«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que
perdonarlo? ¿Hasta siete veces?» (Mt, 18, 21)
Pobre Pedro, cuando te preguntó estas cosas, a saber qué le habían
hecho, o a saber cuántas veces le había tocado que perdonar a alguien. En lo
personal, Jesús, perdonar así de decir “te perdono”, pocas veces me ha tocado.
Pero la vez pasada, un compañero de clase me pidió ayuda en mate. Le dije
cortantemente que no. No sé por qué, pero ese compañero me cae muy mal. Creo
que hace unos años me saco de la cola para comprar en la tienda o algo así. La
cosa es que ahí me di cuenta que no le había perdonado.
¿Cuántas
personas tienes pendientes de perdonar?
Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta
veces siete» (Mt, 18, 22)
¡Setenta veces siete! ¡Qué exageración! Ahorita mismo ni me sale
la multiplicación para saber cuánto es setenta por siete. Lo que sí tengo
claro es que no creo que haya alguien en el mundo capaz de llevar la cuenta de
las veces que ha perdonado hasta el punto de colmar la cifra que tú dices.
Resumiendo: que hay que perdonar siempre. La verdad es que eso de perdonar
cuesta. Más que todo por culpa del resentimiento. Un día un amigo me dijo que
yo era algo resentido. Le dije que no era verdad, pero estas son las horas en
que no me ha pasado el resentimiento de que me haya dicho eso.
Pide
a Jesús que no deje anidar en ti el resentimiento.
Propósito: rezar por los que, según yo, me han ofendido