Las muchedumbres que iban a la fiesta,
oyendo que Jesús se acercaba a Jerusalén, tomaron ramos de palmas, salieron a
su encuentro y gritaban: Hosanna, bendito el que viene (Jn 12, 12-13).
Jesús, hoy comienza la Semana Santa. En pocos días vas a culminar
tu misión en la tierra. Nos vas a dejar tu mandamiento nuevo del amor;
vas a lavar los pies a tus discípulos; vas a pedir por los cristianos de todos
los tiempos (también por mí); te me vas a entregar en la Eucaristía; vas a
sudar sangre; te van a apresar y tus discípulos te abandonarán. Te azotarán y
te golpearán; se burlarán de ti. Llevarás la Cruz de tu muerte y de mi
salvación hasta el Calvario. Allí morirás perdonando. Y yo, Jesús, todos estos
días muy pegadito a ti.
Dile,
con tus palabras, que no quieres dejarle solo ni un momento.
Jesús encontró un borriquillo y se
montó sobre él, conforme a lo que está escrito: No temas, hija de Sión. Mira a
tu rey, que llega montado en un pollino de asna (Jn 12, 14-15).
No
temas hija de Sión… Pero, vamos a ver: ¿Qué
es lo que me da miedo? ¿No soy acaso hijo de Dios?... ¡¿Entonces…?! Jesús, Tú
eres el Rey de Israel, Tú eres el Rey del mundo. Nada sucede sin que Tú lo
permitas, y siempre será para bien. Jesús, contigo, siempre valiente. Necesitas
Hombres y Mujeres valientes.
Jesús,
quiero ser muy valiente.
Propósito: No ser gallina.