martes, 30 de abril de 2019

Mi amigo Nicodemo, el noctambulo


Había entre los fariseos un hombre, llamado Nicodemo, judío influyente. Este vino a él de noche (Jn 3.1-2).
Jesús, Nicodemo a mi lado se queda pequeño. Yo sí que soy el Rey de la Noche. Entonces me transformo como “Batman” y me muevo entre sombras como un felino: ¡La noche es joven! Pienso, y me lo creo, que lo importante es tener éxito y si para ello tengo que dejar de ser yo, beber un poco, tampoco me importa mucho. Jesús ¿A dónde quiero llegar? La verdad es que tantas veces no lo sé; no voy, me llevan.. ¡y me llevan a cada sitio…! ¡Me usan como un trapo! Ahí Jesús, Tú no puedes estar a gusto ¿Y yo? Pues tampoco,
Cuéntale a Jesús tus findes.
Lo nacido de la carne, carne es; y lo nacido del Espíritu, es­píritu es.
Jesús, eres amigo de Nicodemos, vino a él de noche. ¡Te gusta la noche! Quieres estar conmigo también de noche. Y como a Nicocemo también me dices Lo nacido de la carne, carne es; y lo nacido del Espíritu, espíritu es (Jn 3,6). Me has dado belleza física pero sobre todo, lo mejor, belleza de alma. Sé que no hay ningún problema en salir y pasarlo muy bien, mejor que nadie. Pero Tú, Jesús, quieres venir conmigo, conocer a mis amistades, reírte. Jesús, te prometo no llevarte nunca a sitios donde puedas avergonzarte de mí, donde lo pases mal, donde las miradas no sean limpias. Mi mayor “éxito” es reflejar en mi vida la belleza que llevo dentro, a Ti, Jesús.
Nicodemo pasó de ser cobarde a dar la cara por Jesús. Piénsalo.
Propósito: Salir más con Jesús.