viernes, 20 de mayo de 2011

Yo soy el camino...

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida
En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque voy a prepararles un lugar. Jn 14, 2-3.
Madre mía, cuando me proponen ir de excursión o visitar algún sitio, aunque sea el lugar más bonito del mundo pregunto: ¿Y quién más va a ir? ¿Y no va fulanito?... Pues si él no va, yo tampoco. Y es que no es tan importante el sitio como las personas que nos acompañan. Virgen Santa, y pensar que un día estaré contigo y con Jesús y con San José... Felicitaré a mi Ángel
de la guarda, ¡Qué paciencia!, abrazaré al beato Juan Pablo II, me reiré con el buen humor de San Josemaría. Siempre rodeado de personas tan queridas ¡Me muero de ganas de irme al Cielo!

►Habla con Jesús y pregúntale a quiénes quiere Él que ayudes
a que se vayan al Cielo. Le respondió Jesús: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn
14, 6).

Se equivocaba el Poeta cuando escribió: Caminante, son tus huellas el camino y nada más --Caminante no hay camino, se hace camino al andar.
¿Cómo que no hay Camino?, ¿Y las huellas que nos ha dejado Cristo?... Son huellas profundas, porque llevaba el peso de la Cruz. Los cristianos tenemos claro el Camino lleno de Vida, de alegría, porque es Verdad. Como Sta. Catalina de Siena diremos: el Camino que nos lleva al Cielo, ya es un Cielo.

►Dile a Jesús que quieres seguir sus “huellas” y pídele a María que seas valiente para ir por dónde Dios quiere que vayas.

Propósito: Ir por el Camino y no por mi camino.



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