Alzando
Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el cepillo del Templo;
vio también una viuda pobre que echaba dos monedas pequeñas (Lc 21, 1-2).
Jesús,
este pasaje ya había salido en este mes. Y me acuerdo de haber estado hablando
contigo sobre la generosidad. En este Año de la Fe, el Papa Benedicto XVI
quiere que vivamos, conozcamos y comuniquemos la Fe a los demás. Esto lo sé
porque me lo han repetido tantas veces hasta que me lo aprendí de memoria. Y a
mí me hace falta la generosidad, Jesús, para vivir mis propósitos, leer al
menos el Compendio y para hacer apostolado. ¡Auméntame la Fe!
·
Sigue por tu cuenta pidiéndole la Fe a Jesús para ser
generoso.
Alzando
Jesús los ojos (Lc 21, 1)
Aprender
a ver con tus ojos, así se puede resumir el tener Fe. Jesús, a mi eso me cuesta
mucho. A veces veo las cosas sólo desde mi punto de vista. Por eso, me dicen
que soy un poco terco ya que no me doy cuenta de lo que los otros ven. Ahora
bien, ver desde tu mirada y querer con tu Corazón eso si que me supera.
¡Auméntame la Fe! Como San Josemaría te digo: que yo vea con tus ojos Cristo
mío, Jesús de mi alma.
·
Repite varias veces esa oración de San Josemaría diciéndola de verdad.
Propósito: seguir pidiendo la Fe.