El que no está conmigo, está contra mí
(Lc 11, 23).
No caben las medias
tintas. Jesús, en esto de ser cristiano no vale las mediocridades; hay que
involucrarse, implicarse, darse color. O contigo, Jesús, o contra Ti. Qué
absurdo cuando oigo: yo soy cristiano pero no practicante. Es como decir: Soy
escritor, pero no escribo… Eso es lo peor, un cristiano frío, entibiado. Es
horrible ser y no ser, estar a medias. Como aquellos que ven un partido de fut
entre el Barça y el Madrid, y cuando les preguntas ¿con quién van?, te
contestan que van con el fut.
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Jesús, ¿te he dejado alguna vez solo? ¿En qué situaciones soy un tibio?
El que no recoge conmigo, desparrama (Lc
11,23).
Jesús, ya me conoces
¿¡Qué te voy a contar!? Sabes cómo soy: mis talentos y mis miserias. No es que
no te quiera, sino que a veces… me desparramo. No es que desparrame el agua o
la leche del desayuno, sino que me desparramo, me pierdo, me pueden las
pasiones, ¡son tan grandes las tentaciones! Pero de las caídas saco impulso. No
son fracasos porque al pedirte de nuevo perdón me llevas a recogerme de nuevo
en Ti. A partir de ahora contaré más con tu gracia, y aunque soy medio burro,
con tu ayuda espero algún día llegar a ser Santo.
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Pide a Jesús espíritu de recogimiento: recoger la habitación, los libros...,
los sentidos para Dios.
Propósito: no desparramarme
tanto.