domingo, 8 de septiembre de 2013

Domingo XXIII Desprendido

Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo (Lc 14, 33).

Hace unos meses el Papa Francisco fue a Brasil. Jesús, por las noticias me enteré que el Papa quiso ir a un barrio muy pobre y que habló de ayudar a la gente necesitada. A mi me pasa que cuando oigo esto que dice el Papa, pienso que eso de ayudar a los pobres es un mensaje para los que son ricos o dueños de bancos. Pero ahora que te lo digo me doy cuenta que gasto el dinero que me dan mis papás en puras tonteras o caprichos. Si tengo sed me compro una Coca o un jugo, si tengo hambre lo que sea. Jesús, yo soy un codo con mi dinero. Ayúdame a ser generoso y que aprenda a sacrificarme para ayudar en lo que pueda.

·        ¿Doy limosna de mi dinero o del dinero de mis papás?

Y el que no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo (Lc 14, 27).

Mira Jesús, que eso de proponerme ser generoso o desprendido de mi dinero o mis cosas no es tan fácil. Me quedo muchas veces del diente al labio como dice mi papá. Me doy cuenta que ser desprendido, es decir no estar prendido, agarrado a mis cosas o dinero a mi me cuesta. Si alguien me pide prestado me hago el loco, y me pongo hecho un diablo si alguien agarra alguna de mis cosas.

·        Revisa tu closet y mira cuántas cosas tienes que no usas. Decídete a regalarlas a personas que tienen necesidad.


Propósito: no estar prendido del dinero ni de las cosas.