…unos pesados, o que quizá tienen parálisis en el alma. Pero ¡son mis hermanos! ¿Cómo no voy a cargármelos a cuestas y ponerlos delate de Ti…?
Di a Jesús: más pesado soy yo un peso pesado y bien que me aguantas.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados están perdonados» (Mc 2,5).
Jesús, en seguida te diste cuenta: aquel paralítico lo que tenía, sobre todo, era un gran peso en el alma. Por fin pudo escuchar la absolución: Hombre, tus pecados están perdonados, y, ¡qué gran alivio sintió! Sus amigos “camilleros”, no entendían nada: —¡Pero si lo hemos traído para que le cure…! Y se fue a su casa glorificando a Dios, ¡gran peso se había quitado de encima!
u  La confesión es un quita-pesos. Gracias Jesús por perdonarme siempre.
Propósito: hacer de camillero con amigos pesados.

sábado, 18 de febrero de 2012

Este es mi Hijo amado; escuchadle


Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos (Mc 9, 2).
Jesús, hoy en la oración me voy contigo de excursión al monte. Como siempre te llevas a tus tres apóstoles montañeros, los íntimos. Yo haré de sherpa y subiré en mi mochila la comida de todos. Jesús, ¡cómo te gusta el monte!: Tabor, Sinaí, Monte de las bienaventuranzas, Gólgota... La ascensión es dura porque la montaña es alta, pero una vez arriba ¡Ha merecido la pena! ¡Qué vista! ¡Qué aire más limpio! Jesús, subir el monte es como hacer la oración: hay que poner esfuerzo, cuesta, pero luego todo se ve más claro y, además, Tú estás en la cima esperándome para transfigurarte, para darme más luces.
u  Una montaña no es alta si un amigo te espera arriba (dicen los habitantes de Kenia) y Jesús me espera en la cima.
Se formó una nube que lo cubrió y salió una voz de la nube: —Este es mi Hijo amado; escuchadle (Mc 9,7).
Dios Padre ya no podía aguantar más —si no lo digo reviento—, y aprovechó la ocasión: Este es mi Hijo amado; escuchadle. Se siente orgulloso de su Hijo al que quiere tanto. Señor, yo también quiero ser tu hijo amado porque con tu Gracia cada día me parezco más a Jesús, mi vida reflejará su Vida.
u  Jesús, para parecerme y reflejar tu vida, primero tengo que vivir en gracia y escucharte.
Propósito: hablar menos y escuchar más

viernes, 17 de febrero de 2012

Vergüenza, solo para pecar


El que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el evangelio la salvará (Mc 8,35).
En 1247 San Simón Stock fue elegido sexto general de los Carmelitas. Como respuesta a sus súplicas de auxilio a su oprimida orden, la Virgen María se le apareció en Cambridge, Inglaterra, el domingo, 16 de julio de 1251. La Virgen se le presentó llevando un escapulario en la mano y se lo dio diciéndole: —toma, hijo querido este escapulario de la orden será como la divisa de mi confraternidad y para ti y todos los Carmelitas un signo especial de gracia; quienquiera que muera portándolo, no sufrirá el castigo eterno.
u  ¿Tengo impuesto el Escapulario? ¿Lo llevo puesto o me da vergüenza?
Quien se avergüence de mí y de mis palabras, en esta generación descreída y malvada, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él (Mc 8,38)
Murió un soldado inglés en combate y le enviaron a su familia el reloj y el escapulario que llevaba. —Quiero que la lleves tú, dijo el padre a otro de sus hijos —Papá, no protegió mucho a mi hermano ¿No crees? —Claro que sí, mucho más de lo que te imaginas: Si caes herido y te llevan al hospital, saben que eres católico y te buscan un sacerdote… Fue lo que pasó con tu hermano. Me lo contó una enfermera…
u  Dile a la Virgen que la quieres mucho.
Propósito: vergüenza solo para pecar.

jueves, 16 de febrero de 2012

Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?


Por el camino preguntó a sus discípulos: —¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos le contestaron: —Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas (Mc 8, 27-33).
Jesús, pues yo he oído todo tipo de tonterías: unos dicen que si eres un extraterrestre, un guerrillero, un hombre bueno, o un mito... Otros dicen que eres una molestia o un aguafiestas. Algunos no saben o no contestan (n.s. ó n.c.). Jesús, que pena, han pasado 21 siglos y muchos no saben (n.s.). Otros que se dicen cristianos y no tienen ni idea, no contestan (n.c.). Funcionan con clichés, caricaturas, eslóganes, lo que han visto u oído en la tele. Nadie ha sabido explicarles, hasta ahora. 
u  Dile a Jesús que quieres ser su portavoz: llevar su voz a todos.
El les preguntó: ¿Y vosotros, ¿quién decís que soy? Pedro le contestó: –Tú eres el Mesías Mc 8, 27-33.
Jesús, quieres saber mi opinión y me lo preguntas a quemarropa: —Y tú Andrés, Gabi..., (pon tu name)  ¿Tú, quién dices que soy yo? No te hagas el loco, respóndeme... Respuesta: —Jesús, mira mi vida, mis obras son elocuentes: desde que me levanto hasta que me acuesto pienso en ti, sueño contigo. Te lo diré con palabras de San Pedro: Tú eres el Mesías. Tú eres mi salvador.
u  Dile a Jesús, todo lo que piensas sobre Él. Despáchate a gusto.
Propósito: ser portavoz / explicar a ns y nc quién es Jesús.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Me saciaré de tu semblante


Llegaron a Betsaida. Le trajeron a un ciego, pidiéndole que lo tocase (Mc 6, 22-26).
—¡Despacio! ¡Qué no tropiece! Trastabillando, aquel pobre ciego fue llevado de la mano hasta la mano de Jesús. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano. Pero aquella mano era diferente, —pensó el ciego, le guiaba seguro ¿Podría quizá éste poner fin a su ceguera? Otros lo habían intentado. ¿Tenía colirios mágicos de Egipto? ¿Se llevaría, como los otros, su dinero y su ilusión? El profeta empezó a hablarle mientras le humedecía sus ojos. Le untó saliva en los ojos, le impuso las manos ¿Qué es lo primero que te gustaría ver? Al ciego se le agolparon los deseos: árboles, hombres, a sus hijos corriendo. Le preguntó: ¿Ves algo? Empezó a distinguir y dijo: Veo hombres que parecen árboles, pero andan.
u  Jesús yo también necesito que me cures de… (dile de qué cosas).
Le puso otra vez las manos en los ojos: el hombre miró: estaba curado (Mc 6, 22-26).
Jesús, esta vez fue a la 2ª. El Ciego de Betsaida necesitaba una segunda mano. Y a la 2ª fue la vencida: abrió los ojos y veía con toda claridad ¿Qué es lo que vio tan claro? Te vio a Ti, Jesús mío, y como el Salmo quizá exclamo: Me saciaré de tu semblante, Señor. Y ya no pudo dejar de mirarte.
u  Pide a Jesús que te eche todas las manos que haga falta.
Propósito: repetir, Señor quiero ver tu rostro. 

martes, 14 de febrero de 2012

Martes 14. Santos Cirilo y Metodio. La mies es mucha


Los envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir (Lc 10,1).
Jesús, de dos en dos pero sin empujar, ¡que hay gente para todos...! No sé qué me pasa pero hoy se me está abriendo un hambre apostólica… Me dices que para hacer apostolado, para acercar a alguien a Dios, en primer lugar hace falta oración. Por eso hoy mi lema apostólico es de dos en dos pero con el tresmásdos. Quiero tener aventuras apostólicas, como las de aquellos dos amigos tuyos con nombres tan curiosos: Cirilo y Metodio, Patronos de Europa. No lo tuvieron fácil. Fueron grandes evangelizadores en una época muy complicada, mucho más complicada que la actual. Eran tan solo dos pero convirtieron a naciones enteras que desde entonces son cristianas.
u  No me llamo ni Cirilo ni Metodio, pero “envíame”, quiero ser apóstol.
La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, por tanto, al señor de la mies que envíe obreros a su mies (Lc 10,2).
Quizá naciones enteras no, pero si puedo evangelizar, llevar a Cristo a los de mi clase, a mi colegio, a mi familia, a mis amigos. Eres, entre los tuyos —alma de apóstol—, la piedra caída en el lago. —Produce, con tu ejemplo y tu palabra un primer círculo... y éste, otro... y otro, y otro... Cada vez más ancho. ¿Comprendes ahora la grandeza de tu misión? (Camino 831). Yo seré, con tu gracia, esa piedra que removerá las aguas.
u  Dile a Jesús, que te encanta hacer olas.
Propósito: hacer olas.

Lunes 13. Jesús dio un profundo suspiro...


En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús  para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo” (Mc 8, 11-13).
Jesús, te pusieron a prueba, como si fueras la cabra de un circo: Si te subes hasta aquí arriba y haces el triple mortal con tirabuzón…; y ahora el más difícil todavía: haznos un milagrito. Jesús, te pusieron a prueba y yo también, a veces, te pongo a prueba: —Que saque buena nota y sin estudiar. —Que encuentre el celular sin buscarlo. —Si no me concedes lo que te pido, ya no respiro o dejo de creer o de ir a Misa… Jesús, perdóname pero a veces ¡te pido cada cosa!
u  Sigue hablando sobre las pruebas que le pones a Jesús.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo: ¿Por qué esta generación reclama un signo? (Mc 8,11-12).
Mi abuela —que también es una santa—, no hace más que suspirar. Toma todo el aire que puede, lo mantiene un ratito en los pulmones y después lo suelta de golpe, mientras dice: ¡¡Ay Sssseñor…!! Yo y mis hermanos decimos que los suspiros le salen del alma. Jesús, ¿cómo fue ese profundo suspiro?, ¿suspiras también por mi?: este no se entera, pero que cosas me pide…
u  Di que le vas hacer suspirar de orgullo santo por tener un hijo tan bueno.
Propósito: No más pruebas.

Domingo 12. Si quieres puedes limpiarme


Se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres puedes limpiarme» (Mc 1, 40).
—¡Un leproso! ¡¡Se acerca un leproso!! Gritó desgañitado uno de los discípulos. —No puede ser, ¡Que se habrá creído!, pensaron algunos mientras cogían piedras para tirárselas. En aquella época —ahora no— la lepra era incurable y se consideraba una maldición. Aquel leproso, poco tiempo antes, había sido un apuesto muchacho con mucho éxito entre las chicas. Primero fue una manchita blanca pero después perdió los rasgos de la cara y se convirtió en un… monstruito ambulante. —¡Qué alguien haga algo! ¡Qué asco! Se abrió amplio pasillo y aquel desecho humano habló: Si quieres puedes limpiarme. Todos los ojos están puestos en Jesús.
u  El pecado es la lepra del alma. Desfigura la imagen de Dios que llevo.
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero: queda limpio. La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio (Mc 1,45).
—¡Lo ha tocado! ¡Lo abraza! ¡Lo besa!... Y es que aquel pobre chico tocó previamente la fibra del corazón misericordioso de Jesús. Sintiendo lástima, como en la Viuda de Naím: Se compadeció de ella (Lc 7,13), y de golpe recuperó toda su guapura. Como yo cuando me confieso.
u  Jesús, ayúdame a nunca hacer ascos de nadie, ni de mi mismo.
Propósito: recuperar cuanto antes la guapez (confesarme).