viernes, 30 de junio de 2017

“Si quieres, puedes limpiarme”

“Cuando bajó del monte le seguía una gran multitud. En esto, se le acercó un leproso, se postró ante él y dijo: Señor, si quie­res, puedes limpiarme” (Mt 8, 1-2).
Jesús, ¿acaso no te daban asco los leprosos? Pues parece que no. Tanta gente que te sigue, y sólo el pobre leproso te pide que lo limpies. Con qué razón decías que no necesitan de médico los sanos, sino los enfer­mos. Yo no tengo lepra de la piel –aunque ya empiezan las espinillas– pero tengo tanta lepra del alma. ¡Ojalá pueda yo también hacerte esta petición –y con la misma humildad– que te hizo este pobre hombre!
Díle a Jesús que te limpie esto…, aquello…, lo de por aquí…, lo de por allá…
“Y extendiendo Jesús la mano, lo tocó diciendo: Quiero, que­da limpio. Y al instante quedó limpio de la lepra. Entonces le dijo Jesús: Mira, no lo digas a nadie, sino anda, preséntate al sacerdote” (Mt 8, 3-4).
Jesús, más claro H2O, me perdonas presentándome al sacerdote; a veces me da pena ir, pero pienso en que eres mi padre y pido ayuda a la Virgen. San Josemaría escribió: «si yo fuera leproso, mi madre me abrazaría. Sin miedo ni reparo alguno, me besaría las llagas. -Pues, ¿y la Virgen Santísima? Al sentir que tenemos lepra, que estamos llagados, hemos de gritar: ¡Madre! Y la protección de nuestra Madre es como un beso en las heridas, que nos alcanza la curación». (Forja, 190).
Considera qué buena consulta: Médico, Jesús; enfermera, María.

Propósito: Pedirle a Jesús pomada gratis…

jueves, 29 de junio de 2017

San Pedro y San Pablo

¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?... Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? (Mt 16, 13.15).
¿Quién eres, Jesús, para mí? Ésta es la pregunta clave que tengo que resolver. Tú, Señor, esperas de mi y de cada uno de mis amigos una res­puesta en primera persona, que no sea sólo del diente al labio. Sé que si creo se tiene que notar en mi vida, en cómo me comporto en el colegio y en estos días de vacaciones… en cómo pienso en los demás… en cómo ayudo en casa… en cada una de estas cosas te oigo preguntarme: “¿Quién dices tú que soy yo?”.
Dile a Jesús con el Adoro Te devote: “confieso que eres mi Dios; haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere, que Te ame”.
Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella (Mt 16, 18).
Pedro te respondió con firmeza: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”, y dio su vida por Ti… como tantos otros, como S. Pablo, como Juan Pablo II. Y Pedro, el primer Papa oyó: “sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”… ¡Gracias, Señor, por habernos dejado quien haga tus veces para guiar­nos en la Iglesia! ¡Qué responsabilidad la suya! Yo quiero ayudarlo con mi oración, mis sacrificios y también con mi trabajo.
Sigue pidiendo por el Papa.

Propósito: Rezar por el Papa Francisco.

miércoles, 28 de junio de 2017

Don Álvaro

Por sus frutos los conoceréis: ¿acaso se cosechan uvas de los espinos o higos de las zarzas? (Mt 7, 16).
Jesús, hoy es la solemnidad de tu Sagrado Corazón, pero te cuento que he estado leyendo algunas cosas sobre don Álvaro y me ha impresiona­do que durante los 19 años que estuvo al frente del Opus Dei rezó, em­pujó y animó a que se comenzara a trabajar en 20 nuevos países, entre ellos Honduras y Nicaragua. Pues en esto queda claro que por sus frutos los conoceréis. No se trata de quedarse sólo en buenas intenciones si no trabajar de verdad. Jesús, que no me quede en buenas intenciones, quiero dar mucho fruto.
Cuéntale a Jesús cuáles son los frutos que te gustaría poder ofrecerle.
Así, todo árbol bueno da frutos buenos, y todo árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, ni un árbol malo dar frutos buenos (Mt 7, 17-18).
Don Álvaro escribió: “un trabajo bien hecho no es lo mismo que un tra­bajo que sale bien. Las abejas estructuran perfectamente los panales y producen una miel sabrosísima, pero no trabajan porque no son capa­ces de amar. Lo que importa es la actitud interior, no los resultados. (…) Dios se fija en el corazón: ahí se encuentra la clave de una tarea bien o mal terminada”.
¿Qué ve Dios en tu corazón?

Rezarle a don Álvaro para que yo también dé fruto.

martes, 27 de junio de 2017

Rosas y espinas

No es el discípulo más que su maestro, ni el siervo más que su señor (Mt 10, 24).
Tú eres la Verdad, Jesús, no nos engañas. Podrían decirnos que el cristianismo es un camino de rosas, pero no. La Iglesia y los santos me recuerdan que “la señal del cristiano es la Santa Cruz”; porque como se lee en Camino “Cruz, trabajos, tribulaciones: los tendrás mientras vivas. – Por ese camino fue Cristo, y no es el discípulo más que el Maestro” (n. 699). ¡Y me da miedo, Señor! ¡Ayúdame! Hoy es sábado, día de la Virgen, y me he acordado de unos versos que leí en un altar de la Dolorosa en los muros de una catedral; me ayudan aunque no los entiendo bien: “Si quieres que tu dolor / se con­vierta en alegría / no pasarás, pecador, / sin alabar a María”.
Pide a la Virgen que te explique esos versos.
A todo el que me confiese delante de los hombres, también yo le confesaré delante de mi Padre que está en los Cielos. Pero al que me niegue delante de los hombres, también yo le negaré delante de mi Padre que está en los Cielos (Mt 10, 32-33).
¿Y cómo puedo yo confesarte delante de los demás, Jesús? Sé bien que haciendo lo que Tú enseñas, no sólo diciendo que soy cristiano con mis palabras, sino con todo el corazón y con toda la mente. También dijiste “no todo el que me diga: «Señor, Señor», se salvará, sino el que hace la voluntad de mi Padre” (Mt 7, 21). Yo quiero darte frutos de santidad y apostolado en este Año de la Fe.
¿Mi lengua es larga y mis obras cortas?

Ver en el examen de conciencia cómo confieso a Dios.

lunes, 26 de junio de 2017

San Josemaría

Y vio dos barcas que estaban junto a la orilla (…) Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Y sentado enseñaba desde la barca a la multitud (Lc 5, 2-3).
Recuerdo Jesús lo que me contaron, cómo te metiste en la barca –en la vida– del muchacho Josemaría cuando aún no tenía 15 años… quizá hablaba de él mismo cuando escribió: «Jesús ve aquellas barcas en la orilla y se sube a una. ¡Con qué naturalidad se mete Jesús en la barca de cada uno de nosotros! Cuando te acerques al Señor, piensa que está siempre muy cerca de ti (…). Lo encontrarás en tu corazón» (San Josemaría, Santo Rosario).
Pregunta a San Josemaría cómo dejar a Jesús meterse en tu barca.
Dijo a Simón: —Rema mar adentro y echad las redes para pescar. Simón contestó: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes”. Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que reventaba la red (Lc 5, 4-8).
Simón aunque veía los inconvenientes, se los saltó de un solo. San Josemaría se puso a rezar y portarse aún mejor para ver lo que Dios quería que hiciera. Y yo… que pongo tantas excusas. «¡Mar adentro! — Rechaza el pesimismo que te hace cobarde (…) y echa tus redes para pescar. Debemos confiar en esas palabras del Señor». (San Josemaría, Santo. Rosario).
Y ahora, cuéntale cómo reaccionas al oír: “¡mar adentro!”

Propósito: Dejar que Jesús sea el capitán. 

domingo, 25 de junio de 2017

Los primeros tres sacerdotes

Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá (Mt 7, 7).
Hoy 25 de junio, en el año 1944, recibieron la ordenación sacerdotal los tres primeros miembros del Opus Dei. Los tres eran ingenieros y de mu­cho prestigio por ser muy estudiosos y buenos trabajadores. Eran Álvaro del Portillo, José María Hernández de Garnica y José Luis Múzquiz. Los tres murieron con fama de santidad, es decir lucharon en serio por ser santos. Jesús, que me mueva el ver el ejemplo de hombres que supieron trabajar y cumplir tu voluntad. Que me decida a ser santo.
Busca la estampa para la oración privada de don Álvaro y rézale pidiéndole que seas muy generoso con Dios.
No juzguéis y no seréis juzgados (Mt 7, 1).
En una ocasión, San Josemaría al hablar sobre los tres primeros miem­bros del Opus Dei que se ordenaron comentaba que habían estudiado mucho, mucho, mucho. Jesús, a mi me gustaría también servirte en lo que Tú quieras, pero me doy cuenta de que no me puedo quedar sólo en las buenas intenciones. Ayúdame a que sea fuerte y aprenda a estu­diar y trabajar como el mejor, a que aproveche el tiempo.
Intenta concretar algunos puntos de cómo aprovechar el tiempo.

Propósito: Rezarle a don Álvaro. 

sábado, 24 de junio de 2017

B-day de San Juan Bautista

“El día octavo fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. Pero su madre dijo: De nin­guna manera, sino que se ha de llamar Juan” (Lc 1, 59-63).
Hoy se celebra el Nacimiento de S. Juan Bautista. Benedicto XVI nos dice que «la liturgia nos invita a celebrar la solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista, cuya vida estuvo totalmente orientada a Cristo, como la de su madre, María. San Juan Bautista fue el precursor, la “voz” envia­da a anunciar al Verbo encarnado. Por eso, conmemorar su nacimiento significa en realidad celebrar a Cristo, cumplimiento de las promesas de todos los profetas, entre los cuales el mayor fue el Bautista, llamado a “preparar el camino” delante del Mesías» (Ángelus, 24 de junio de 2007). Y es que Juan como era mayor, te ayudaba; yo a veces con mis primos más pequeños soy un abusivo.
Y tu vida, ¿también está orientada a Cristo?
“Mientras tanto el niño iba creciendo y se fortalecía en el es­píritu, y habitaba en el desierto hasta el tiempo en que debía darse a conocer a Israel” (Lc 1, 80).
«Como auténtico profeta, Juan dio testimonio de la verdad sin com­ponendas. Denunció las transgresiones de los mandamientos de Dios» (Benedicto XVI, Ángelus, 24 de junio de 2007). Pero antes Jesús, tu primo se preparó re bien –el niño crecía y rezaba–como yo, que voy al gym diario del 3+2.
Jesús, haz de mí un auténtico apóstol.

Propósito: No dejar nunca el 3+2.

viernes, 23 de junio de 2017

Sagrado Corazón de Jesús

Venid a mí todos los fatigados y agobiados, y yo os aliviaré (Mt 11, 28).
¡Jesús que cosas más bonitas dices! A todos los que se encuentren can­sados y agobiados les ofreces descanso y consuelo. Pero, ahora que lo pienso supongo que aplican restricciones como en todas las promo­ciones. El consuelo que ofreces es para aquellos que se cansan y se agobian porque luchan en las batallas de Dios: en hacer apostolado, en eliminar aquel vicio, en quitarse tal defecto que les impide amar a los demás, en sacar adelante aquella obra de misericordia, etc. Pero como eres tan rebueno probablemente también ofreces consuelo cuando nos cansamos en cosas que son puras tonteras nuestras.
Cuéntale a Jesús si te cansas en esas batallas de Dios o si te cansas en otras cosas.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas: porque mi yugo es suave y mi carga ligera (Mt 11, 29-30).
Jesús, yo quiero aprender de Ti. Quiero ser un buen hijo de Dios, quiero luchar y que mi vida sea verdaderamente útil. No quiero dejarme llevar por la pereza y el egoísmo en las vacaciones. Ayúdame a que estos días los aproveche no sólo para descansar, comer y dormir. Quiero hacer mucho apostolado. No quiero que me apliques restricciones.
Concreta tus buenos deseos.

Propósito: Un hijo de Dios peleón y no una momia.

jueves, 22 de junio de 2017

Echarle corazón

“Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro, que estás en los Cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo” (Mt 6, 9-10).
Te cuento, Jesús, que cuando era pequeño me gustaba rezar el Padrenuestro sólo para demostrar que me lo había aprendido de me­moria. Luego me vino un tiempo en que me parecía aburrido. Pero lo que sucedió fue que me a-burro (es decir me puse burro), y parecía loro que repite cosas y no las entiende. Y esta oración es bien bonita, y además se la enseñaste a los apóstoles para que aprendieran hacer oración.
Atrévete a hablarle a Jesucristo de lo que nos enseñó en el Padrenuestro.
“Y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal” (Mt 6, 13).
Como sabes Jesús, en estos días que se está jugando el mundial, y se oyen a los fans de las distintas selecciones hacer todo tipo de comen­tarios. Pero me ha gustado uno: que aunque perdieron le echaron co­razón. Jesús, que yo también le eche corazón cada vez que rece las oraciones vocales (Padrenuestro, Avemaría, Gloria, etc.) aunque a veces pierda, porque se me va la vara. ¡Qué no caiga en el mal de la rutina!
Dile a Jesús, saboreando, las oraciones vocales que te sepas.

Propósito: Que le eche corazón.

miércoles, 21 de junio de 2017

Dejar de ser pavo

“Por tanto, cuando des limosna no lo vayas pregonando, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, con el fin de ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa” (Mt 6, 2).
Jesús, se nota que me conoces. Cuando hago algo me gusta que me digan que salió bien. Es más, me encanta que me den las gracias y hasta parezco pavo que va por ahí mostrando sus plumas para que los demás se fijen en él. Pero lo que me interesa es quedar bien contigo. Que sepa rectificar la intención, es decir hacer las cosas sólo para que­dar bien contigo.
Piensa en qué situaciones te pones como el pavo.
“Tú, por el contrario, cuando des limosna, que tu mano iz­quierda no sepa lo que hace tu derecha, para que tu limosna quede en oculto; de este modo, tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará” (Mt 6, 3-4).
San Josemaría escribió en el nº 109 de “Camino”: Si no eres hombre de oración, no creo en la rectitud de tus intenciones cuando dices que trabajas por Cristo. Jesús, que aprenda a irte ofreciendo cada cosa que hago como el estudio, los favores en mi casa, el prestar mis cosas, etc. Y que mejor lugar para ofrecer lo que hago que el ofertorio de la Santa Misa, que te ponga ahí mi día y las distintas actividades que realizo.
Jesús, que no se me olvide nunca ofrecerte mi día al levantarme.

Propósito: dejar de ser pavo.

martes, 20 de junio de 2017

Otra vez: dame un corazón ardiente

“Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen eso también los paganos?” (Mt 5, 47).
Jesús, este es ya el segundo día que me hablas de tratar bien a los demás, y me cansa un poco. Pero reconozco que soy duro de cabeza y de corazón. Mira que, por más buenas intenciones que hice por ser cariñoso, en el desayuno de hoy tuve mi crisis CHK. Te explico. Llegue al desayuno y mi hermana, la de las caritas, se había comido todo el Choco Krispis (CHK). Y cabal, no le salte al cuello pero la asesiné con la mirada. Y además le dejé de hablar, ni la saludé. Por eso te vuelvo a de­cir que mi corazón arda de tu Amor y aprenda a tratar bien a los demás.
Cuéntale a Jesús en que otras situaciones tienes crisis.
“Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto” (Mt 5, 48).
Te cuento que se me viene a la cabeza que cuando tenía en las manos la caja vacía de CHK leí lo que está escrito ahí: Come bien para cre­cer. Y ahora que estoy hablando contigo, me fijo que si quiero crecer en caridad tengo que comer bien, y qué mejor desayuno, almuerzo o cena que la Eucaristía. Pasa como con la comida normal, que a veces ni cuenta me doy de lo que como, pero me viene bien. No necesito a Melvin (el de los CHK), sino que te necesito a Ti.
Dile a Jesús que quieres comerle y que te ayude a crecer en caridad; que vas a luchar para no comulgar distraído.

Propósito: Comer bien todos los días.

lunes, 19 de junio de 2017

Dame un corazón ardiente

“Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No repliquéis al malvado; por el contrario, si al­guien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra” (Mt 5, 38-39).
¡Esto sí que es difícil! Y lo digo por experiencia propia. Mira Jesús, que cuando alguien me ofende o me trata mal no es que me le tire al cuello a morderle la yugular, tipo Drácula. Pero cuando veo el chance me desquito y le tiro una de esas miraditas asesinas que se las aprendí a mi hermana, que por cierto además es una artista en hacer caritas. Soy de aquellos que dicen que hay que perdonar, pero no olvidar; que si no, luego la gente es abusiva con uno.
Que sea sincero y reconozca si trato a alguien con frialdad por revancha.
“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?” (Mt 5, 46).
Pues es verdad, si sólo trato bien a los que me tratan bien no tengo ningún mérito. Pero me veo sin fuerzas para tratar a todos bien, y más aún para perdonar y no llevar cuenta de las ofensas. Jesús mío, que mi corazón, aunque sea un poco malo, arda en tu Amor. Que sepa perdonar y querer a los demás.
Atrévete a ir más allá del perdón y piensa en tener detalles de cariño con aquellos que te cuesta.

Propósito: Tratar con cariño a todos, hasta al chucho.

domingo, 18 de junio de 2017

¡Viva Jesús Sacramentado!

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá eternamente (Jn 6,51).
Jesús he leído lo siguiente: Fue en una excursión al monte. Al comienzo de la ascensión los árboles nos escoltaban con sus sombras. Al dejarlos atrás, conforme subíamos, se nos abría un paisaje cada vez más esplén­dido. Uno de los chicos, que no dejaba de mirar al celular, gritó horrori­zado: −¡Nos hemos perdido! ¡No tengo cobertura! Era lo peor que nos podía pasar, el mundo estaba incomunicado… Efectivamente no había ninguna antena cerca. No sé porqué, pero pensé cual sería el Sagrario más próximo. Jesús, hoy te pido ¡que nunca pierda tu cobertura! ¡Que viva siempre en gracia!
¿Tengo localizados los Sagrarios más próximos? ¿Busco buenas coberturas?
Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna (Jn 6,54).
Jesús sigue otra historia: Otra excursión al monte. Coronamos la cima a la hora de comer. Mientras dábamos buena cuenta de los bocadillos se podían distinguir muchos pueblos agrupados en torno a su Iglesia. −¿Porqué no hacemos la Visita? Dijo uno. −Como no sea a las vacas, soltó el chistoso de turno. Y a muchos kilómetros de distancia, y a muchos metros de altura, cada uno eligió su Sagrario: ¡Viva Jesús Sacramentado! ¡Viva y de todos sea amado!... Seguro que a Jesús le encantó.
¿Y yo visito al Señor en el Sagrario?

Propósito: No perder cobertura.

sábado, 17 de junio de 2017

Santo en casa

Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No repliquéis al malvado; por el contrario, si al­guien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra (Mt 5, 38-39).
Jesús, desde que me enteré de unos hermanos gemelos que son santos y que sus papás (papá y mamá) son santos también, esto me hace pen­sar. Esos hermanos se llamaban Marcos y Marcelino. A mi estas historias, Jesús, me gustan porque me animan a rezar por toda mi familia para que todos nos ganemos el cielo. No sé dónde fue que oí que el lugar más difícil para hacerse santo es en la familia. No sé si esto es verdad o no, pero en mi caso sí que lo creo, ya que cuando estoy en la casa me relajo y lucho poco por ser servicial, alegre y apostólico.
Continúa contándole a Jesús cómo te comportas en tu casa.
A quien te pida, dale; y no rehúyas al que quiera de ti algo prestado (Mt 5, 42).
Para mí, Jesús, esto que dices me parece muy duro. Te explico. En mi casa soy un experto para hacerme el loco y no ayudar, para escabu­llirme, esconderme y hacerme el sordo si me piden un favor. Y si luego hago algo espero que me lo agradezcan y me siento con el derecho de no hacer nada más. Jesús, ayúdame a ser servicial, alegre y apostólico en mi casa.
Dedícate unos minutos a imaginarte como era Jesús, María y José cuando estaban en su casa de Nazareth.

Propósito: Servir en la casa sin esperar a que me lo pidan.

viernes, 16 de junio de 2017

Lentes nuevos para Miguelito

¿Por qué te fijas en la mota del ojo de tu hermano, y no ad­viertes la viga que hay en el tuyo? O ¿Cómo vas a decir a tu hermano: Deja que saque la mota de tu ojo, cuando tú tienes una viga en el tuyo? (Mt 7, 3-4).
Y esto, ¿por quién lo dices? Seguro para aquellos que te criticaban. Pero, ¿también para mí? Seguro que sí; y por eso San Josemaría escribió: «¡qué equivocada visión de la objetividad! Enfocan las personas o las tareas con las deformadas lentes de sus propios defectos y, con ácida des­vergüenza, critican o se permiten vender consejos» (Surco, 644). Y sin embargo, yo pienso que siempre tengo la razón, y me pongo a juzgar a los demás.
Pídele a Jesús que te haga ver tus defectos, esa viga en tus ojos.
Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver cómo sacar la mota del ojo de tu hermano (Mt 7, 5).
¡Qué duro; pero qué claro eres, Jesús! Porque sé que con la misma me­dida con que mida, seré medido y todavía me agregarán. Espero que, ahora, conversando contigo, sea sincero primero conmigo mismo, lue­go contigo y en la Confesión… Y la verdad que a los demás tengo que disculparlos más, porque a Miguelito (es decir yo) bien que lo disculpo, siempre encuentro un motivo que justifica la viga.
Pídele a Jesús valentía para reconocer tus defectos.

Propósito: Sacar la viga y los clavos de Miguelito. 

jueves, 15 de junio de 2017

Hermanos amigos y adversario bien alejado

Si al llevar tu ofrenda al altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano (Mt 5, 23-24).
¡Tienes razón, Señor, como siempre! A veces voy a rezar y no puedo por­que tengo un reflujo de bilis por culpa de mi hermano; bueno, mejor dicho, por culpa de mis peleas con mi hermano. Pero estar contigo, y saberte mi Padre me lleva a “reconciliarme” con mi hermano, y luego rezo ya de otra manera, porque te veo sonreír al ver a los hermanos que se llevan bien.
¿Con quién tengo que reconciliarme?
Ponte de acuerdo cuanto antes con tu adversario mientras vas de camino con él; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al alguacil y te metan en la cárcel (Mt 5, 25).
El demonio, mi adversario, intenta tentarme aprovechándose de mi so­berbia, de mi sensualidad, de mi comodidad. Jesús, quiero mantener este “acuerdo” con mi adversario: no dialogar nunca con él, no dialogar con la tentación. Ayúdame a cortar, a reaccionar rápidamente ante esas voces que llaman a la vida fácil y superficial pero que no llena. Jesús, quiero presentarme a Ti con una vida llena de frutos, de frutos de buenas obras, sobre todo para estar contigo y con la Virgen, pero tam­bién porque en la carcel se está muy mal. Menos mal que además de Juez eres mi amigo...
Pídele al Señor que no te deje caer en las tentaciones y que te ayude a salir de ellas.

Propósito: Alejarme de la tentación-televisión, o de la que sea.

miércoles, 14 de junio de 2017

Pasito a pasito hasta el Cielo

En verdad os digo que mientras no pasen el Cielo y la tierra no pasará de la Ley ni la más pequeña letra o trazo hasta que todo se cumpla (Mt 5, 18).
La verdad es que no entiendo lo que me explicaron en clase de lengua­je, Señor, que los romanos y lo griegos escribían sin comas, ni puntos… ¡y sin tildes! Esas cosas tan pequeñas de la escritura sirven para entender­nos, tanta gente de tantos lugares y siglos. Pero tu Ley es mucho más, es el camino para irse al Cielo. A veces no le doy importancia a las cosas pequeñas y es donde más se demuestra el amor, en tildar bien las obras de cada día, porque las tildes suben las palabras al cielo.
Averiguar con Jesús qué tildes no pones en tus obras de cada día.
El que los cumpla y enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos (Mt 5, 19).
Tú enseñaste, Jesús, con tus palabras, pero también con tus obras, por eso yo de cada rato hablando contigo con mi 3+2, o con lo que sea, procuro sacar siempre un propósito para cumplir tus enseñanzas… A ve­ces sueño con ser un S. Tarsicio o un S. Pablo y se me va el avión... Tú entonces me dices: “aterriza, mi hijo, tienes que cumplir lo pequeño”. ¡Cómo me conoces! Ayúdame a dar pequeños pasos cada día y así hasta el Cielo. Sé también que con mi ejemplo pequeño ayudaré a mis amigos a acercarse a ti… así pro-pósito a pasito hasta el verte en el Cielo, Cristo mío, Jesús de mi alma.
Te doy gracias por los buenos propósitos… y tu dame gracia fuerza para cumplirlos

Propósito: cada noche examen de las tildes de la conciencia.

martes, 13 de junio de 2017

Luz para llevar a Dios

Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciu­dad situada en lo alto de un monte (Mt 5, 14).
Jesús, ¿te imaginas que el próximo premio Nobel de Medicina fuese un buen católico?, ¿te gustaría que los que más conciertos de rock dan tuvieran matrimonios unidos, con muchos hijos y que fueran a Misa todos juntos los domingos? Pues claro que sí, y a mí también. Tengo que con­fesarte que me repugnan quienes llevan muchas estampitas y se echan clases… Yo sé que para mostrar a mis amigos lo que es ser cristianos no tengo que lincharlos con mi rosario, sino con mi amistad, darles ejemplo con mi compañerismo, con mi estudio, metiendo muchos goles y sa­biendo pasármela en grande sin ofender a nadie.
Ver con Jesús cuándo no soy luz de mi fe para los demás.
Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vues­tras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre (Mt 5, 16).
La verdad, mi Señor, es que cuando me dan un 99 o encesto un triple y oigo como alguien me dice “¡muy buena!” me lo creo un poco… ¡Qué sería yo si Tú no me hubieras dado la inteligencia y los músculos! Que no te quite tu gloria. Si no te hubiera conocido, si no me hubieran enseñado a amarte lo mismo sería de la Mara 18… Que haga como aquel torero que cuando le daban una ovación cerrada y le arrojaban flores y lo vito­reaban rezaba por dentro: “son para Ti, son para tu gloria”.
Da gracias al Señor por los talentos que te ha dado y ve si puedes ponerlos de mejor manera a su servicio.

Propósito: Destacar para la gloria de Dios.

lunes, 12 de junio de 2017

Querer de verdad ser santo

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, por­que ellos serán saciados (Mt 5, 6).
El único justo eres tú, Jesús. “Nos hiciste, Señor para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descansa en ti”, escribió S. Agustín que buscó la “justicia” metiéndose a toda clase de cosas raras. Él fue un joven re­belde, como yo; descubrió que sólo le da felicidad comportarse como hijo de Dios. Querer de verdad, me dices, Señor, no a medias; poner empeño como recomienda Camino: “¿Quieres como un avaro quiere su oro, como una madre quiere a su hijo, como un ambicioso quiere los honores o como un pobrecito sensual su placer? –¿No? –Entonces no quieres” (nº 360).
Atrévete a Decirle al Señor cuánto le quieres
Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos (Mt 5, 10).
Querer ser santo hasta si cuesta persecución, insulto…, o hasta la muer­te. ¡Qué poco te quiero, Jesús! A veces me achico ante una miradita, ante un comentario…, porque voy a Misa, porque no veo tal programa… Hace poco fue el Corpus, y me acuerdo de S. Tarsicio, un adolescente romano de 11 años que llevaba la Comunión a los cristianos presos: unos en la calle le pegan hasta casi matarlo, para arrebatarle el “pan de los cristianos”; pero él protegió el relicario en el que Te llevaba, hasta que llegó un soldado cristiano que lo defendió. Tarsicio murió en brazos de su rescatador y así se ganó el cielo.
Ojalá, Jesús, tuviera siempre el cariño y el valor de Tarsicio...

Propósito: Dar la cara por ti sin achicarme.

domingo, 11 de junio de 2017

Santísima Trinidad

Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca sino que tenga vida eterna (Jn 3, 14).
Hoy celebramos que Dios es una familia: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hoy repetiré saboreando esta oración a la Santísima Trinidad: Creo en Dios Padre; creo en Dios Hijo; creo en Dios Espíritu Santo; creo en la santísima Trinidad; creo en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero. Espero en Dios Padre; espero en Dios Hijo; espero en Dios Espíritu Santo; espero en la santísima Trinidad; espero en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verda­dero.
Intenta decirle algo a cada una de las Personas de la Santísima Trinidad.
Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él (Jn 3, 17).
La oración de arriba termina de esta manera: Amo a Dios Padre; amo a Dios Hijo; amo a Dios Espíritu Santo; amo a la santísima Trinidad; amo a mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero; amo a María santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, y amo a mi prójimo como a mí mismo.
Atrévete a decirle a cada una de las Personas de la Santísima Trinidad que crees en Él, esperas y le amas.

Propósito: Creer, esperar y amar.

sábado, 10 de junio de 2017

La ofrenda de la viuda

Guardaos de los escribas que les gusta pasear con vestidos lujosos (Mc 12, 38).
Tengo que reconocer que me gusta vestir bien. Cuando voy a los centros comerciales se me van los ojos en las vitrinas y quisiera tener esto, y lo otro; pero ahí está siempre mamá para decirme que ya voy a heredar la camisa polo de mi hermano y/o de mi primo. Jesús es que tengo que aprender a no apegarme a las cosas, y a no tener caprichos, a cuidar de lo que tengo para que dure, aunque pase de moda.
Voy a hacer una buena limpieza de mi closet para sacar lo que está de más.
En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más en el gazofilacio que todos los otros, pues todos han echado algo de lo que les sobraba, ella, en cambio, en su necesidad, ha echado todo lo que tenía, todo su sustento (Mc 12, 43-44).
Cuentan que un hombre adinerado fue a ver a la Madre Teresa de Calcuta porque quería ayudarla con sus obras a favor de los nece­sitados, y que le preguntó con cuánto dinero quería que la ayudara. –“Deme hasta que le duela”, fue su respuesta. Ya me enteré que lo del “gazofilacio” es la alcancía del Templo Judío, y es que para que el Templo esté limpio, y los manteles y todo lo demás nítido, también hace falta dinero… y además tú, Señor, te mereces lo mejor.
Cuéntale a Jesús cuánto te cuesta dar algo y pídele que te cure.

Propósito: ir mañana bien vestido a Misa.

viernes, 9 de junio de 2017

El Maestro contraataca

Y tomando Jesús la palabra, decía enseñando en el templo: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es el hijo de David? (Mc 12, 35).
Primero fueron los príncipes de los sacerdotes, y después los escribas, y los ancianos, y los fariseos, y los herodianos, y los saduceos. Sólo faltaron los periodistas. Cada uno ha venido ante ti con sus preguntitas, a ver si consiguen dejarte mal parado, y para todos has tenido una respuesta para sacar 100. Ahora vienes tú y les haces una pregunta que ellos no pueden responder. Y vaya si es una pregunta difícil, o al menos te digo que yo ni siquiera la entiendo. Ya se lo preguntaré al profesor de reli. Pero mientras tanto aprendo de ti a no quedarme callado y a buscar buenas respuestas cuando alguien te ataque a ti, o al Papa, o a la Iglesia…
Dile al Señor que quieres saber de Él y contarle lo que sabes de los demás.
Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies (Mc 12, 36).
Jesús: todos tus enemigos están ya bajo tus pies, con tu gracia yo tam­bién saldré victorioso. Los que te mandaron crucificar ya murieron, el imperio romano también, y los nazis y tantos que te atacaron a ti y a tu Iglesia. También hay enemigos de tu Reino en mi alma, pero sé que tengo buenos aliados para vencer y levantarme: la Virgen y mi Ángel de la Guarda.
¿Quiénes son mis enemigos? ¿Busco aliados para vencer?

Propósito: Aplastar a mis enemigos: el demonio, la pereza, el egoísmo.

jueves, 8 de junio de 2017

El primero de los mandamientos

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas (Mc 12, 30).
Antes de decir este mandamiento, como para que te pongamos aten­ción, nos dices: “Escucha, Israel…” Cómo me cuesta escuchar, sobre todo cuando me van a pedir algo muy exigente. He sabido que en un país del Asia donde hay muchos camellos, cuando se reúne una familia para una cena importante, al final le llevan al más joven, en una bande­ja, una oreja de camello, para que no se olvide que tiene que escuchar a sus mayores: ¿Escuchan los camellos?
Jesús: aquí estoy escuchándote, ¿qué me dices?
“El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mc 12, 31).
El amor a los demás parece fácil cuando pensamos en la humanidad, así en general. Pero también es verdad que cuando se trata de amar al hermanito que está molestando, o al compañero que no me cae simpático, o al profesor que está insoportable ya no es tan fácil. Señor, que procure, al menos, como tú me has enseñado, tratarlos como me gustaría que me trataran a mí. Y como yo soy muy exigente, seguro sal­drán ganando.
Jesús: ¡qué simpático es todo el mundo cuando lo veo con tus ojos!

Propósito: Hacer un favor al que más me cuesta de la clase...

miércoles, 7 de junio de 2017

“Dios es Dios de vivos”

Cuando resuciten de entre los muertos, ni los hom­bres tomarán mujer ni las mujeres marido (Mc 12, 25).
El Arcángel San Rafael es un buen aliado para cuando haya que conse­guir una novia. Él guió al joven Tobías hacia un buen matrimonio. Buena falta me va a hacer su ayuda –dentro de diez años– porque es una elec­ción difícil, porque el matrimonio es “hasta que la muerte los separe”. Y Jesús, a veces me entero de familias que tienen problemas, ahora te pido por ellas. Pero en el cielo ya no hay matrimonio… así que si Dios me tiene reservado para esta vida que le entregue el corazón directamente también sé que hay un aliado, el Apóstol Juan, que siguió a Jesús de esta manera.
San Rafael: ¡ruega por mí! San Juan: ¡ruega por mí!
Sino que serán como los ángeles en el cielo (Mc 12, 25).
Ángel de mi guarda: ¡me voy a parecer a ti! Aunque no dice que nos transformaremos en ángeles sino que seremos “como” ángeles, pero sin dejar de ser hombres. Es más, resucitaremos con nuestros cuerpos, que además, según dicen, habrán mejorado mucho: ¡qué bueno que por fin me libraré de esos granos en la cara!, ¡cien abdominales sin ir al gym!. Y claro, para eso tengo que respetar mi cuerpo y tratarlo como Templo del Espíritu Santo.
Ser como ángeles y muy humanos: siempre hijo de Dios..

Propósito: vivir siempre en gracia para vivir luego en el cielo

martes, 6 de junio de 2017

Queremos ver a Jesús

Él les preguntó: ¿De quién son esta cara y esta inscripción? Le respondieron: Del Cesar (Mc 12, 16).
Jesús, a veces, al encontrarme con alguien por la calle me viene a la cabeza: ¿Pero dónde he visto yo antes esa nariz? ¿Aquella sonrisa? ¿Ese gesto?... Son rasgos que identifican a una familia: ¿Sos hijo de…? ¿Hermano de…? De los parecidos se sacan familias. ¿De quién son esta cara y esta inscripción? Jesús, me miro al espejo y pienso: Soy Hijo de Dios; estoy hecho a su imagen y semejanza; soy otro Cristo, el mismo Cristo. Jesús, ayúdame a no dar gato por liebre, que sepa reflejar tu luz y tu imagen a los que me rodean.
Jesús, aunque soy bastante caradura quiero reflejar siempre tu rostro.
Y nosotros, que llevamos la cara descubierta, reflejamos la Gloria del Señor y nos vamos transformando en su imagen con resplandor creciente; así es como actúa el Señor (2 Cor 3,15-4.1).
Jesús, que cuando me vean, Te vean. Por eso te pido el don de la sonri­sa. No una sonrisa cualquiera: hay sonrisas mentirosas, irónicas, despec­tivas... se puede matar con una sonrisa. No, te pido tu sonrisa, que es una mezcla de la sonrisa alegre de niño con la sonrisa serena, llena de paz de los mayores. Jesús, dame tu sonrisa.
¿Sonrisa Close-up®, Colgate®, Crest…? No, la sonrisa amable de Cristo.

Propósito: Sonreír siempre

lunes, 5 de junio de 2017

Cultivar el trato con Dios

Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labra­dores y se marchó de viaje (Mc 12, 1).
Jesús, el Evangelio de la Misa me recuerda una bella historia: Se decía de un hombre con fama de acaudalado que, entre sus posesiones y fincas, tenía escondido un tesoro riquísimo, pero que nadie sabía dónde estaba enterrado. Cuando le llegó el momento de encontrarse con su Creador, antes de fallecer, reveló a sus hijos, algo vagos, el lugar del fa­moso tesoro. Resulta que se encontraba en una lejana viña que, por mu­cho tiempo, había estado descuidada. Allá fueron los hijos y empezaron con machetes a limpiar la viña. Después de quitar la maleza y cavarla toda entera no encontraron absolutamente nada…
Jesús, ayúdame a descubrir tantos tesoros.
Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña. Mi amigo tenía una viña en un fértil collado. La entrecavó, la descantó y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diese uvas (Is 5. 1-7).
Sigo con la historia: Desanimados y cansados se dieron por vencidos. Quizá, pensaron, todo fuera una broma póstuma de su padre. Pero, al poco tiempo, con toda la dedicación que pusieron en cavar, descu­brieron que esa viña daba unas uvas bárbaras y de ellas sacaron un vino excelente. ¡Este era el tesoro… la viña!
Cuenta a Jesús todo lo que cultivas: amistades, aficiones, etc..

Propósito: Cultivar las amistades.