lunes, 4 de noviembre de 2013

Hoy invita la casa

Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado (Lc 14, 12-13).

Jesús, a mí, lo que de verdad me cuesta, es dar de lo mío a los demás. Sobre todo en los recreos, cuando los demás de mi clase, como moscas, zumban a mi alrededor: —me das un pedacito…— sólo un poco…—¡porfa…! Y yo les intento explicar que no ajusta para todos, que cada uno traiga lo suyo, etc., pero al final siempre acabo cediendo y les doy. Jesús, ayúdame a ser más generoso desde el principio, a ser como Tú.

·        ¿A qué me cuesta invitar?

Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos, ciegos: dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos (Lc 14, 14).

Jesús, me contaron esta historia: Un niño fue sorprendido mientras se comía su merienda en el oratorio, muy cerca del Sagrario: —Pero niño, en el oratorio no se come… Le dijo un profesor al verlo. Yel niño le contestó:—Es que Jesús es mi mejor amigo… ¡es el único que no me pide! Jesús, Tú sí que eres mi mejor amigo, el gran Amigo: siempre me invitas, y te das del todo en cada Comunión.

·        Hago el propósito de invitar a mis amigos a que me acompañen a Misa.


Propósito: invitar más.