domingo, 18 de junio de 2017

¡Viva Jesús Sacramentado!

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá eternamente (Jn 6,51).
Jesús he leído lo siguiente: Fue en una excursión al monte. Al comienzo de la ascensión los árboles nos escoltaban con sus sombras. Al dejarlos atrás, conforme subíamos, se nos abría un paisaje cada vez más esplén­dido. Uno de los chicos, que no dejaba de mirar al celular, gritó horrori­zado: −¡Nos hemos perdido! ¡No tengo cobertura! Era lo peor que nos podía pasar, el mundo estaba incomunicado… Efectivamente no había ninguna antena cerca. No sé porqué, pero pensé cual sería el Sagrario más próximo. Jesús, hoy te pido ¡que nunca pierda tu cobertura! ¡Que viva siempre en gracia!
¿Tengo localizados los Sagrarios más próximos? ¿Busco buenas coberturas?
Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna (Jn 6,54).
Jesús sigue otra historia: Otra excursión al monte. Coronamos la cima a la hora de comer. Mientras dábamos buena cuenta de los bocadillos se podían distinguir muchos pueblos agrupados en torno a su Iglesia. −¿Porqué no hacemos la Visita? Dijo uno. −Como no sea a las vacas, soltó el chistoso de turno. Y a muchos kilómetros de distancia, y a muchos metros de altura, cada uno eligió su Sagrario: ¡Viva Jesús Sacramentado! ¡Viva y de todos sea amado!... Seguro que a Jesús le encantó.
¿Y yo visito al Señor en el Sagrario?

Propósito: No perder cobertura.