lunes, 11 de noviembre de 2013

El que no está conmigo, está contra mí

Al que escandaliza a uno de esos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar (Lc 17, 2).

Jesús, las personas mayores piensan que ser niño es ser tonto. Que los niños no se enteran de nada, que no ven, ni oyen, ni escuchan… ¡Qué ingenuos, los mayores! Te dicen: —niño, vete a la cama que esta película es para mayores… o —vamos a la playa pero no mires mucho… Y yo, que lo veo todo y lo juzgo todo, me escandalizo y pienso: lo que mancha a un niño, mancha a un viejo. Al que escandaliza a uno de esos pequeños, más le valdría… Jesús, qué tremendo es el pecado de escandalizar a un niño.

·        Pídele a Jesús por todos los mayores que conoces.

Si no os convertís y os hacéis como los niños no entraréis en el Reino de los Cielos (Mt 18, 3).

Jesús, hay gente que ridiculiza la sencillez y la inocencia propia de los niños. Como si ser niño fuera ser menso. Por eso no me gusta nada la canción: Antes muerta que sencilla. Quieren robar a los niños su infancia, que son, quizá, los años más bonitos de la vida. Y desde pequeños se empeñan en hacerles mayores, a toda costa: —Pero ¿aún no tienes novio? —Ay hija, qué simplona eres; ponte más sexy. Jesús, todo llegará… a su debido tiempo.

·        Ahora pide por todos los niños que conozcas.


Propósito: por dentro ser niño, aunque me muera de viejo.