Venid a mí todos los fatigados y
agobiados, y yo os aliviaré (Mt 11, 28).
¡Jesús que cosas más bonitas dices! A todos los que se encuentren
cansados y agobiados les ofreces descanso y consuelo. Pero, ahora que lo
pienso supongo que aplican restricciones como en todas las promociones. El
consuelo que ofreces es para aquellos que se cansan y se agobian porque luchan
en las batallas de Dios: en hacer apostolado, en eliminar aquel vicio, en
quitarse tal defecto que les impide amar a los demás, en sacar adelante aquella
obra de misericordia, etc. Pero como eres tan rebueno probablemente también
ofreces consuelo cuando nos cansamos en cosas que son puras tonteras nuestras.
Cuéntale
a Jesús si te cansas en esas batallas de Dios o si te cansas en otras cosas.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended
de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para
vuestras almas: porque mi yugo es suave y mi carga ligera (Mt 11, 29-30).
Jesús, yo quiero aprender de Ti. Quiero ser un buen hijo de Dios,
quiero luchar y que mi vida sea verdaderamente útil. No quiero dejarme llevar
por la pereza y el egoísmo en las vacaciones. Ayúdame a que estos días los
aproveche no sólo para descansar, comer y dormir. Quiero hacer mucho
apostolado. No quiero que me apliques restricciones.
Concreta
tus buenos deseos.
Propósito: Un hijo de Dios peleón y no
una momia.