Y
bajó con ellos, y vino a Nazaret, y les estaba sujeto. Y su madre guardaba
todas estas cosas en su corazón (Lc 2,51).
Jesús, hoy es la
Fiesta de tu familia, de la Sagrada Familia. ¡Qué buena es mi familia! Tengo de
todo: papás, hermanos, abuelitos, primos… tengo hasta un perro y dos
periquitos. Otras personas, que pena, quizá no tengan “ni padre ni madre ni
perrito que les ladre”, ni nada. Ahora que paso todos los días un rato
contemplando el Nacimiento ya he sacado parecido a algunas de la figuras y así
rezo por todos. Hasta el muñequito de lego que puso mi hermanito me ayuda a
pedir por él. Y como soy medio aventado, me imagino que María y José bien
podrían ser mi papá y mamá. ¿Acaso no soy hijo de Dios, pues?
► Jesús, muchas gracias por mi
familia, no me la merezco.
Si
alguno no cuida de los suyos y principalmente de su casa, ha negado la fe y es
peor que un infiel (1Tim 5,8).
Jesús, en mi papá veo
a San José, en mi mamá a la Santísima Virgen. Mi casa es una continuación del “hogar
de Nazaret”. Lo que pasa es que a veces se me olvida y ando en la luna con
los Guardianes de la Galaxia o dando saltos, y comiendo pizza, creyendo que soy
Tortuga Ninja. Jesús, ayúdame a que mi casa sea mía, y yo ponga de mi parte en
cuidarla y tenerla bonita. Ayúdame a no afearla con mi desorden o mis relajos.
Que mi casa realmente sea como lo fue la tuya; un hogar luminoso y alegre,
donde todos están siempre contentos.
► Pregunta a José cómo cuidar de los
de tu casa.
Propósito: Que mi casa parezca de revista (porque yo
la ordené)