“Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y
diente por diente. Pero yo os digo: No repliquéis al malvado; por el contrario,
si alguien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra” (Mt 5,
38-39).
¡Esto sí que es difícil! Y lo digo por experiencia propia. Mira
Jesús, que cuando alguien me ofende o me trata mal no es que me le tire al
cuello a morderle la yugular, tipo Drácula. Pero cuando veo el chance me
desquito y le tiro una de esas miraditas asesinas que se las aprendí a mi
hermana, que por cierto además es una artista en hacer caritas. Soy de aquellos
que dicen que hay que perdonar, pero no olvidar; que si no, luego la gente es
abusiva con uno.
Que
sea sincero y reconozca si trato a alguien con frialdad por revancha.
“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué
mérito tenéis?” (Mt 5, 46).
Pues es verdad, si sólo trato bien a los que me tratan bien no
tengo ningún mérito. Pero me veo sin fuerzas para tratar a todos bien, y más
aún para perdonar y no llevar cuenta de las ofensas. Jesús mío, que mi corazón,
aunque sea un poco malo, arda en tu Amor. Que sepa perdonar y querer a los
demás.
Atrévete
a ir más allá del perdón y piensa en tener detalles de cariño con aquellos que
te cuesta.
Propósito: Tratar con cariño a todos,
hasta al chucho.