lunes, 30 de septiembre de 2013

Delfín

Les vino al pensamiento cuál de ellos sería el mayor. Pero Jesús, conociendo los pensamientos de su corazón, tomó un niño, y lo puso a su lado (Lc 9, 46-47).

No quiero crecer, Jesús, en mi trato contigo y con tu Padre, nuestro Padre. Que sea siempre un niño que se abandona en los brazos de su papá, sin miedo ni a los demás ni a él. Esto lo aprendí de S. Josemaría, “si tienes deseos de ser grande, hazte pequeño. Ser pequeño exige creer como creen los niños, amar como aman los niños, abandonarse como se abandonan los niños..., rezar como rezan los niños. (...) Hazte pequeño. Ven conmigo y viviremos la vida de Jesús, María y José” (Santo Rosario).

·        ¿Me pongo en plan adulto con Dios, es decir a reclamarle cosas?

Les dijo: Todo aquel que acoge a este niño en mi nombre, me recibe a mí; (...): pues el menor entre todos vosotros, ése es el mayor (Lc 9, 48).

Eso sí, Jesús, un niño que no hace berrinche ni se enoja, que no se cree el príncipe de su casa, sino que está pendiente de su mamá y su papá, para ayudarles. Que no me compare con nadie, sino contigo, mi Jesús, y de Ti aprenda a servir. Lo dicen hasta los que no te conocen como Tagore, el escritor de la India: “Dormí y soñé que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y vi que el servicio era alegría”. Por eso el San Josemaría rezaba así: “¡Jesús, que yo sea el último en todo y el primero en el amor”.

·        ¿Cuántas veces he querido ser el 1º hoy? ¿Y el último?


Propósito: El primero en el servir, en lo demás el “delfin” (el último).

domingo, 29 de septiembre de 2013

Domingo XXVI Rico

Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino finísimo, y cada día celebraba espléndidos banquetes. Un pobre, en cambio, llamado Lázaro, yacía sentado a su puerta, cubierto de llagas, deseando saciarse de lo que caía de la mesa del rico (Lc 16, 19-21).

En Brasil, Jesús, me he enterado que el Papa Francisco decía a los voluntarios que el servicio más bonito que podemos realizar es preparar el camino para que todos puedan conocer, encontrar y amar al Señor. Y en ese preparar, me parece que está el saber hacer algo por los más necesitados, por los pobres. Jesús, que yo no quiero ser como ese rico que vivía su vida (banquetes, fiestas) y no se daba cuenta del pobre Lázaro que estaba pasando un hambre terrible.

·        Habla con Jesús y concreta que puedes hacer por los más necesitados.

Te ruego entonces, padre, que le envíes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos, para que les advierta y no vengan también a este lugar de tormentos. Pero replicó Abrahán: Tienen a Moisés y a los Profetas. ¡Que los oigan! Él dijo: No, padre Abrahán; pero si alguno de entre los muertos va a ellos, se convertirán (Lc 16, 27-30).

Jesús, también son pobres aquellos que viven sin fe, sin quererte. Hoy en esta oración además de concretar hacer algo por los pobres también me quiero decidir hacer mucho apostolado. A quitarme los miedos y dejar de un lado la comodidad.

·        ¿Con quiénes voy hacer apostolado en serio?


Propósito: ayudar a todos los tipos de pobres.

sábado, 28 de septiembre de 2013

“Ellos no entendían”… y yo tampoco

Grabad en vuestros oídos estas palabras: el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres (Lc 9, 44).

Ahora se entiende medio bien, pero a los Apóstoles esta frase que debían grabar en sus cabezas les debió sonar a chino mandarín. Tú, Jesús, que habías hecho tantos milagros y que ya te habías escapado varias veces de las garras de los gorilas de Herodes, no era posible que acabaras preso por ellos. ¡Qué no me escandalice de Ti, Jesús! Porque queriéndome tanto, sé que llegará el sufrimiento. El sufrimiento no me será placentero –eso es masoquismo– pero ayúdame para que sea feliz sufriendo unido a tu Cruz y ayudando así a los demás. Te lo pido ahora, en frío, para que no pele cables en el momento malo.

·        Ruega a Jesús que te dé su gracia para cuando llegue la Cruz.

Ellos no entendían este lenguaje, y les resultaba tan oscuro que no lo comprendían; y temían preguntarle acerca de este asunto (Lc 9, 45).

Cabal. Cabal lo que me pasa a mi a veces, que no me comprendo –o me temo lo peor– y no me atrevo a preguntarte en la oración. Cuando me doy cuenta de que algo no me va a afectar sí te digo como ellos “explícanos la parábola” (Mt 13, 36) pero cuando me huelo que la explicación me va afectar de lleno, busco otro tema para hablar contigo, no vaya ser que quieras que me comprometa. Te pido que me ayudes siempre a vencer este miedo tonto.

·        Pide consejos a los Apóstoles para no ser cobarde con Jesús.


Propósito: Pedirle a San Miguel que me ayude a ser valiente.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Chat divino

Y sucedió que, cuando estaba haciendo oración, se hallaban con Él los discípulos (Lc 9, 18).

¿Cómo rezabas, Jesús? O más bien ¿cómo rezas? Digo como rezas porque si rezar es hablar con Dios, lo tuyo es un chat permanente con el Padre y con el Espíritu Santo. Pero cuando estabas en la tierra con tu cuerpo mortal debía ser impresionante: ¡ayúdame a rezar! Porque a veces se me olvida, o me pongo a pensar en vez de hablar contigo, o con el Padre o con el Espíritu Santo, o con tu Madre –que es también madre mía–. Otras veces retraso el momento, porque sé que Tú siempre estás ahí esperándome y soy un abusivo.

·        Pide perdón a Dios por tus descuidos en la oración.

Él les dijo: Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Pedro dijo: El Cristo de Dios (Lc 9, 20).

Con la boca lo digo, Jesús, cuando rezo el Credo y en mi oración también te lo digo muchas veces: Jesucristo, Jesús el Cristo, el ungido de Dios Padre, su Unigénito. Con la boca y con el corazón, pero tantas veces, Jesús, con las obras no. Y es que seguirte cuesta, y Tú me contestas: –a mí también me costaba ir a la Cruz por ti, para salvarte, por eso me fui al Monte de los Olivos y me puse a rezar: “no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc 22, 42). Que aprenda a decir “¡Señor mío y Dios mío!” (Jn 20, 28) con mi comportamiento.

·        Sigue pidiéndole que te haga muy coherente.


Propósito: Rezar bien y que se note luego.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Actos de fe

Herodes el tetrarca oyó todo lo que ocurría y dudaba, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos, otros que Elías había aparecido, otros que algún profeta de los antiguos había resucitado (Lc 9, 7-8).

¡Cuánta gente se dice cristiana, Jesús! Pero no todos creen; yo ahora te digo “creo que eres el único Hijo del Padre, nuestro Señor, concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nacido de santa María Virgen, que padeciste bajo el poder de Poncio Pilato, que crucificado, muerto y sepultado, tras descender a los infiernos, resucitaste al tercer día de entre los muertos, y subiste a los cielos y estás sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí has de venir a juzgar a vivos y muertos”.

·        Haz muchos actos de fe en Jesucristo.

Y dijo Herodes: A Juan lo he decapitado yo, ¿quién, pues, es éste del que oigo tales cosas? Y deseaba verlo (Lc 7, 9).

Te he dicho que creo, Jesús, y –como Sto. Tomás– cuando el sacerdote te alza en la Consagración rezo “Señor mío y Dios mío”, y te veo oculto bajo las apariencias de Pan y de Vino, pero te deseo ver cara a cara. Jesús, que Te vea, llévame un día al Cielo. “Tu rostro buscaré, Señor” (Sal 26, 8), o como decía la Santa Patrona de los poetas: “Véante mis ojos, / dulce Jesús bueno, / véante mis ojos, / muérame yo luego”. Y es que el día en que Te vea en todos los que trato y en todo lo que hago viviré ya en el Cielo.

·        Dile a Jesús: Creo en Ti, Te amo y espero que me lleves al Cielo.


Propósito: Hacer actos de fe, esperanza y caridad sin parar.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Misión de cristianos

Los envió a predicar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos (Lc 9, 2).

Yo Jesús ni soy uno de los doce Apóstoles ni tampoco soy médico, pero soy cristiano. “Cristiano es mi nombre, Católico mi apellido” decía S. Agustín hace muchos siglos. Un día en Reli nos explicaron que las últimas palabra de la Misa en latín son “ite, missa est ” que significa “salgan, su misión es ahora”. Tú me sigues enviando a predicar y a sanar a quien me rodea, a predicar con mi ejemplo, a sanar con mi sonrisa… Tú te quedas en el Sagrario, pero tu Gracia me acompaña para hacer felices a los demás… ¡Jesús, que me llene de amor a Ti y a los demás en cada Misa, en cada Comunión, y cuando voy a visitarte!

·        Dile a Jesús que te mande en una misión SWAT.

Y les dijo: No llevéis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tengáis dos túnicas (Lc 9, 3).

¡Cuánto miedo, Jesús! Veo claro que soy de tu SWAT, pero me da miedo, cuando quiero ayudar a un amigo, hablarle de que no friegue a sus hermanos, que no es más macho por ser más patán…, entonces me da vergüenza. Me has visto, Jesús, haciendo pruebas en el espejo de lo que le voy a decir, o inventando primero jugar Fifa- 2013, para luego –medio engañado– llevármelo a Misa… Tú me dices que no necesito nada, ni bastón, ni plata… y es que teniéndote a Ti, lo demás se arregla.

·        Cuenta tus miedos y tus estrategias a Jesús.


Propósito: Lanzarme en el apostolado.

martes, 24 de septiembre de 2013

Familia

Y le avisaron: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte (Lc 8, 20).

Esta frase, Jesús, me hace pensar en que todas las familias son iguales. Siempre quieren ver y atender especialmente a los más pequeños o jóvenes. Y yo muchas veces me hago el rogado o pongo mala cara cuando hay reuniones familiares. Y en ocasiones llego a decir que son aburridas esas reuniones y que por eso no quiero ir. Jesús, hoy quiero hablarte de cada uno de los miembros de mi familia. Y además pedirte que me ayudes a tratar a todos muy bien y a quererlos.

·        Habla con Jesús de cada uno de los de tu familia y pide lo que piensas que necesitan.

El, respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la cumplen (Lc 8, 21).

Aquí está el secreto de los buenos hijos de Dios. Me parece entender, Jesús, que un buen hijo de Dios es el que quiere descubrir cuál es la voluntad de Dios Padre y luego hacerla. Jesús, ayúdame a que no me deje engañar por la comodidad y me conforme con simplemente no pecar y creerme después que soy bueno. Y es que a veces me felicito a mi mismo por lo bueno que soy ya que no he hecho nada malo.

·        ¿Cuál es la voluntad de Dios Padre para ti? ¡Estás dispuesto a cumplir esa voluntad?


Propósito: ser buen hijo de Dios.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Dar luz

Nadie que ha encendido una lámpara, la oculta con una vasija o la pone debajo de la cama, sino que la coloca sobre un candelero para que los que entran vean la luz (Lc 8, 16).

Jesús, no me gustan nada los nerdos, esos egoístas que quieren sacar 100 en todas la clases para ser millonarios el día de mañana. Yo quiero sacar buenas notas, pero ayúdame a no ser un egoísta, a ayudar a los demás, a pasarlo bien con ellos y a prepararme muy bien para servir con mi profesión a todos. Leí en Camino (n. 301) “estas crisis mundiales son crisis de santos”: ¡ayúdame, Señor, a iluminar y a mejorar mi ciudad, mi patria, la tierra entera!

·        Sueña con Jesús en darle la vuelta al mundo como a un calcetín.

Al que tiene se le dará; y a todo aquel que no tiene, incluso lo que piensa tener se le quitará (Lc 8, 18).

No lo entiendo bien, Jesús. Me parece que el rico se confía en su dinero, el nerdo en sus notas, el culebra en los conectes de su papá… Luego el banco quiebra, le da un derrame cerebral o cambian al Ministro de Economía y todo lo que uno pensaba tener se acaba… y después la muerte. Dijo S. Juan de la Cruz, “al atardecer de la vida, nos juzgarán en el Amor”. A quien Te haya buscado y amado en la Tierra, Te le darás por entero y PARA SIEMPRE.

·        Pregunta a Jesús si piensa que tú estás aprovechando la vida. Por cierto, ¿ya descubriste tu vocación?


Propósito: Ser avaricioso del Señor.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Domingo XXV Estar desprendido

Quien es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho; y quien es injusto en lo poco también es injusto en lo mucho (Lc 16, 10).

El Papa Francisco cuando fue a la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil dijo a los jóvenes que fueran generosos con Dios y con los otros y recordó “que hay más dicha en dar que en recibir”. Ahora, Jesús, entiendo que serte fiel es ser generoso todos los días: estudiar duro a diario, hacer mi cama siempre, ayudar sin que me lo pidan en la casa… en definitiva, no estar en mi mundo. En pocas palabras me parece que ser fiel es ser generoso y eso es no estar tan apegado a mi yo y a mis cosas.

·        Sigue por tu cuenta hablando con Jesús sobre lo que piensas que es generosidad.

Ningún criado puede servir a dos señores, pues odiará a uno y amará al otro, o preferirá a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero (Lc 16, 13).

Jesús, te sigo contando del Papa Francisco que le decía a los jóvenes que Dios tiene un proyecto para cada uno y que había que descubrir la propia vocación. Estas palabras a mi me dan un poco de miedo, miedo a exigirme para dejarme mis riquezas. Riquezas de comodidad, de pereza y sobre todo de egoísmo de querer ser feliz sin tener que comprometerme. Jesús, ayúdame a ser generoso y que descubra mi vocación y que me comprometa.

·        Ten valentía y pregúntale a Jesús cuál es tu vocación.


Propósito: descubrir mi vocación.

sábado, 21 de septiembre de 2013

¿Me llamo Mateo?

Cuando partía Jesús de allí, vio a un hombre sentado en el mostrador de los impuestos, llamado Mateo, y le dijo: Sígueme. Él se levantó y lo siguió (Mt 9, 9).

Jesús, era lo último que se podía esperar Mateo y los demás. Sé que ser cobrador de impuestos era algo así como ser antijudío, algo que nadie perdonaba: colaborar con el Imperio Romano en su sometimiento al Pueblo Elegido, y de paso hacerse rico. Pero Tú, Jesús dijiste “no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” (Mc 2, 17)… y entonces me lleno de ilusión… y luego me entra un miedo cósmico: yo soy un pecador, Jesús, ¿será que me llamas? Yo hago el 3+2 de milagro, yo me dedico a mis cosas… ¿será?

·        ¿Será? ¿Será que Jesús me llama?

Estando Él a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y pecadores (Mt 9, 10).

Y sus amigos eran del mismo estilo, pero Mateo los acercó a Ti, Jesús. Y yo sigo asombrado, y me he ido a Camino (799) “Lo que a ti te maravilla a mí me parece razonable. -¿Que te ha ido a buscar Dios en el ejercicio de tu profesión? Así buscó a los primeros: a Pedro, a Andrés, a Juan y a Santiago, junto a las redes: a Mateo, sentado en el banco de los recaudadores... Y, asómbrate!, a Pablo, en su afán de acabar con la semilla de los cristianos” O sea, que no tengo excusa, y a llevarte a todos mis amigos.

·        Sigue preguntándole: ¿será que Jesús me llama?


Propósito: Oírte, levantarme, seguirte.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Jesús quiere tener ayuda

Él recorría ciudades y aldeas predicando y anunciando la buena nueva del Reino de Dios (Lc 8, 1).

Jesús, no sé qué hubieras hecho hoy, si habrías abierto una cuenta en facebook, o un twitter. Lo que sí sé es que no te estás quieto, vas de un lado para otro anunciando el Evangelio (la buena-noticia) que eres Tú mismo, Dios hecho hombre. Y pensar que yo me rindo ante el primer obstáculo, y que si no hay carro no me muevo ni con una grúa. Tú caminas aunque te canses, como aquel día en que fatigado del camino te sentaste junto al pozo a las tres de la tarde (cfr. Jn 4, 6). Yo, en cambio, casi siempre estoy cansado de no hacer nada, y me canso muy pronto de hacer el bien.

·        Cuenta a Jesús qué caminos recorres y por qué.

Le acompañaban los Doce y algunas mujeres: (...) María, llamada Magdalena,(...) Juana,(...) Susana y otras muchas que le asistían con sus bienes (Lc 8, 1-3).

Y es que, hay que reconocerlo, Jesús, las mujeres son expertas en asistir con sus bienes: desde que nací me cuida mi mamá, siempre tan tierna y pendiente de todo, mi abuela que no se le escapa una. María, Juana, Susana, ayúdenme a querer más a Jesús, a ser menos tacaño con Él y con los demás, a saber poner esfuerzo y servir a Jesús en los demás; ayúdenme a lanzarme hacer apostolado y a tratar muy bien a todas las mujeres especialmente a las de mi familia.

·        Pide consejos a las Santas Mujeres para asistir a Jesús y con¬creta con quién vas hacer apostolado.


Propósito: Tratar muy bien a las mujeres de mi familia.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Hasta perdona los pecados

Había en la ciudad una mujer pecadora que, al enterarse que estaba sentado a la mesa en casa del fariseo, llevó un vaso de alabastro con perfume, se puso detrás a sus pies llorando y comenzó a bañarlos con sus lágrimas (Lc 7, 37-38).

¡Qué envidia, Jesús! Primero por lo fácil que yo tengo encontrarte –en el Sagrario– y lo poco que te busco. Esta mujer tuvo que buscar, y luego se esforzó, y pasó pena al meterse en medio de aquel banquete… la señalarían con el dedo, pero quería estar contigo. ¡Qué envidia, Jesús! Porque a pesar de sus pecados sabe que eres mi-se-ri-cor-dio-so, y que, como está arrepentida, la vas a perdonar. ¡Ojalá yo llorara arrepentido por mis pecados, como esta mujer! Además, yo sé que esos pecados causaron tu Cruz.

·        Llora sin lágrimas de dolor de amor ante tu crucifijo.

Le dijo a ella: Tus pecados quedan perdonados (…) Tu fe te ha salvado; vete en paz (Lc 7, 48.50).

¡Qué alegría, Jesús! Cuando ves mi arrepentimiento, siempre me perdonas. ¡Qué no me acostumbre! Y a veces lo que me pasa es que doy las gracias al confesor, me “voy en paz”, hago la penitencia de una vez y ni te doy las gracias a Ti… Esta mujer seguro que se fue, pero a contarle a sus amigas que era una mujer nueva, que había cambiado, que el Mesías esperado le había perdonado los pecados. A mí, en cambio, me da pena decir que me confieso.

·        Agradece a Jesús su perdón en la Confesión y llévale amigos.


Propósito: Irme en paz y contarlo sin vergüenza.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Los lanzados

Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: «Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis.» (Lc 7, 32)

A veces me siento así, Jesús. No quiero rezar, pero a la vez quisiera ser el que más cerca de ti está. No quiero ayudar en la casa, y a la vez quisiera que dijeran que soy el más servicial. Así andaba una vez, hasta que mi mamá me dijo: pero vos, al final de cuentas ¿qué querés? A ti Jesús, te contesto, pues que quiero ser buen hijo de Dios, quiero ser buen hijo de mis papás. Ese objetivo claro me tiene que levantar, como el corredor que aunque se cae y pierde la competencia, de todas formas se levanta y llega a la meta.

·        Ante la pereza, ideas claras: ¿quién quieres ser? Luego levántate y ponte en marcha hacia esa meta.

Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: «Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de recaudadores y pecadores» (Lc 7, 33-34).

Y en mi camino hacia ti, Jesús, no faltarán los criticones. Los que no tienen otro oficio que hablar mal del prójimo o andar chismoseando. Y por andar fijándose tanto en ellos, termina uno haciéndolos leña, y al final de cuentas es uno tan criticón como ellos. Por eso, ayúdame a tener la mirada fija en ti, y no en el qué dirán. A ser coherente y no prestarme al chisme.

·        Pídele a Jesús dominar tu lengua.


Pensar cuál es la meta de mi vida y contársela a Jesús.

martes, 17 de septiembre de 2013

Sensible de verdad

Al acercarse a la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar un difunto, hijo único de su madre, que era viuda, y la acompañaba una gran muchedumbre de la ciudad. Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: No llores (Lc 7, 12-13).

Ya sabes, Jesús, que soy muy sensible, pero Tú más, con una sensibilidad no superficial. Por eso te conmueves ante aquella pobre viuda a la que se le acaba de morir su único hijo. A veces cuando veo el mal, el dolor, no lo entiendo y a veces –perdóname – me enojo contigo porque permites estas cosas. Soy tonto, Tú viniste a salvarnos, a curarnos…, si te hiciéramos caso…. Tú viniste a decirnos no lloren más, yo los salvo muriendo en la Cruz y les dejo mis enseñanzas para que sean felices en esta tierra y luego en el cielo.

·        Agradece a Dios lo que ha hecho para salvarnos.

Se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron; y dijo: Muchacho, a ti te digo, levántate (Lc 7, 14).

Yo no tengo un hijo muerto, pero –lo sabes, y me duele profundamente recordártelo– tengo a mi primo muerto a la fe. Va a Misa sólo en Navidad y por tradición, en sus parrandas se comporta como una bestia, en la U ya sabes que truena más que una tormenta… Mi tía no es viuda, pero hazle caso. Yo la veo a veces con los ojos rojos, y sé por qué, por mi primo: ¡hazle caso, Jesús! Resucita a mi primo.

·        Cuéntale a Jesús sobre otros que necesitan ser resucitados.


Propósito: Pedir por los que están muertos a la Fe.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Fe

Jesús, pues, se puso en camino con ellos. Y no estaba ya lejos de la casa cuando el centurión le envió unos amigos para decirle: Señor, no te tomes esa molestia, porque no soy digno de que entres en mi casa (Lc 7, 6).

Otro pasaje, Jesús, donde se ve que eres el Buen Pastor. Te avisan de aquel hombre enfermo y te pones en camino para ir a curarlo. Aquel centurión te mandó a decir unas palabras que te conmovieron y que nosotros repetimos en la Santa Misa justo antes de comulgar. Si aquel hombre no era digno, imagínate cómo estaré yo. Y eso que hasta en algunas ocasiones me hago el rogado para ir a Misa o para confesarme, o voy de mala cara. ¡Que sepa valorar la Santa Misa y tu presencia real en la Eucaristía!

·        Repite despacio la Comunión Espiritual.

Al oírlo, Jesús quedó admirado de él, y volviéndose a la multitud (…) dijo: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe (Lc 7, 9).

Me costó entender por qué dices que ese hombre tenía una gran fe. Yo hubiera dicho que tenía mucha humildad. Pero le pregunté al sacerdote del colegio y me dijo que era de gran fe porque no necesitaba verte en persona para saber que eras capaz de curar a su siervo. Y yo, en cambio, a veces me hago bolas sobre cómo es tu presencia en la Eucaristía. Por eso me ha servido aquello que me dijeron que para tener fe hay que pedirla y hay que ejercitarla.

·        Pide la fe y concreta cómo la vas a ejercitar.


Propósito: Hacer actos de fe al comulgar: “creo, pero aumenta mi fe”.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Mater Dolorosa y Patria dolida

Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María Magdalena (Jn 19, 25).

Sabes, Jesús, que hoy se celebra el Día de la Independencia, por esto Septiembre es el mes de las Fiestas Patrias. Pero hoy la Iglesia celebra a la Virgen de los Dolores, y creo que tiene algo que ver. ¿Cómo así? Pues que si todos somos hijos de Dios y una gran familia, somos también hijos adoptivos de María, porque ella te acompañó en la Cruz. Te acompañó porque, aunque sufría profundamente, allí estaba a tu lado consolándote. Además no estaba sola, estaba también María de Cleofás y su amiga Magdalena. Y es que la familia es lo más importante de la Patria (“Patria” significa “lugar de los padres”), si se destruye la familia se destruye la Nación.

·        Cuéntale a Jesús qué haces por tu Patria y por tu familia.

Jesús, viendo a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a su madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Después dice al discípulo: He ahí a tu madre (Jn 19, 26-27).

Señora de los Dolores, hoy no puedo sino pedirte otra vez por esas mamás de mi tierra a las que llevan sus hijos baleados… Tú, que sabes lo que es tener a un Hijo asesinado entre los brazos y que eres Madre Nuestra, haz que haya paz en nuestra Patria… y haz que haya paz en mi familia, y en todas las familias de esta Patria grande que es la tierra entera. ¡Somos tus hijos, haz que nos queramos!

·        Sigue hablando con la Virgen.


Propósito: Rezar el Rosario por la paz en mi país.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Exaltación de la Santa Cruz La Cruz en mi vida

Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn 3, 16).

Jesús, hoy se recuerda tu sacrificio en la Cruz. Gracias a que has querido cargar con nuestros pecados y sufrir voluntariamente la muerte en Cruz, ahora somos hijos de Dios. Entiendo que el precio que pagaste fue elevado. Y que estando colgado en la Cruz pensabas en el bien de las almas, más que en tu dolor –esto me lo explicaron así en Reli. Jesús, que yo me atreva a “exaltar”, a levantar también en mi vida tu cruz. Quiero, Jesús, ser generoso como Tú y pensar en el bien de los demás. Que no sea un miedoso que huye del sacrificio y de lo que cuesta.

·        Sigue hablando a Jesús sobre qué es levantar su Cruz.

Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él (Jn 3, 17).

Jesús, en una ocasión me dijeron que si un hombre era sacrificado y exigente consigo mismo entonces era muy comprensivo y cariñoso con los demás. Y la razón es porque se va pareciendo a Ti, que has venido a este mundo no para condenarlo, sino para salvar a todos por medio del sacrificio de la Cruz. A mí me falta bastante exigencia personal y por eso soy frío o malo con los demás. ¡Que me decida a ser sacrificado en el estudio y el trato con los demás! ¡Que no huya del sacrificio! ¡Que tenga siempre en mi día la señal del cristiano, la Santa Cruz!

·        Concreta pequeños sacrificios para vivir a diario.


Propósito: Levantar la Cruz de Jesús en mi vida.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Ciegos

Les dijo también una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? (Lc 6, 39).

Pues para ayudar a los otros, lo primero es estar en gracia. Jesús, me parece entender que uno no puede dar lo que no tiene. Si tengo amor a Dios, puedo ayudar a otros a que lo amen. Te quiero contar Jesús, que cuando tengo la desgracia de caer en algún “pecadote” me quedo como ciego y voy por ahí haciendo burradas y enojado con todos y conmigo mismo. Ayúdame a correr a confesarme y que me mueva el querer ayudar a los demás con una vida limpia.

·        Cuéntale a Jesús cuando te pones ciego

¿Cómo puedes decir a tu hermano: hermano, deja que quite la paja que hay en tu ojo, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad cómo sacar la paja del ojo de tu hermano (Lc 6, 42).

Pues más claro no puedes decirlo, Jesús. A mi esto que dices es como poner el dedo en la llaga, ya que eso de andar señalando los errores de los demás a mi se me da muy bien. Soy como un periodista investigador e historiador. Cuando me pongo tonto soy capaz de señalar los errores presentes y pasados de cualquiera. Jesús, ayúdame a ser humilde y a no ser tan criticón.

·        Sigue pidiéndole humildad a Jesús.


Propósito: no ser un criticón especialmente con mi familia.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Regla de oro

Pero a vosotros que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian (Lc 6, 27-28).

Lo has dicho bien, Jesús, a los que te escuchan invitas a que no sean rencorosos, ni vengativos. El problema es que a veces no te quiero escuchar, y por eso voy echando rayos y culebras con todo aquel que me parece que me ha ofendido o, al menos, tratado un poco mal. Y eso que mi Custodio me va diciendo que baje las revoluciones. Hasta oigo que me dice: cool down. Jesús quiero aprender de Ti a ser sereno, manso y humilde. ¡Que no quiero ser resentido! Y por cierto, que lo único que rezo por aquellos que me caen mal es aquello de Dios santo, Dios fuerte, Dios inmortal, / líbrame de este animal. Para burro del año no me gana nadie.

·        Cuéntale a Jesús si tienes algún rencorcillo con alguien.

Haced a los hombres lo mismo que quisierais que ellos os hiciesen a vosotros (Lc 6, 31).

Jesús, el sacerdote del colegio nos explicó en una Misa que esto es la regla de oro del cristianismo. Y al pensarlo me doy cuenta que tratarte no es sólo para no caer en tentación, para no hacer cosas malas. Sé bien que para seguirte hay que tratar de vivir la caridad con todos. Pero esto cuesta vivirlo en la práctica. Tantas veces me quedo tan pancho y me hago el chanchito con sólo saber que no tengo pecados mortales y ni muevo un dedo para ayudar a otros.

·        Platica con Jesús si vives la regla de oro con tu familia.


Propósito: No estafar a nadie, con todos la regla de oro.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Que no me arrastre la corriente

Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien (…) por causa del Hijo del Hombre (Lc 6, 22).

Esto lo entiendo muy bien, Jesús. Y lo entiendo porque si uno se porta bien automáticamente le caes mal a otros. Jesús, dame la gracia para ser valiente y no esconder que te quiero. Que no sea miedoso, que aprenda a dar la cara por el Papa o la Iglesia. Que no me importe ese tan famoso miedo al qué dirán. Que viva aquel consejo que escribió San Josemaría: Busca sólo la gloria de Dios y, amando a todos, no te preocupe que otros no te entiendan (Forja, n. 255).

·        ¿En qué tipo de situación me pongo miedoso?

¡Ay de vosotros los que ahora estáis hartos, porque tendréis hambre! ¡Ay de vosotros los que ahora reís, porque gemiréis y lloraréis! (Lc 6, 25).

Jesús, hablas bien clarito. Si por miedo no defiendo lo que se refiere a Dios y más bien me pongo a reírme de las tonteras que dice la gente por ahí, luego me voy a arrepentir. Dame la valentía de cortar a los que dicen chistes en contra de Dios, el Papa o la Iglesia. Dame la valentía de cortar a los que hacen comentarios impuros. No dejes que me arrastre el ambiente, que sea capaz de imponer yo el ambiente. Que me decida, Jesús, a lanzarme al apostolado.

·        Dice el refrán: camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Sigue pidiendo a Jesús valentía.


Propósito: No dejarme que me arrastre la corriente.

martes, 10 de septiembre de 2013

El 1, 2, 3 del apostolado

Sucedió en aquellos días que salió al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios (Lc 6, 12).

¡Qué bárbaro, Jesús! ¡Toda la noche en oración! ¿Cómo lo lograste? ¿Tomaste café y comías chocolates para mantenerte despierto? ¿No te distraías? ¿De qué hablabas tanto con Dios Padre? Te lo pregunto porque a mí hacer 15 minutos de oración sin distraerme y sin dar una cabeceada me parece una hazaña. Por cierto, es una hazaña que aún no he logrado. Si te contara que a cada rato me pongo a ver el reloj, y hasta con el vuelo de un zancudo me distraigo. Yo hoy te quiero pedir que me enseñes hacer oración, a perseverar, a tener tema para hablar con Dios Padre sin distracciones.

·        Cuéntale a Jesús cuáles son las distracciones en tu oración.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió a doce entre ellos, a los que denominó Apóstoles (Lc 6, 13).

Ahora entiendo, Jesús, pasaste toda la noche haciendo oración para llamar a los que serían los apóstoles. Antes de actuar –de llamarlos– hiciste oración por ellos y ofreciste el sacrificio de perseverar toda la noche rezando. Comprendo lo que decía San Josemaría en Camino que primero oración, después mortificación y en tercer lugar acción (cfr. 82). Jesús, que antes de hablarle a alguien sobre Ti –apostolado– siga estos pasos.

·        Concreta con Jesús la oración, sacrificio y acción por 5 amigos.


Propósito: Aprenderme el 1, 2 y 3 del apostolado, y lanzarme.