Un hombre tenía dos hijos: el más joven de ellos… (Lc 15, 11).
Jesús, esta parábola la debes de haber
trabajado y pensado mucho. Cuando la leo siento un gran cariño y admiración por
el papá de esos muchachos. Me han explicado que es papá representa a Dios
Padre. Por eso Jesús te pido que me ayudes a tratar cada día mejor a Dios
Padre. Ayúdame a ser un buen hijo suyo y a la vez un buen hermano de Ti.
Pídele al Espíritu Santo que te ayude a tener un
fuerte sentido de la filiación divina, es decir a saber y sentirte hijo de
Dios.
Y corriendo a su encuentro, se le echó al cuello y lo cubrió de besos
(Lc, 15, 20).
Aquel papá no esperó a que el hijo llegará
hasta donde él se encontraba. No se esperó a que le pidiera perdón. No se
esperó a que le prometiera que ya nunca lo volvería hacer. Aquel papá lo había
perdonado y quería abrazarlo y besarlo. Jesús, así es Dios Padre con
nosotros en la Confesión, tiene prisa por abrazarnos y perdonarnos. Ayúdame a
ser muy agradecido con el perdón de este sacramento.
¿A quién puedo llevar a la Confesión?
Propósito: Confesarme y llevar gente a la Confesión.