martes, 13 de junio de 2017

Luz para llevar a Dios

Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciu­dad situada en lo alto de un monte (Mt 5, 14).
Jesús, ¿te imaginas que el próximo premio Nobel de Medicina fuese un buen católico?, ¿te gustaría que los que más conciertos de rock dan tuvieran matrimonios unidos, con muchos hijos y que fueran a Misa todos juntos los domingos? Pues claro que sí, y a mí también. Tengo que con­fesarte que me repugnan quienes llevan muchas estampitas y se echan clases… Yo sé que para mostrar a mis amigos lo que es ser cristianos no tengo que lincharlos con mi rosario, sino con mi amistad, darles ejemplo con mi compañerismo, con mi estudio, metiendo muchos goles y sa­biendo pasármela en grande sin ofender a nadie.
Ver con Jesús cuándo no soy luz de mi fe para los demás.
Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vues­tras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre (Mt 5, 16).
La verdad, mi Señor, es que cuando me dan un 99 o encesto un triple y oigo como alguien me dice “¡muy buena!” me lo creo un poco… ¡Qué sería yo si Tú no me hubieras dado la inteligencia y los músculos! Que no te quite tu gloria. Si no te hubiera conocido, si no me hubieran enseñado a amarte lo mismo sería de la Mara 18… Que haga como aquel torero que cuando le daban una ovación cerrada y le arrojaban flores y lo vito­reaban rezaba por dentro: “son para Ti, son para tu gloria”.
Da gracias al Señor por los talentos que te ha dado y ve si puedes ponerlos de mejor manera a su servicio.

Propósito: Destacar para la gloria de Dios.