domingo, 3 de septiembre de 2017

Sin miedo al sacrificio… hoy domingo

Empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho (Mt 16, 21).
Jesús, tienes deseos de padecer por nosotros porque nos amas. A mí me da miedo el sufrimiento, Jesús. No me refiero al miedo que me crucifi­quen o algo así; sino a las cosas chiquitas que incomodan. Te pongo un ejemplo: me cuesta un montón levantarme temprano, y los domingos, ni te cuento. Un día, casi me quedo sin Misa por levantarme tarde. Esos son los pequeños sacrificios que nos pides. Ese es el dolor al que quieres que no tengamos miedo. Allí es donde esperas que manifestemos que te queremos.
Levantarme puntual. También los domingos.
¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arrui­na su vida? (Mt 16, 26).
El domingo pasado vi a mi papá molestarse mientras arrancaba unas páginas del periódico. Estos que se creen, decía, todo es buscar bien­estar y placer a toda costa. Cuando levantó la mirada (qué mala suerte la mía) estaba yo tumbado en el sillón comiendo, viendo la tele y man­dando whatsapps. Se sonrió, se sentó a mi lado y me habló del valor del sacrificio. Jesús, ahora ayúdame a ser sacrificado y a no tenerle miedo al esfuerzo.
Ya me di cuenta que viendo tele y comiendo no se conquista nada.

Propósito: una hora menos de tele (sí, hoy domingo).