Los apóstoles le
pidieron al Señor: –Auméntanos la fe (Lc 17,5).
Jesús, ¡Hay tantas cosas que yo solo no puedo...! No te rías, que
ya he crecido y alcanzo a abrir todas las ventanas de mi casa. Jesús, me
refiero que a veces me desanimo y pienso que no, que soy un negado: que yo no
puedo vencer una tentación o superar un defecto, que las dificultades me
sobrepasan y que no tengo remedio, que no sirvo para nada. Es el momento de
repetir con fuerza: ¡auméntame la fe!; Jesús que me dé cuenta de que Tú siempre
estás a mi lado; que contigo sí que se puede, que me convenza de que Tú eres
Dios y a la vez eres Amigo, Hermano y Padre.
Dile
a Jesús que cosas no puedes (oración, estudio…) para que te ayude.
El Señor contestó:
–Si tuvierais fe como un grano de mostaza diríais a este moral: arráncate y
plántate en el mar y os obedecería (Lc 17,6).
Jesús, ¡auméntame la fe!; Y entonces veré como se arrancan de raíz
los defectos que estaban profundamente implantados en mi conducta: pereza,
envidia, soberbia; y se resolverán problemas insolubles; y se enderezarán
situaciones torcidas. Y volveré a tener paz y alegría en mi alma. Porque la fe
es capaz de mover montañas. Jesús, ¡auméntame la fe!
Pide
a Jesús algún imposible, pero que sea para la mayor Gloria de Dios.
Propósito: pedir más Fe.