domingo, 31 de marzo de 2019

Se le echó al cuello y lo cubrió de besos


Un hombre tenía dos hijos: el más joven de ellos… (Lc 15, 11).
Jesús, esta parábola la debes de haber trabajado y pensado mucho. Cuando la leo siento un gran cariño y admiración por el papá de esos muchachos. Me han explicado que es papá representa a Dios Padre. Por eso Jesús te pido que me ayudes a tratar cada día mejor a Dios Padre. Ayúdame a ser un buen hijo suyo y a la vez un buen hermano de Ti.
Pídele al Espíritu Santo que te ayude a tener un fuerte sentido de la filiación divina, es decir a saber y sentirte hijo de Dios.
Y corriendo a su encuentro, se le echó al cuello y lo cubrió de besos (Lc, 15, 20).
Aquel papá no esperó a que el hijo llegará hasta donde él se en­contraba. No se esperó a que le pidiera perdón. No se esperó a que le prometiera que ya nunca lo volvería hacer. Aquel papá lo había perdonado y quería abrazarlo y besarlo. Jesús, así es Dios Padre con nosotros en la Confesión, tiene prisa por abrazarnos y perdonarnos. Ayúdame a ser muy agradecido con el perdón de este sacramento.
¿A quién puedo llevar a la Confesión?
Propósito: Confesarme y llevar gente a la Confesión.