domingo, 10 de septiembre de 2017

Desconectarme para conectarme

Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígele a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano (Mt 18, 15).
Jesús, nos llamas a cada uno de los cristianos a cuidar de los demás. A no hacernos los locos cuando vemos que otro anda en malos pasos. A veces prefiero mirar para otro lado o hacerme el que no me entero de lo que está pasando o contentarme con pensar que yo vivo bien. Jesús, ayúdame a querer a los demás y saber hablarles, no para regañarlos, si no para moverlos a que te quieran y vivan como buenos hijos de Dios.
Piensa: ¿a quién puedes ayudar con una buena conversación?
Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra sobre cualquier cosa que quieran pedir, mi Padre que está en los Cielos se lo concederá (Mt 18, 19).
Antes, cuando era más pequeño, al ir a Misa, mi mamá siempre me tenía que callar a cada rato. Ponga atención a lo que dice el padre, me decía mi mamá. Un día, no hace mucho, por fin puse atención (creo que se me había quedado sin carga el celular y por eso no andaba distraído). ¡Qué bonito todo lo que pedimos en la Misa. Pedimos que nos escuches, que ayudes a los necesitados, que nos perdones nuestras fal­tas; te ofrecemos nuestras vidas, lo que somos y tenemos; tantas y tantas cosas. Creo que Ya no me volveré a llevar el celular a la Misa.
Ahora piensa en las cosas que podrías pedirle a Jesús en Misa.

Propósito: No llevar el celular a Misa para poder poner atención.