lunes, 19 de junio de 2017

Dame un corazón ardiente

“Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No repliquéis al malvado; por el contrario, si al­guien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra” (Mt 5, 38-39).
¡Esto sí que es difícil! Y lo digo por experiencia propia. Mira Jesús, que cuando alguien me ofende o me trata mal no es que me le tire al cuello a morderle la yugular, tipo Drácula. Pero cuando veo el chance me desquito y le tiro una de esas miraditas asesinas que se las aprendí a mi hermana, que por cierto además es una artista en hacer caritas. Soy de aquellos que dicen que hay que perdonar, pero no olvidar; que si no, luego la gente es abusiva con uno.
Que sea sincero y reconozca si trato a alguien con frialdad por revancha.
“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?” (Mt 5, 46).
Pues es verdad, si sólo trato bien a los que me tratan bien no tengo ningún mérito. Pero me veo sin fuerzas para tratar a todos bien, y más aún para perdonar y no llevar cuenta de las ofensas. Jesús mío, que mi corazón, aunque sea un poco malo, arda en tu Amor. Que sepa perdonar y querer a los demás.
Atrévete a ir más allá del perdón y piensa en tener detalles de cariño con aquellos que te cuesta.

Propósito: Tratar con cariño a todos, hasta al chucho.