miércoles, 7 de junio de 2017

“Dios es Dios de vivos”

Cuando resuciten de entre los muertos, ni los hom­bres tomarán mujer ni las mujeres marido (Mc 12, 25).
El Arcángel San Rafael es un buen aliado para cuando haya que conse­guir una novia. Él guió al joven Tobías hacia un buen matrimonio. Buena falta me va a hacer su ayuda –dentro de diez años– porque es una elec­ción difícil, porque el matrimonio es “hasta que la muerte los separe”. Y Jesús, a veces me entero de familias que tienen problemas, ahora te pido por ellas. Pero en el cielo ya no hay matrimonio… así que si Dios me tiene reservado para esta vida que le entregue el corazón directamente también sé que hay un aliado, el Apóstol Juan, que siguió a Jesús de esta manera.
San Rafael: ¡ruega por mí! San Juan: ¡ruega por mí!
Sino que serán como los ángeles en el cielo (Mc 12, 25).
Ángel de mi guarda: ¡me voy a parecer a ti! Aunque no dice que nos transformaremos en ángeles sino que seremos “como” ángeles, pero sin dejar de ser hombres. Es más, resucitaremos con nuestros cuerpos, que además, según dicen, habrán mejorado mucho: ¡qué bueno que por fin me libraré de esos granos en la cara!, ¡cien abdominales sin ir al gym!. Y claro, para eso tengo que respetar mi cuerpo y tratarlo como Templo del Espíritu Santo.
Ser como ángeles y muy humanos: siempre hijo de Dios..

Propósito: vivir siempre en gracia para vivir luego en el cielo