martes, 19 de noviembre de 2013

Hoy tengo que alojarme en tu casa

Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo (Lc 19, 2-4).

Jesús, este pasaje del evangelio ya salió el pasado domingo 3, pero vuelvo a contarte que a mi me gusta subirme no a los árboles sino al burro. Soy terco y obstinado y me cuesta dar el brazo a torcer. Me hago el rogado para hacer las cosas, aunque sé que son cosas buenas. Jesús, ayúdame a ser humilde.

·        Cuéntale a Jesús en qué cosas eres soberbio.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: –Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa (Lc 19, 5-6).

Ese Zaqueo me da una lección de humildad. En público reconoció que había estafado a varios y se decidió a tener una vida recta para poder seguirte y amarte. Jesús, que yo aprenda a ser humilde y a reconocer mis errores, y a saber pedir perdón cuando me equivoco.

·        ¿Hay alguien al que le tengo que pedir perdón? Decídete a pedirle perdón.


Propósito: aprender a aceptar mis errores y a pedir perdón.