sábado, 30 de noviembre de 2013

S Andrés Empieza la Novena a la Inmaculada

Pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano (Mt 4, 18).

Jesús, hoy es la fiesta de uno de tus grandes amigos: San Andrés, el hermano pequeño de Pedro. Fue a orillas del Jordán donde te hizo aquella pregunta interesada: Maestro, ¿dónde vives? (Jn 1, 38). Quizá entonces le dijiste en broma: Por tu interés te quiero Andrés, y añadiste Venid y veréis (Jn 1, 39). Estaba claro. Querían que les invitaras a merendar pan con chocolates y pastel de dátiles, especialidad de tu Madre. Y permanecieron con Él aquel día. Era como la hora décima (Jn 1, 39). Y se quedaron hasta las tantas, tan a gusto se encontraban.

·        Pregúntale a Jesús si te quiere llamar como apóstol. No seas miedoso.

Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando la red en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: –«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres» (Mt 4, 18-19).

El colmo. Los pescadores fueron pescados. Todo comenzó por una merienda a orillas del río Jordán. Andrés fue tratando a Jesús, a su Madre, se fue haciendo cada vez más amigo hasta que llegó un momento en que decidió cambiar de patrón y de mar. En vez de tilapias del mar de Galilea se decidió por pescar almas y almejas (pequeñas almas) en el mar del mundo para Jesús, su nuevo Patrón.

·        Habla con Santa María y pídele que te ayude hacer mucho apostolado en estos días de la Novena.


Propósito: pescar.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Jesús, tu Palabra es una maravilla...

El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán ( Lc 21,33).

Jesús, en los últimos dos mil años por aquí ha pasado de todo: el autobús, el afilador, emperadores, reyes, presidentes, civilizaciones, imperios, liberadores, tiranos, enterradores de Dios, científicos locos, revoluciones, guerras, desastres naturales... De todo. De todo es de todo. De todos menos tu Palabra. Mis palabras no pasarán… ¡Será por algo! La verdad es que da qué pensar.

·        Jesús, Tú tienes Palabras de Vida eterna.

La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1,14).

Jesús, quizá sea por esto. Tu Palabra, Tú mismo, Jesús, te has querido quedar con nosotros. Pero no sólo en la Eucaristía (Verbo encarnado) sino también en la Palabra, en la Sagrada Escritura (Verbo encuadernado). San Bernardo comenta: habitó, ciertamente, por la fe en nuestros corazones, habitó en nuestra memoria, habitó en nuestro pensamiento y desciende hasta la misma imaginación. Me impresionó aquel sacerdote que veía leer el Evangelio y cada poco daba besos. —¿Por qué da tantos besos al libro? Le pregunte. Y él me contestó: —Doy un beso cada vez que aparece escrito Jesús (el Verbo encuadernado).

·        Proponte leer una página del Evangelio al día, por lo menos…


Propósito: leer el Evangelio.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Bienvenido, Jesús

Habrá signos en el sol y en la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo (Lc 21, 23).

Jesús, cuando llegue el fin del mundo será un espectáculo impresionante. Sobre todo eso de las gentes enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. No sé si lo veré en vivo y en directo, o ya desde el Cielo, pero no me lo pienso perder. En el fondo me da un poco lo mismo, pues cuando se está contigo aquí en la tierra lo del fin del mundo no deja de ser un mero trámite. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación (Lc 21, 28). Cuando llegue, levantaré la cabeza para recibirte glorioso, con la mejor de mis sonrisas: ¡Bienvenido de nuevo, Jesús!

·        Sin agobios, piensa si estás bien preparado para la 2ª venida de Jesús.

Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, la luna a sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas (Ap 12, 1).

Jesús, ya está a punto de comenzar la Novena a la Inmaculada, para esa gran fiesta de la Virgen. En tu segunda venida sabemos que no vendrás solo, te traerás a tu Madre, bien rodeada también de efectos especiales: sol, luna, estrellas… ¿también con rugir de olas? COOL.

·        Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que acudimos a Ti


Propósito: estar preparado para la 2ª venida.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Sin que me falte un pelo

Os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel (...) por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio. (...) Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá (cfr. Lc 21, 12-19).

Jesús, tu preocupación por la caída del cabello me conmueve y me tranquiliza. No porque me dé miedo quedarme pelón, sino porque es señal de que nada pasa sin que Tú lo permitas. Jesús, se ríen de mí cuando digo que voy a Misa o que me confieso. Pero lo que más me duele es que, a veces, son precisamente los de mi familia, los que más se burlan. Se cumplen tus palabras: Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán. Jesús, aunque no lo entiendo, todo esto lo permites por un motivo: así tendréis ocasión de dar testimonio de Mí. Seré tu testigo. ¡Cuenta conmigo!

·        Jesús necesita testigo creíbles ¿Lo soy? ¿Soy creíble o increíble?

Yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro (Lc 21, 14-15).

Decía un ateo: mostradme el rostro de cristianos alegres y entonces creeré en el Dios de la Alegría. Jesús, será mi alegría, mi vida coherente, el perdonar, el ayudar a todos, lo que dará a gritos un testimonio silencioso de Ti. Jesús, perdona, y de la caída del pelo, ¿qué es lo que lo detiene? Me miras riéndote y me dices: ¡el suelo, tontorrón!

·        Dile que quieres ser santo sin que te falte un pelo.


Propósito: mostrar rostro alegre.

martes, 26 de noviembre de 2013

La Belleza es el resplandor de la Verdad

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del Templo, por la calidad de la piedra y los exvotos (Lc 21, 5).

Jesús, hace unos años el Papa Benedicto XVI consagró en Barcelona el templo de la Sagrada Familia, que es una auténtica maravilla. Gaudí, el arquitecto, otro amigo tuyo, decía que: la Belleza es el resplandor de la Verdad. Jesús, cuando salgo por la calle aprecio mucha Belleza en las personas que me encuentro. También ellas, aunque no lo sepan, aunque no lo valoren, son Templos del Espíritu Santo que habita en sus almas. Son imágenes de Dios y su belleza manifiesta el resplandor de tu Verdad. Los discípulos ponderaban la belleza del Templo, por la calidad de la piedra. Jesús, como ni yo ni las personas que trato somos de piedra, ayúdame a respetar todos tus templos.

·        ¿Cómo es mi mirada? ¿Quita dignidad? ¿Respeta a los demás?

Cuidado con que nadie os engañe (Lc 21, 8).

¡Pero si,… ahora sí que se puede…! ¡Antes no se podía pero ahora sí!... Que sí, que se lo dijo una vez un cura a una amiga mía... Porque vendrán muchos en mi nombre (Lc 21, 8). ¡Es que no quiero ser el raro del grupo…! Si todo el mundo lo hace, además lo nuestro va en serio… nos queremos. Que nadie os engañe. Jesús, que no me engañe a mí mismo, que no sea carreta en el tema de la impureza.

·        Dile a Jesús: a veces puedo parecer malo, pero nunca tonto.


Propósito: no dejarme engañar.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Dale tú lo que le puedas dar

Alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el cepillo del Templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedas pequeñas (Lc 21, 1-2).

Jesús, este pasaje ya había salido en este mes. Y me acuerdo de haber estado hablando contigo sobre la generosidad. El Papa Benedicto XVI quería que vivamos, conozcamos y comuniquemos la Fe a los demás. Esto lo sé porque me lo han repetido tantas veces hasta que me lo aprendí de memoria. Y a mí me hace falta la generosidad, Jesús, para vivir mis propósitos, leer al menos el Compendio y para hacer apostolado. ¡Auméntame la Fe!

·        Sigue por tu cuenta pidiéndole la Fe a Jesús para ser generoso.

Alzando Jesús los ojos (Lc 21, 1)

Aprender a ver con tus ojos, así se puede resumir el tener Fe. Jesús, a mi eso me cuesta mucho. A veces veo las cosas sólo desde mi punto de vista. Por eso, me dicen que soy un poco terco ya que no me doy cuenta de lo que los otros ven. Ahora bien, ver desde tu mirada y querer con tu Corazón eso si que me supera. ¡Auméntame la Fe! Como San Josemaría te digo: que yo vea con tus ojos Cristo mío, Jesús de mi alma.

·        Repite varias veces esa oración de San Josemaría diciéndola de verdad.


Propósito: compromiso.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Cristo Rey. ¡Queremos que reines sobre nosotros!

Pilato le dijo: – Conque, ¿tú eres rey? Jesús le contestó: – Tú lo dices: soy rey (…) Y los soldados se acercaban a Él y le decían: Salve, Rey de los judíos. Y le daban bofetadas (Jn 18, 37. 19, 2).

Jesús, quiero que Tú seas mi Rey, mi soberano. Hasta ahora el reyezuelo que te ha quitado el trono, que me tiraniza, ha sido mi pereza, el egoísmo, la impureza. Jesús, no sólo esto, sino que además esclavizo a los demás como le sucedía al personaje del Principito: —¡Ah! He aquí un súbdito, —exclamó el rey cuando vio al Principito. Y el Principito se preguntó: —¿Cómo puede reconocerme si nunca me ha visto antes? No sabía que para los reyes el mundo está muy simplificado: Todos los hombres son súbditos. Jesús, ayúdame a derrocar al tirano de mi yo. Quiero que Tú sólo seas mi REY.

·        ¿A quiénes trato como esclavos?

Portones, ¡alzad los dinteles! Que se alcen las puertas eternas, va a entrar el Rey de la Gloria (Salmo 23).

Jesús, ¡quiero que reines en mi vida, en mis pensamientos, en mi corazón! ¿Quieres ser mi Rey? En la fiesta de hoy Cristo Rey, Jesús: ¿En qué lugar de mi vida todavía no te dejo reinar? Jesús, yo sí quiero que seas: mi Rey, mi Alma, mi Dios, mi Único, mi Todo...

·        Hoy termina el Año de la FE, pídele a Jesús que te deje ver en qué cosas de tu vida no le dejas reinar.


Propósito: Decir muchas veces: Auméntame la FE.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Porque para Él todos están vivos

No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para Él todos están vivos (Lc 20, 38).

Mis buenas amigas las Ánimas Benditas del Purgatorio están vivitas y coleando porque para Él todos están vivos. Este mes tienen que estar bien contentas porque llevo un montón de sufragios ofrecidos: Misas, Rosarios, Via Crucis... Si cada día saco por lo menos 1 y llevamos ya 24 días, si las matemáticas no me fallan ya he rescatado ¡24 ánimas! No está nada mal para un tipo como yo. Pero lo mejor es que van como cohetes directamente al Cielo. Ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios (Lc 20, 36). Y desde allá arriba recibiré alguna ayudita. Por lo menos eso espero ¿No?

·        Piensa en los difuntos de tu familia que pueden necesitar tus oraciones

Y no se atrevían a hacerle más preguntas (Lc 20, 40).

De pequeño era famoso por las preguntas tan impertinentes que hacía. Mi abuela se reía mucho y decía que cuando creciera iba a ser detective. ¡Lo quería saber todo!: ¿Y por qué…? Bueno, Jesús, yo no soy como los atontados de tus discípulos. Prepárate que te voy a fusilar a preguntas: —¿Por qué nos diste a María como madre nuestra? —¿Por qué me quieres tanto? —¿Por qué matan a los niños antes de nacer? —¿Por qué hay guerras? —¿Por qué no saco más almas del Purgatorio?

·        Termina la oración haciendo preguntas impertinentes a Jesús.


Propósito: vaciar el Purgatorio.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Mi casa es casa de oración, no cueva de ladrones

Entró Jesús en el Templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: Escrito está: «Mi casa es casa de oración» y vosotros la habéis convertido en una «cueva de ladrones» (Lc 19, 45-46).

Este pasaje ya salió este mes, el día sábado 9. Y vuelvo a decirte: Jesús, entras en el Templo de Jerusalén, y te lo encuentras todo lleno de suciedad, de animales y vendedores. Han convertido la casa de tu Padre en una cueva peor que la de Alí Babá y los Cuarenta ladrones. Y mi alma en gracia es Templo del Espíritu Santo y, por tanto, es también Casa del Padre y tuya. ¿Cómo cuido mi alma? ¿Está llena de animales, de vicios, de suciedad? Jesús, cada vez que comulgo, cada vez que entras en el templo de mi alma ¡qué vergüenza y qué pena, si no está lo suficientemente limpia! ¡Ayúdame!

·        Dile a Jesús que no quieres que tu alma sea una cueva de ladrones.

El celo de tu casa me consume (Jn 13, 16).

Jesús, entras con el látigo El celo de tu casa me consume. A veces yo también tengo que entrar en mi alma, que es tu templo, con el látigo a lo Indiana Jones. He de cortar con modos de vivir, con vicios adquiridos, con la impureza, con algún ambiente… He de entrar con el látigo contra la tibieza, que me hace flojo en la lucha por ser santo, y decir ¡basta!

·        ¿En qué cosas tengo que hacer de Indiana Jones?


Propósito: Echar a Alí Babá y llamar a Indiana Jones.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Y tanto como a Lázaro, te quiere a ti

Y cuando se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella (Lc 19, 41).

Jesús, pero cómo, ¿Tú también lloras?; ¿cómo es posible? ¡Si eres Dios! Sin embargo, me parece que no es la primera vez —eres reincidente como dice el director del colegio—, también lloraste por tu gran amigo Lázaro. Jesús se estremeció en su interior, se conmovió y (…) comenzó a llorar. Decían entonces los judíos: Mirad cómo le amaba (Jn 11, 33-35). San Josemaría escribió: Jesús es tu amigo. —El Amigo. —Con corazón de carne, como el tuyo. —Con ojos, de mirar amabilísimo, que lloraron por Lázaro... Y tanto como a Lázaro, te quiere a ti (Camino 422).

·        Dile a Jesús que por nada del mundo quieres hacerle llorar.

Lloró sobre ella, diciendo: ¡Si conocieras también tú en este día lo que te lleva a la paz!; sin embargo, ahora está oculto a tus ojos (…) porque no has conocido el tiempo de la visita que se te ha hecho (Lc 12, 20).

Jesús, lo que más te duele de los hombres, de mí, lo que más te hace llorar es la ingratitud, la ceguera. Jesús, quieres traer la paz, la alegría a mi corazón y yo me empeño en no verte, en hacerme el ruso, como que no te veo. Jesús, visitas mi alma en la Comunión, en la Confesión, cuando hago un rato de oración. Jesús, ¡que te sepa reconocer! Auméntame la Fe.

·        Termina diciendo que sólo le vas a hacer llorar de risa, de alegría.


Propósito: hacer llorar a Jesús… pero de risa: mucho apostolado.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Negociad mientras vuelvo

Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez talentos (Lc 19, 12-13).

Jesús, me recuerdas a mi mamá, que es un poco repetitiva, pero en el fondo es una santa. La pobre no hace más que repetirme aquello de los “talentos”, sobre todo cuando llegan las notas: —que si no me esfuerzo lo suficiente, —que si yo quisiera, —que si los sacrificios que hacen para que no me falte de nada... Lo peor es que tiene toda la razón del mundo: ¡Tengo talento! Jesús, me has dado tantos talentos: simpatía, inteligencia, regate, buen humor… ¡algo tendré que hacer! ¿No? Auméntame la Fe para dártelo todo.

·        Habla con Jesús. Dile que pones todo tu talento a su servicio.

Repartió diez talentos, diciéndoles: Negociad mientras vuelvo (Lc19,13).

Jesús, me has dado un tiempo limitado. No sé cuánto durará mi vida: 100 años, 2 meses, un día más… Sí sé, que un día regresarás y me gustaría que te pongas muy contento por el buen negocio que he hecho con mi vida y me digas: Muy bien siervo bueno y fiel… (Lc 19, 17). Jesús, en este Año de la Fe auméntame la Fe para dártelo todo y además con muchos frutos de apostolado.

·        ¿En qué cosas me puedo esforzar en serio para hacer que mis talentos den fruto?


Propósito: Esforzarme.

martes, 19 de noviembre de 2013

Hoy tengo que alojarme en tu casa

Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo (Lc 19, 2-4).

Jesús, este pasaje del evangelio ya salió el pasado domingo 3, pero vuelvo a contarte que a mi me gusta subirme no a los árboles sino al burro. Soy terco y obstinado y me cuesta dar el brazo a torcer. Me hago el rogado para hacer las cosas, aunque sé que son cosas buenas. Jesús, ayúdame a ser humilde.

·        Cuéntale a Jesús en qué cosas eres soberbio.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: –Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa (Lc 19, 5-6).

Ese Zaqueo me da una lección de humildad. En público reconoció que había estafado a varios y se decidió a tener una vida recta para poder seguirte y amarte. Jesús, que yo aprenda a ser humilde y a reconocer mis errores, y a saber pedir perdón cuando me equivoco.

·        ¿Hay alguien al que le tengo que pedir perdón? Decídete a pedirle perdón.


Propósito: aprender a aceptar mis errores y a pedir perdón.

lunes, 18 de noviembre de 2013

¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!

Pasa Jesús Nazareno. Entonces gritó: ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte (Lc 18, 38-39).

Jesús, oigo voces. Como el ciego de Jericó, en mi oscuridad oigo voces a mi alrededor. Unas voces, las de los que se dicen mis amigos —pero en el fondo solo buscan cómplices, compinches—, quieren que no hable de Dios. Quieren que me calle y me regañan: Muchos lo regañaban para que se callara. Otras voces, las de mis amigos de verdad, los que me quieren, me ponen delante de Ti: Ánimo, levántate, que te llama. ¿A quiénes hago caso?

·        Jesús, que aprenda a seguir los buenos consejos.

Ánimo, levántate, que te llama. Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: –¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le contestó: –Maestro, que pueda ver (Mc 10, 49-52).

El ciego Soltó el manto. Siempre me he preguntado ¿Cómo sería ese manto? ¿Qué tendría de especial? Me imagino un capote pesado y sucio, multiuso, de color indefinido y olor a humedad. Un manto asqueroso, pero era suyo, estaba apegado. El ciego Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Para acercarse a Jesús, para poder dar el salto y ver, hay que estar dispuesto a tirar el manto, y tirar de la manta, estar desprendido de lo material. Auméntame la Fe para tirar mi manto.

·        Mi manto ¿qué es?: Blackberry, iPhone, Mi teessssoro…


Propósito: soltar el manto…

domingo, 17 de noviembre de 2013

Seréis mis testigos

Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre (Lc 21, 12-13).

Juan el Bautista fue el primero. Pero después, más adelante vino Santo Tomás Moro, San Edmund y así una larga lista. Jesús, son los que perdieron la cabeza por amor a ti. Perdieron la cabeza, —se las cortaron— pero al final ganaron mucho más. Así lo hacía entender uno de ellos, Tomás Moro, a su hija Meg: «No te preocupes por mí, sea lo que sea que me pase en este mundo. Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que Él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad mejor».

·        ¿Estoy dispuesto a “perder la cabeza” por amor Cristo?

No preocuparos por lo que habéis de responder, pues yo os daré tal elocuencia y sabiduría que no la podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios (Lc 21, 14-15).

Prisionero en la oscura Torre de Londres Santo Tomás Moro escribía a su hija: «Creo que los que me han colocado aquí piensan haberme hecho gran daño (…) Gracias a Dios, Meg, no existen motivos para pensar que me hallo en peor situación que en mi propia casa; porque creo que Dios ha hecho de mí un niño mimado, y me pone en su regazo y me mece».

·        Ser hijo de Dios, es lo más grande que me ha podido pasar. ¿Confío en Dios Padre?


Propósito: confiar y ser valiente.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Sin idolillos, santamente tozudo

Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres (Lc 18, 2).

Jesús, ese pobre hombre, mucho juez y todo lo que quieras, pero era un egoísta de tomo y lomo. No le importaba nada ni nadie, solo su bienestar. Su religión era su estómago o pasárselo bien. Y es que cuando se vacía el Cielo de Dios, se llena la tierra de ídolos: dinero, salud, sexo, éxito. En plan intelectualoide tendría teorías para justificar su ateísmo y rebatir mitologías cristianas. Y el pobre, al alejarse de Dios, poco a poco, quizá sin darse cuenta, también se fue alejando de los hombres. Jesús, para poder amar de verdad a todos tengo que estar cerca de Ti, quererles como Tú les quieres, con tu corazón. Auméntame la Fe en este Año de la Fe.

·        Di a Jesús que no quieres ídolos, que le quieres a Él, y con Él a los demás.

Ya que esta viuda está molestándome, le haré justicia, para que no siga viniendo a importunarme (Lc 18, 2).

Jesús, con esta parábola me dices que te gustan los tipos que como yo te dan la lata, que insisten en sus peticiones. La primera condición de la oración es la perseverancia; la segunda, la humildad. —Sé santamente tozudo, con confianza. Piensa que el Señor, cuando le pedimos algo importante, quizá quiere la súplica de muchos años. ¡Insiste!..., pero insiste siempre con más confianza (Forja 535).

·        Aprende de los niños a ser tozudo, a dar la lata.


Propósito: dar la lata (en la oración).

viernes, 15 de noviembre de 2013

Donde está el cuerpo se reunirán las águilas

Ellos le preguntaron: –¿Dónde, Señor? Él contestó: –Donde está el cuerpo se reunirán las águilas (Lc 17, 37).

Jesús, se me viene a la cabeza al leer este pasaje lo que me contaron una vez en una clase de Reli. Había un niño que estaba frente a su compu, y por estar de haragán le entraron unas tentaciones fuertes de buscar cosas sucias en el internet. Se puso de pie para cerrar la puerta y evitar que lo fueran encontrar en esas picardías. Una vez que cerró la puerta se tropezó y casi se va de cara. Se puso de pie y de repente por la ventana entró un pajarito que se paró en el escritorio y lo miraba bien serio. El cuento terminaba con el profesor preguntándonos si Dios habla de esa manera. Jesús, yo todavía no sé que contestar.

·        Pídele a Jesús entenderle siempre, especialmente en la oración.

Contemplad los lirios, cómo crecen; no se fatigan ni hilan, y Yo os digo que ni Salomón en toda su gloria pudo vestirse como uno de ellos (Lc, 12, 27).

Por cierto Jesús, que cuando me contaron ese cuento le fui a preguntar al sacerdote y se rió. Lo único que me acuerdo fue que me dijo que Dios no nos obliga hacer el bien y tampoco nos va detener si nos empeñamos en hacer el mal. Yo medio le entendí, creo. Jesús te pido que no sea malicioso.

·        Pide a Jesús saber entender el lenguaje que Dios utiliza contigo.


Propósito: agradecer al Espíritu Santo su paciencia.

jueves, 14 de noviembre de 2013

El Reino de Dios está dentro de vosotros

Le preguntaban cuándo iba a llegar el Reino de Dios, Jesús les contestó: (…) El Reino de Dios está dentro de vosotros (Lc 17, 20-21).

Jesús, cada día al rezar el Padrenuestro digo: Venga a nosotros tu Reino, y ahora me dices que el Reino de Dios está dentro de vosotros. Jesús, algo me sospechaba. Si no, ¿por qué siempre estoy contento?, ¿por qué encuentro tanta paz y tanta alegría dentro de mí? En mi alma en gracia te encuentro a Ti. Algunos de mis amigos, sorprendidos, me preguntan: pero primo ¿qué pasa contigo? ¿Es que a ti nunca te duelen las muelas? ¿No tienes problemas? Y yo pienso: ¿Por qué voy a estar triste si tengo a Dios en mi alma, si soy hijo del Todopoderoso, hijo de Dios?

·        Dile a Jesús que quieres vivir con la alegría del que se sabe hijo de Dios.

Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del Hombre en su día (Lc 17, 24).

Jesús, estas vacaciones vi con mis hermanos una gran tormenta. Era de noche, desde la ventana, con las luces apagadas llenos de miedo, veíamos caer los rayos cada vez más cerca. Con cada relámpago se iluminaba toda la habitación como si fuera de día. Jesús, con el brillo de tu luz ya no hay oscuridad en mi vida.

·        Jesús, sabes calmar tempestades del alma. Llena de calma mi alma.


Propósito: alma calma.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Id a los sacerdotes

Vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: –Jesús, Maestro, ¡ten compasión! (Lc 17, 11-13).

Hoy apenas hay lepra y además se cura. Pero entonces era una enfermedad terrible que desfiguraba el rostro: se quedaban, poco a poco, sin nariz, sin orejas, sin labios... La gente, al ver leprosos huía asqueada. Pero Jesús, Tú no; Tú los acoge: Al verlos, les dijo: –Id a presentaros a los sacerdotes. Jesús, los pecados, mis pecados son como lepra en el alma. La imagen de Dios que llevo dentro se va desfigurando. Id a los sacerdotes, me dices y es ahí donde te encuentro y me limpias: Y mientras iban de camino, quedaron limpios.

·        ¿Tengo concretado un día y una hora fija a la semana para confesarme?

Uno de ellos, (...) se volvió alabando a Dios. (…) ¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve ¿dónde están? (Lc 17, 15-17).

Jesús, echas en falta el agradecimiento de los nueve. Por eso: Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios, en acción de gracias, muchas veces al día. —Porque te da esto y lo otro. —Porque te han despreciado. —Porque no tienes lo que necesitas o porque lo tienes. Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya. —Porque creó el Sol y la Luna y aquel animal y aquella otra planta (…). Dale gracias por todo, porque todo es bueno (San Josemaría, Camino 268).

·        Es de bien nacidos ser agradecidos. Da gracias por tu cuenta.


Propósito: dar las gracias siempre.

martes, 12 de noviembre de 2013

He aquí la Esclava del Señor

Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: «Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer » (Lc 17,10).

Jesús, Tú nos has dicho que no he venido a ser servido sino a servir (Mt 20,28). Además eres el hijo de la Esclava del Señor, el título más bonito que adorna a tu Madre. SERVIR, ¡Cómo me gusta esta palabra! Servir me identifica más contigo, me hace ser Cristo. Porque servir es amar: Dime loco ¿qué es el amor? Y el loco respondió: «amor es aquello que hace esclavos a los libres y libres a los esclavos». Y no se sabe en qué consiste esencialmente el amor, si en esta esclavitud o en esta libertad. Jesús, hoy por amor a los que más quiero, serviré el agua en la mesa, pondré el pan, arreglaré mi cuarto, recogeré la ropa...

·        Dile a Jesús que quieres ser su siervo, su servidor.

No he venido a ser servido sino a servir (Mt 20,28).

Jesús, de entre las almas más delicadas, las que tienen mayor finura interior, has elegido aquellas personas que harán del servicio, el centro de su vida. Éstas son tus predilectas, tus preferidas. Trabajan en los hospitales, en las escuelas, pero sobre todo trabajan en los hogares cristianos como lo hizo la Santísima Virgen en el hogar de Nazaret. Su vida es su familia, y en su familia encuentran a Dios.

·        Pregunta a Jesús si quiere que tú seas una de esas personas.


Propósito: servir.

lunes, 11 de noviembre de 2013

El que no está conmigo, está contra mí

Al que escandaliza a uno de esos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar (Lc 17, 2).

Jesús, las personas mayores piensan que ser niño es ser tonto. Que los niños no se enteran de nada, que no ven, ni oyen, ni escuchan… ¡Qué ingenuos, los mayores! Te dicen: —niño, vete a la cama que esta película es para mayores… o —vamos a la playa pero no mires mucho… Y yo, que lo veo todo y lo juzgo todo, me escandalizo y pienso: lo que mancha a un niño, mancha a un viejo. Al que escandaliza a uno de esos pequeños, más le valdría… Jesús, qué tremendo es el pecado de escandalizar a un niño.

·        Pídele a Jesús por todos los mayores que conoces.

Si no os convertís y os hacéis como los niños no entraréis en el Reino de los Cielos (Mt 18, 3).

Jesús, hay gente que ridiculiza la sencillez y la inocencia propia de los niños. Como si ser niño fuera ser menso. Por eso no me gusta nada la canción: Antes muerta que sencilla. Quieren robar a los niños su infancia, que son, quizá, los años más bonitos de la vida. Y desde pequeños se empeñan en hacerles mayores, a toda costa: —Pero ¿aún no tienes novio? —Ay hija, qué simplona eres; ponte más sexy. Jesús, todo llegará… a su debido tiempo.

·        Ahora pide por todos los niños que conozcas.


Propósito: por dentro ser niño, aunque me muera de viejo.

domingo, 10 de noviembre de 2013

No es Dios de muertos, sino de vivos

¿De cuál de ellos será la mujer? Porque los siete (hermanos) han estado casados con ella (Lc 20, 36).

Jesús, hay una película super-cursi que le encanta a mi mamá. Se llama: Siete novias para siete hermanos. Cada vez que la vemos en casa, la pobre se echa a llorar de emoción. Pero siete hermanos para una sola novia, como te preguntan, me parece un poco exagerado. Jesús, creo que el que te preguntaba no buscaba la verdad, sino meterte en un lío. Ahora también hay gente así que se te acerca buscando tres pies al gato: que si Galileo, la Inquisición, la momia de Tutankamon, que si lo dice Nat Geo…

·        ¿Busco la verdad? ¿Siempre?

Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob. No es Dios de muertos, sino de vivos (Lc 20, 38).

Y Dios de Francisco de Asís, Dios de Ignacio de Loyola, Dios de Juan Pablo II. Y Dios de Josemaría, y Dios de Teresa de Calcuta, y Dios de los niños no nacidos… No es Dios de muertos, sino de vivos. Jesús, eres un Dios de vivos, te gusta la Vida. Contigo están en el Cielo tantos y tantos santos, unos anónimos, otros no. Tantos seres queridos, también mi abuela. Jesús, a mí también me gusta la vida, primero la vida aquí en la tierra y luego con tu gracia la Vida contigo en el Cielo.

·        Repasa a tus seres queridos que ya han pasado de la vida a la Vida.


Propósito: buscar la verdad y la Vida.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Basílica de Letrán. Jesús, mi alma es tu mejor Templo

Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados (Jn 2, 13).

Jesús, entras en el Templo de Jerusalén, la Casa de tu Padre y te lo encuentras todo sucio, lleno de inmundicia, animales y de cambistas. Han convertido la casa de tu Padre en un mercado sucio donde es muy difícil rezar. Esta escena me recuerda que mi alma en gracia es también templo tuyo, Templo del Espíritu Santo y, por tanto, es también Casa del Padre y tuya. ¿Cómo cuido mi alma? ¿Puede ser que, a veces, esté llena de animales: de vicios, de suciedad, de pecados?

·        Dice el refrán: cerdo limpio nunca engorda… Como no soy un cerdito, siempre limpio

Y haciendo un látigo de cuerdas arrojó a todos del Templo, con las ovejas y los bueyes; tiró las monedas de los cambistas y volcó las mesas (Jn 2, 14).

Jesús, entras con el látigo. El celo de tu casa me consume (Jn, 13, 16). A veces, yo también he de entrar con el látigo: he de cortar por lo sano con modos de vivir, con vicios adquiridos, con alguna amistad, con algún ambiente… He de entrar con el látigo contra la tibieza, que me hace flojo en la lucha por ser santo, y decir ¡basta! Quiero hacer de mi alma un lugar en el que estés a gusto, un sitio limpio, generoso, lleno de amor.

·        Dile a Jesús que quieres que tu alma sea su mejor Templo.


Propósito: alma limpia.

viernes, 8 de noviembre de 2013

¿Joven y calculador?: viejo prematuro

Un hombre tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: «¿Qué es lo que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión» (Lc 16, 1-2).

Jesús, ¡qué fácil es gastar! Sobre todo cuando no se sabe lo que es ganarse el pan. De broma dice mi papá que somos unos señoritos y que nos quema el dinero. Es verdad; los domingos, cuando nos da dinero, la “quemadura” dura el tiempo que tardamos en correr a gastarlo, pensando que es mío y que me lo he ganado. Luego, cuando voy a Misa y veo al pobre en la puerta de la iglesia, lo que me “quema” es el alma porque ya no tengo nada que darle.

·        Habla con Jesús de cómo andas en el tema de la generosidad.

El administrador se puso a echar cálculos: ¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza (Lc 16,3).

Jesús, pues yo también echo mis cálculos: hasta dónde estoy dispuesto a dar de mi dinero, de mi tiempo, de mi vida... ¡Me horroriza comprometerme! Efectivamente soy “calculador”. El punto 30 de Camino me viene como anillo al dedo: Eres calculador. —No me digas que eres joven. La juventud da todo lo que puede: se da ella misma sin tasa.

·        ¿Pongo límites a Dios? El que es calculador, envejece prematuramente.


Propósito: no ser “calculador”

jueves, 7 de noviembre de 2013

Que tan amigo de pecadores eres

Solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: Ése acoge a los pecadores y come con ellos (Lc 15, 1).

Jesús, eres amigo de pecadores, eres mi amigo. ¡Cómo me consuela! Son tantas mis debilidades… Y vienen a mi cabeza esos bonitos versos de Lope de Vega: Pastor que con tus silbos amorosos / me despertaste del profundo sueño, / Tú que hiciste cayado de ese leño, / en que tiendes los brazos poderosos, / (…) Oye, Pastor, pues por amores mueres, / no te espante el rigor de mis pecados, / pues tan amigo de rendidos eres.

·        Dile que te perdone tus pecados y que te incluya en su lista de amigos

Y cuando la encuentra se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ¡Felicitadme! He encontrado la oveja que se me había perdido (Lc 15, 5-6).

Jesús, mis amigos, más que ovejas, están como cabras, o peor, como cabritos. Lo malo es que, a veces, les da por ejercer de cabras, o de cabritos y en rebaño hacen cosas terribles que mejor no contar. Jesús, que no me olvide que yo también he sido (o soy) cabra/ito. No te repugnó llevarme sobre tus hombros. Jesús, ayúdame a ayudar a mis amigos/as-cabras/itos/itas…

·        Cuéntale a Jesús sobre tus amigos.


Propósito: hacer apostolado.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Amando a Dios, quiero a mis padres

Si alguno viene a mí y no odia a su padre y a su madre y a la esposa y a los hijos y a los hermanos, hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo (Lc 14, 25-26).

Jesús, ¡qué duras son estas palabras! ¡Qué difíciles de entender! Jesús, vamos a ver si me aclaro: ¿No nos has pedido que amemos a nuestros enemigos y a los que nos injurian? ¿No nos has pedido en el Mandamiento Nuevo que queramos al prójimo como Tú les quieres? Entonces, ¿a qué viene eso de odiar a los seres queridos? ¿Qué nos quieres decir? Jesús, Tú querías con locura a tu Madre Santísima y a San José y nos has dado ejemplo de cuidar a la Familia. Querías un montón a los apóstoles, San Juan se llama el Discípulo amado. ¿Cómo se entiende esto?

·        Pídele a Jesús que te lo explique.

Y bajó con ellos y vino a Nazaret, y les estaba sujeto (Lc 13, 34).

Jesús, esta frase de Evangelio nos resume cómo querías a tus papás. Sin embargo, cuando te pierdes en el Templo, haciéndoles sufrir les recuerdas: ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre? (Lc 2, 49). Jesús, amando a tu Padre Dios sobre todas las cosas, obedeciendo fielmente a la misión que te había confiado, has amado a tus papás más que a nadie en la tierra. Que aprenda de tu vida a amar a mi familia con hechos, y a amar más aún a Dios, Padre cumpliendo siempre y en primer lugar tu Voluntad.

·        ¿Cuál es la voluntad de Dios Padre para ti?


Propósito: cumplir la voluntad de Dios Padre.

martes, 5 de noviembre de 2013

Venid, pues ya está todo preparado

Un hombre daba una gran cena, e invitó a muchos Y envió a su criado a la hora de la cena para decir a los invitados: Venid, pues ya está todo preparado (Lc 14, 16-17).

Jesús, qué fácil me lo pones todo. Voy a mesa servida. En el colegio y en la parroquia encuentro todo tipo de facilidades para visitarte, ir a Misa, confesarme. Siempre encuentro un sacerdote dispuesto a escucharme, animarme. Por las tardes voy a estudiar en un Club juvenil. También asisto a una charla o a una clase de formación que me ayuda a conocerte y conocerme, para quererte así aún más. Venid, pues ya está todo preparado. Todo esto… ¿Lo valoro? ¿Lo agradezco?

·        Jesús, ¿qué puedo hacer para aprovechar tantas facilidades que me das?
Y todos a una comenzaron a excusarse (…) Entonces dijo el Señor (…) Os aseguro, pues, que ninguno de aquellos hombres invitados gustará mi cena (cfr Lc 14, 18-24).

Jesús, tan fácil me lo pones y yo con excusas: He comprado un campo (…); compré cinco yuntas de bueyes… Otros campos y otros bueyes: ya me lo sé todo, no necesito más formación; no quiero que me coman el coco; voy por el ambiente, porque te lo pasas bien, pero sin comprometerte ¡¿eh?!… La mesa estaba preparada pero los invitados no eran dignos, no probaron la cena, no supieron apreciar la invitación.

·        Sin compromiso no hay amor que dure. ¿Eres comprometido?


Propósito: Comprometerme en mi vida cristiana.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Hoy invita la casa

Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado (Lc 14, 12-13).

Jesús, a mí, lo que de verdad me cuesta, es dar de lo mío a los demás. Sobre todo en los recreos, cuando los demás de mi clase, como moscas, zumban a mi alrededor: —me das un pedacito…— sólo un poco…—¡porfa…! Y yo les intento explicar que no ajusta para todos, que cada uno traiga lo suyo, etc., pero al final siempre acabo cediendo y les doy. Jesús, ayúdame a ser más generoso desde el principio, a ser como Tú.

·        ¿A qué me cuesta invitar?

Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos, ciegos: dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos (Lc 14, 14).

Jesús, me contaron esta historia: Un niño fue sorprendido mientras se comía su merienda en el oratorio, muy cerca del Sagrario: —Pero niño, en el oratorio no se come… Le dijo un profesor al verlo. Yel niño le contestó:—Es que Jesús es mi mejor amigo… ¡es el único que no me pide! Jesús, Tú sí que eres mi mejor amigo, el gran Amigo: siempre me invitas, y te das del todo en cada Comunión.

·        Hago el propósito de invitar a mis amigos a que me acompañen a Misa.


Propósito: invitar más.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Hoy tengo que alojarme en tu casa

Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo (Lc 19, 2-4).

Zaqueo era chiquito pero fuerte. Vivía en Jericó, el oasis de Judea. Con el paso de los años y algún que otro turbio engaño se había hecho sospechosamente rico. Quizá, su amigo y colega Mateo, le había prevenido: —Ten cuidado con Jesús el Nazareno que te puede complicar. Con una agilidad felina, lleno de curiosidad, trepó a lo alto de un árbol para ver sin ser visto. Jesús, a veces yo también soy un poco Zaqueo. No solo por mi pequeño tamaño sino porque también mantengo las distancias, quiero verte pero sin que me veas.

·        ¿Me dejo ver por Jesús? ¿Me pongo a tiro para que me hable?
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: –Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa (Lc 19, 5-6).

Viendo la higuera con Zaqueo encaramado, tal vez Jesús pensó: —¡Que fruta tan rara!; pero si es Zaqueo. Y dijo: –Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa. Como fruta madura Zaqueo se bajó del árbol: El bajó en seguida y lo recibió muy contento. Jesús, me ves, te ríes y dices que quieres alojarte en mi alma, eso sí, cuando me baje del burro y no sea tan terco para estar alejado de Ti.

·        ¿Hasta cuándo haré esperar a Jesús?


Propósito: Confesarme.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Difuntos. Mis amigas, las almas benditas del purgatorio

Pasado el sábado, María Magdalena y María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y, muy de mañana, al día siguiente del sábado, llegan al sepulcro, salido ya el sol (Mc 16, 1-2).

¡Cómo te querían!, Jesús. ¡Cómo te querían las santas mujeres! Incluso después de muerto. Hoy, conmemoración de todos los fieles difuntos, me vienen a la cabeza y al corazón, tantos familiares, personas amigas a las que yo también quería y sigo queriendo: el amor es más fuerte que la muerte. Jesús, yo, como las Santas mujeres también hoy iré al cementerio a ofrecer el aroma de mis oraciones, el perfume de mis sufragios por mis buenas amigas las Ánimas Benditas del Purgatorio. Y rezaré por ellas.

·        ¿Ya fuiste al cementerio a rezar?

Y se decían unas a otras: ¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro? Y al mirar vieron que la piedra estaba apartada; era ciertamente muy grande (Mc 16, 3-4).

Se dice que el amor es más fuerte que la muerte, y Tú nos dices que la fe mueve montañas. Jesús, ¿el amor puede mover piedras? –Pues claro que sí. Que se lo pregunten si no, a las Santas mujeres. No sabían cómo iban a quitar esa piedra enorme de la entrada del sepulcro, pero tuvieron fe y fueron. Hicieron lo que podían y Dios hizo lo que no podían.

·        ¿Qué piedra, dificultad, te separa de Jesús? Dile que te la quite.


Propósito: mover el pedrusco de mi pereza.