martes, 31 de diciembre de 2019

NOCHEVIEJA. Gracias por tantas cosas buenas


En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tiniebla, y las tiniebla no la recibieron (Jn 1, 4-5).
Bueno, se acabó el año. Mi abuelita, para variar, ya colgó el almanaque del año que viene que le regalaron en la farmacia. Ella es aficionada a esas cosas. También colecciona los suplementos del resumen del año que salen durante estos días en el periódico. Un día descubrí dónde los guardaba. Las noticias, no las entendí mucho, pero me hizo mucha gracia ver los anuncios. Aparecían cosas obsoletas como la gran novedad. Es bonito pensar que aunque los años pasan, tú sigues siendo el mismo. Jesús, eres el mismo, ayer, hoy y siempre. Desde ya te pido ayuda para que seas mi luz a lo largo de todo el 2020.
Haz una lista de tus metas para el 2020, y encomiéndaselas a Jesús, para que todas te ayude a estar más cerca suyo..
La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre (…) A cuantos la recibieron, les da el poder para ser hijos de Dios (Jn 1, 9,12).
¡Cuántos propósitos para este nuevo año! Me ha salido una gran lista. Pero casi se me olvidaba dar gracias, por todo lo que he recibido a lo largo de este año. Primero, por todo lo que he visto con mis ojos; y luego, por aquellos beneficios de los que ni me enteré. Gracias, Jesús, por mi familia, por mis amigos, por el afecto de tanta gente. Gracias por todo lo que he aprendido y por ayudarme a recomenzar en mis luchas.
Proponte comenzar el nuevo año con una oración.
Propósito: En el minuto cero, segundo 1: rezar, luego festejar.

lunes, 30 de diciembre de 2019

Profesáis sin bola de Cristal


Había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser (…) Daba gracias a Dios y hablaba del Niño a todos (Lc 2, 36.38).
–¡Mirá, si es la profetisa Ana!, dijo San José muy contento. Porque aquella mujer conocía a la perfección a todas las familias piadosas de Israel. Sesenta años sin apartarse del Templo y profetizando dan para mucho. –¡Mirá, si es José!, replicó a su vez Ana. –¡Pero qué bien acompañado te veo! Y José con emoción recordó y comprendió aquella misteriosa profecía que un día le hizo, aún siendo niño: ¡Oh feliz varón, bienaventurado José, a quien le será concedido no sólo ver y oír al Dios, a quien muchos reyes quisieron ver y no vieron, oír y no oyeron, sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo!
En tu oración pide a la “Profetisa Ana” alguna profecía sobre lo que Dios espera de ti.
El Niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba (Lc 2,40).
Jesús, yo también te puedo abrazar, vestir y custodiar como lo hacía San José. Te abrazo y te beso en la Sagrada Comunión. Te acaricio en mi alma en la Santa Misa. Te visto con mi lucha por adquirir las virtudes. Te custodio y protejo en mi corazón para que nada ni nadie te me puedan robar. Y el Niño va “creciendo y robusteciéndose” también en mi vida.
Como a San José, muchos reyes te tienen envidia por tratar a Jesús: dale las gracias
Propósito: Cumplir la profecía de Ana.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Sagrada Familia Jesús, María y José


Y bajó con ellos, y vino a Nazaret, y les estaba sujeto. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón (Lc 2,51).
Jesús, hoy es la Fiesta de tu familia, de la Sagrada Familia. ¡Qué buena es mi familia! Tengo de todo: papás, hermanos, abuelitos, primos… tengo hasta un perro y dos periquitos. Otras personas, que pena, quizá no tengan “ni padre ni madre ni perrito que les ladre”, ni nada. Ahora que paso todos los días un rato contemplando el Nacimiento ya he sacado parecido a algunas de la figuras y así rezo por todos. Hasta el muñequito de lego que puso mi hermanito me ayuda a pedir por él. Y como soy medio aventado, me imagino que María y José bien podrían ser mi papá y mamá. ¿Acaso no soy hijo de Dios, pues?
Jesús, muchas gracias por mi familia, no me la merezco.
Si alguno no cuida de los suyos y principalmente de su casa, ha negado la fe y es peor que un infiel (1Tim 5,8).
Jesús, en mi papá veo a San José, en mi mamá a la Santísima Virgen. Mi casa es una continuación del “hogar de Nazaret”. Lo que pasa es que a veces se me olvida y ando en la luna con los Guardianes de la Galaxia o dando saltos, y comiendo pizza, creyendo que soy Tortuga Ninja. Jesús, ayúdame a que mi casa sea mía, y yo ponga de mi parte en cuidarla y tenerla bonita. Ayúdame a no afearla con mi desorden o mis relajos. Que mi casa realmente sea como lo fue la tuya; un hogar luminoso y alegre, donde todos están siempre contentos.
Pregunta a José cómo cuidar de los de tu casa.
Propósito: Que mi casa parezca de revista (porque yo la ordené)

sábado, 28 de diciembre de 2019

Santos Inocentes “Ay del Chiquirritín, Chiquirriquitín”


Herodes, al ver que los Magos le habían engañado, se irritó en extremo, y mandó matar a todos los niños que había en Belén (Mt 2,16)..
Un chicle sin azúcar, un café descafeinado, un champán sin burbujas… pueden servir pero no dejan de ser un “quiero pero no puedo”. ¿Una Navidad sin Nacimiento, sin Villancicos? ¿Una Navidad sin Niño-Dios?... es un fracaso. Herodes lo intentó: en las primeras Navidades de la historia quiso eliminar al Niño y acabó con todos los niños. Niño-Dios, aunque vengan ahora los modernos Herodes yo te protegeré. En mis Navidades el centro no serán ni los regalos, ni la las fiestas ni los tamales. Serás Tú, Jesús mío. Y el tamal me sabrá más rico, las fiestas más divertidas, los regalos más bonitos y los niños más contentos.
Jesús, ¿hay algo qué me impide recibirte bien?
Y mandó matar a todos los niños que había en Belén y toda su comarca, de dos años para abajo, con arreglo al tiempo que cuidadosamente había averiguado de los Magos” (Mt 2, 16-17).
Jesús, ¡qué pena! Herodes calculó cuidadosamente, casi hasta científicamente la forma de eliminar niños. Sobraban, molestaban. Ahora también hay plazos, no de 2 años pero sí de 20 semanas, 20 días: ¿un pre-embrión, un feto, un niño? ¿Dónde está el límite? ¿Quién lo pone? Jesús, hoy te pido por todos esos niños y por sus papás.
Jesús, te duele ¿verdad? A mi también, y mucho
Propósito: Rezar por los niños no nacidos y encender una vela.

viernes, 27 de diciembre de 2019

San Juan Evangelista “y permanecieron con Él”


Aquel discípulo a quien amaba Jesús dijo a Pedro: ¡Es el Señor! (Jn 21, 7)
Jesús, San Juan cuando te conoció bien podía tener mis años o poco más. Como yo, era un joven lleno de ideales y “espinillas”, con ganas de cambiar el mundo. “Yo quisiera –me has dicho– que Juan, el adolescente, tuviera una confidencia conmigo y me diera consejos: y me animase para conseguir la pureza de mi corazón” (Camino 125). La Santa Pureza es lo raro de no ser “raro”. Porque la impureza no va sola, sino que se hace acompañar de egoísmo, violencia, pereza… La impureza esclaviza, no se conforma, siempre está insatisfecha, quiere más. Niñito Jesús, dame un corazón limpio y puro para mí, mis hermanos y amigos.
San Juan tenía un corazón joven, ardiente, enamorado, ¿cómo yo?
Maestro, ¿dónde vives? (…) Venid y veréis (…) Y permanecieron con Él aquel día. Era como la hora décima (Jn 1, 39).
¿De dónde sacaba Juan la fuerza? ¿Cómo consiguió un corazón tan enamorado? -Respuesta: del trato con Jesús. Sin Jesús, ningún ideal en esta vida tiene sentido. Como decía el Papa Francisco en la JMJ de Brasil “Sé que ustedes no quieren vivir en la ilusión de una libertad “chirle” (aguado, inconsistente) que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento. Sé que ustedes apuntan a lo alto, a decisiones definitivas que den pleno sentido”.
Pregúntale a Jesús - ¿Qué quieres de mí? Y óyele y contéstale.
Propósito: Permanecer junto a Jesús, queriendo ser como Juan

jueves, 26 de diciembre de 2019

San Esteban protomártir esto apenas empieza


Dijo Jesús a sus apóstoles: «…darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. (Mt 10, 18)
Jesús, todavía me duele la garganta de los cantos del 24 y de ayer. Este año si me desquité de cantar y celebrar como buen hijo de Dios tu nacimiento. A mis papás les tocó levantarse para ir a trabajar, y yo, en cambio, me quedé en la casa. Iba a decir que me quedaba descansando pero el evangelio de hoy y la historia de San Esteban me han devuelto a la realidad. No me quiero quedar atrás y también quiero ser un protomártir, de los primeritos que dan testimonio de ti con sufrimiento. Y lo tengo fácil, hay que barrer la basura de los cohetes, tirar los papeles, y los envoltorios de los regalos; hay que lavar los platos para que esté lista la casa para año nuevo, ....
Ayuda, ese es el martirio que Dios te está pidiendo.
El que persevere hasta el final, se salvará (Mt 10, 22).
Ya se me estaba ocurriendo cómo zafarme de los encargos que me habían dado. Por abrir la bocota y llevármelas de protomártir me pusieron tanto oficio, me había dicho. Pero no, Jesús, te veo en el pesebre y te digo que hoy no me voy a dejar vencer por la pereza. Voy a trabajar como un burro.
A los niños chiquitos, el 26 les gusta jugar con sus regalos. No te hagas, a ti también, pero antes, a ayudar, y después con la conciencia tranquila, ¡a jugar!.
Propósito: ofrecerme a ayudar recogiendo el relajo que quedó después de las fiestas.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Navidad, Navidad, dulce Navidad


Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor (Lc 2, 11).
Tengo que aceptar que estoy un poco atarantado. Ayer, o hoy, mejor dicho, nos acostamos a las saber cuántas. En medio del ruido de los cohetes y la alegría de los abrazos, me quedé un rato mirando al nacimiento. María tenía cargado al niño. José estaba de rodillas, al lado. Estaba llorando, estoy seguro (José y el niño también). El niño era tan adorable, y su mamá, la siempre Virgen, parecía tener el rostro iluminado. Los ángeles cantaban alrededor “¡Gloria a Dios en el cielo!”. Atrás, en un segundo plano, estaba la mula y el buey. A un lado, el burro. Ese soy yo, me dije. Burro o como sea, ahí estaba también, metido en el portal de Belén.
No importa qué personaje seas, métete en el portal de Belén.
Lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre (Lc 2, 7).
Mientras veía a María con el niño en brazos, y a José a su lado, me acordé de lo que san Josemaría decía en su libro de Santo Rosario, que le pedía a la Virgen el niño y cuando lo tenía en sus brazos, decía “Y le beso -bésale tú-, y le bailo, y le canto, y le llamo Rey, Amor, mi Dios, mi Único, mi Todo!... ¡Qué hermoso es el Niño...!” (Sto. Rosario, 3er misterio gozoso). Me entraron unas ganas horribles de hacerlo también yo, pero el niño del nacimiento de mi casa es chiquito, y yo, en cambio, soy grande, aunque los amigos de mis papás digan lo contrario. ¿Y si me hago pequeño, del tamaño del niño de las figuras del nacimiento, y me dejo de falsos orgullos de querer ser “adulto”?
Pídele permiso a José de agarrar al niño y chinearlo un rato.
Propósito: Pasar un buen rato haciendo oración frente al nacimiento.

martes, 24 de diciembre de 2019

Esta noche es nochebuena y mañana Navidad


Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos (Lc 1, 76)
Me siento como esos futbolistas que ni pueden cantar bien el himno antes del partido a causa de los nervios. Llevo no sé cuántos días preparándome para la noche de hoy. Los regalos ya están al pie del árbol. La casa ya huele a tamal y un montón de delicias más. Mamá y papá andan fuera comprando las últimas cosas. Me han dado varios recados para decirles cuando vuelvan: que la tía viene a cenar, que el primo pasará mejor después de las doce, que en tal almacén hay descuentos. Pero a pesar de todo, así se lo dije a mi ángel custodio, sobreviviremos. Vamos a estar concentrados en que el de la fiesta es el niño Jesús, y que tengo que ser super servicial.
Angelito de la Guarda, dulce compañía, que sea servicial y llene a todos de alegría.
Nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” (Lc 1, 78-79)
Ya me había distraído haciendo cuentas de quiénes vendrían a la casa en la noche. ¡Jesús, viene Jesús! Yo ya vi dónde guarda mi mamá el niñito del nacimiento. Lo vamos a poner justo a las 12. Pedí que me dejaran encargarme de colocarlo junto a María y José, porque quiero ser el primero que le dé un beso.
Concentrado en el beso que le darás a niñito Jesús.
Propósito: ser el primero que le diga que le quiero

lunes, 23 de diciembre de 2019

El primito de Jesús


A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella. (Lc 1, 57-58).
Jesús, el nacimiento de un niño siempre trae nervios y muchos quítate de aquí, ándate para allá, no hables recio, mejor ayuda, etc. Dicen que a los niños, cuando les nace un hermanito, les entran celos. Juan el Bautista no tenía hermanos mayores. No hubo celos. En cambio, mucha alegría, en especial en el corazón de Isabel. Sabía que su hijo venía a preparar tu venida. ¡Qué bonita es la vida cuando se tiene clara una misión!
¿Te has preguntado cuál es tu misión en esta vida?
A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan». Y le dijeron: «Ninguno de tus parientes se llama así». Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. (Lc 1, 59-63)
Vaya susto. El mudo habló. Me imagino la alegría de Zacarías a recuperar el habla. A veces mi mamá me ha dicho, por qué realmente la tengo ya desesperada, que porqué no me pasa las de Zacarías un par de horas. Sólo quiere llamar la atención, decían cuando era pequeño.
¿No seguirás aún queriendo llamar la atención?
Propósito: Actitud de ayuda y no de brazos cruzados.

domingo, 22 de diciembre de 2019

Y así comenzó todo


Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. (Mt 1, 18).
Este domingo el evangelio de la Misa se adelanta un poco a lo que va a pasar dentro de unos días. Es algo así, como cuando uno sin querer cuenta el final de una película llevado de la emoción o de lo mucho que le gustó. Cuando las películas son buenas, me dijo un amigo una vez, aunque te cuenten el final, igual disfrutas cuando la ves. Esta película, esta historia de la vida real, no importa escucharla o verla una y otra vez. Los personajes: Dios Padre, que envía al Espíritu Santo; Dios Hijo que se encarga en María, José, el varón justo que no va a saber qué hacer al comienzo.
La historia del nacimiento de Jesús es también tu historia, escúchala con mucha atención.
José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto (Mt 1, 19).
Y aquí viene la mejor parte. El ángel en sueños le dice a José su papel en esta espectacular aventura. Ni se lo imaginaba. Ni se lo imaginaba, realmente fue un sueño hecho realidad. ¿Qué cosas tendrás preparadas para mí Jesús? ¿Qué sueños harás realidad con mi vida?
¿Qué tan grandes son tus sueños? ¿Estás preparado para dejarte sorprender por Dios?.
Propósito: Descubre que en la vida de Jesús también está la tuya

sábado, 21 de diciembre de 2019

Jesús necesita “borricos” :)


Y María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre (Lc 1, 39).
Jesús ¿cómo nacieron los villancicos? ¿Quién los compuso? Yo pienso que algo tuvo que ver San José. En esos viajes por Judea acompañando a la Virgen y al Niño que iba a nacer, para distraer a María -no tenían radio, ni ningún tipo de reproductor de música- San José seguro que empezó a cantar: “Ande, ande, ande, la Marimorena” (así llamaba con cariño a María por ponerse morena con tanto sol); y luego animaba al burrito: “Arre burro arre, vamos a Belén…”; y cuando pasaban por un puente: “pero mira como beben los peces en el río…”. ¿Habrán nacido así los villancicos?
Cantar villancicos con María y José.
Al desatar el borrico sus amos les dijeron: -¿Por qué desatáis el borrico? (Lc 19, 33-34).
Que buena cosa es ser borrico delante de Jesús. Los burros son sus predilectos: Belén, viaje a Egipto, entrada en Jerusalén. Además en la Navidad el borrico está en primera fila, en el Portal. Me da risa pensar, Jesús, que a veces, en algunos países, decirle burro a alguien equivale a llamarte tonto. Y no creo que nadie elija un burro de mascota de su escuela; pero ser así, sencillo, sin complicaciones, permite ver a Dios.
Dile a Jesús que quieres ser su burrito.
Propósito: Poner villancicos en la cena.

viernes, 20 de diciembre de 2019

Repartir alegría


El ángel, entrando en su presencia, dijo: –«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú eres entre las mujeres.» (Lc 1, 28).
Veo al Ángel. Está nervioso. Repasa lo que va a decir. No todos los días da noticias tan importantes. Toma aire y se siente seguro porque los planes de Dios tarde o temprano siempre llenan de alegría a quienes los aceptan. La Navidad es alegría porque nace Jesús, y al nacer, se queda con nosotros. Nos alegra su nacimiento pero más aún su presencia. Jesús, estás en el Sagrario, en mi alma en gracia, en los pobres y necesitados de la vuelta de la equina. Estas de mil maneras a mi lado y ahora me pregunto ¿estoy alegre, entonces?
Que nada te aparte de Jesús.
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38).
Quizá parte de la tristeza que a veces le puede venir a uno sea por culpa de la desobediencia. Algo así como lo de Adán y Eva que no le hicieron caso a Dios y se comieron la manzana. A lo Shakespeare: ¿obedecer o no obedecer?, esa es la cuestión. Ayúdame, Jesús, a entender que obedecer en una cosa chiquita que hace más agradable la vida de mi familia, da alegría a mis papás, ayuda a mis hermanos… La Virgen lo entendió, y de su obediencia vino un gran bien.
No pienses en lo que cuesta sino en la alegría que das obedeciendo
Propósito: Darle una alegría a mi mamá.

jueves, 19 de diciembre de 2019

Aprender a tener fe


Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento. (Lc 1, 20)
Zacarías se quedó mudo por falta de fe. Se le había aparecido un ángel y aún así duda. ¿Será posible tanta incredulidad? Siento como si desde dentro de la escena me mirara Zacarías y me dijera ¡y tú quien te has creído! Con señas, obviamente, porque está mudo. Tiene razón Zacarías. A mí me han explicado desde chiquito que Jesús está en el Sagrario y le visito tan poco. He visto a mi mamá rezar y obtener de Dios el milagro que pide; y ni así logro ser constante en mis Avemarías de la noche. Me dices tan claramente, Jesús, cuál es tu voluntad a través del director espiritual y sigo siendo un cobarde.
Que no se te tenga que aparecer un ángel para que hagas lo que Dios te pide. Dáselo hoy.
Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: «Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres.» (Lc 1, 25)
Isabel es discreta. Decidió agradecer así el regalo que Dios le hizo. No va por ahí, como a veces me pasa a mí, cacaraqueando lo que le pasó. Quizá porque valora el don que Dios le dio y le parece que no es para andarlo contando. Jesús, a veces por un pasito que doy en mi vida quiero que todos me vean y admiren.
No podrías ser más discreto y… constante.
Propósito: Hacer lo que Dios me pide y luego no andarlo contando.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

Tiempo para oír mucho


He aquí que un ángel del Señor se la apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo (Mt 1, 20-24)
José veía que algo inexplicable estaba pasando en el embarazo de María, porque, una mujer tan cercana a Dios, tan limpia y casta, no podría encontrarse así de la nada. Seguro que se acordó de la profecía: “la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien llamarán Emmanuel”. Pobre José, cómo lo habrá pasado de mal. Y qué bueno es Dios, que en sueños le hace ver que no debe tener miedo de recibir a María, pues la explicación de todo está en que el Espíritu Santo ha actuado. Cuando Dios ve buenas disposiciones, se luce. Lúcete conmigo, Jesús. Voy a poner de mi parte.
Recibe una tutoría de José (Pepe) de “oír a Dios”.
Todo esto ha ocurrido para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del Profeta: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien llamarán Emmanuel, que significa Dios-con-nosotros. (Mt 1, 22-23)
Cada vez está más cerca la Navidad. Yo quisiera, Jesús, que todas las personas del mundo pudieran pasar una Navidad feliz; que todos pudieran experimentar la alegría de tener a Dios con ellos. Emmanuel, significa Dios-con-nosotros. Pienso que estarás especialmente con los que en Navidad, estarán tristes, solos, pobres, abandonados, enfermos.
Repítele: Emmanuel, Manuel, Manolo… siempre conmigo.
Propósito: Estar siempre con Jesús, María y José.

martes, 17 de diciembre de 2019

Buena memoria

Música de salvación


Genealogía de Jesús… (Mt 1, 1).
Hay mucha gente, Jesús, a la que le encanta que le recuerden sus orígenes. Un amigo que le encantaba la música y tocaba muy bien la guitarra, me dijo que en su familia, en cada generación siembre había habido varios músicos. Incluso, me dijo, se les podría seguir la pista hasta el siglo XVII. Con tanta presión genealógica, si a uno le gustaba la música, era se convertía casi vergüenza para la familia. Me pregunto, Jesús, si yo me sentiré orgullosísimo de ser hijo de Dios. Seguramente me dirás que eso se nota en las obras, no tanto en las palabras. Algo así como en la familia de mi amigo. No sólo hay que decir que a uno le gusta la música, sino que hay que saber tocar un instrumento.
Si cada día produjera un sonido según tu comportamiento, ¿sería tu semana una bonita melodía?
De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce (Mt, 1-17)
A los judíos les encantaba darle valor numérico a las consonantes. Las que forman la palabra “David”, en hebreo, sumadas dan 14. Por eso, el 14 está presente tres veces en la genealogía de Jesús, como queriendo decir, Jesús es tres veces “hijo de David”, y por tanto, el Salvador que habría de venir.
Tu también eres “hijo de David”, y por tanto también la salvación depende de ti. ¿No crees que es hora de comenzar a “salvar”?
Propósito: Salvar mucha gente ayudando desinteresadamente.

lunes, 16 de diciembre de 2019

Déjale que te pregunte


Jesús llegó al templo y (...) se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad? (Mt 21, 23).
Hubo una famosa frase que dijo un cantante a un boxeador. John Lennon le dijo un día a Mohammed Alí: “Cuanto más auténtico seas, más raros serán los demás”. Cada uno la interpretó a su manera. Jesús, aquellos judíos eran retorcidos y no buscaban la verdad, sino perderte. Ellos eran “La autoridad”, ellos eran “Los auténticos”; y los que no fueran como ellos se convertían en raros. Jesús, ahora pasa igual. A los que queremos ser cristianos se nos llama raros porque no nos sometemos a lo “políticamente correcto”, al pensamiento dominante del momento. Jesús, ayúdame a ser como Tú o mi Madre la Virgen, auténticamente cristiano, sin dejarme llevar de complejos de inferioridad.
¿Por miedo a quedar mal me hago el que no le conozco?
Jesús les replicó: os voy a hacer yo también una pregunta (Mt 21, 24).
Jesús, a mí me puedes hacer no sólo una, sino muchas preguntas. Y lo haces porque cuando hago oración no paras: –¿Por qué estás tan serio? –¿Por qué no me cuentas un chiste? –¿Por qué no me cantas algo? ¿Por qué no hablamos de aquello de lo que te estás haciendo el loco?
Deja que Jesús te pregunte lo que quiera. Eso sí, responde y no te hagas el desentendido.
Propósito: responder a Jesús.

domingo, 15 de diciembre de 2019

Sonrisa a prueba de fuego


“¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?” Jesús les respondió: “Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los
Cada vez falta menos para tu nacimiento, Jesús. Estoy procurando prepararme bien. Me he propuesto hacer unos sacrificios diarios, estoy rezando con más ilusión, y, como estoy en la casa más tiempo, también estoy procurando ayudar mucho. Creo que, salvando las distancias, estos son los milagros que anuncian que verdaderamente estás por venir. Al menos así dice mi mamá cada vez que la ayudo en algo que no se esperaba: “y ese milagro que me querrás ayudar”
Haz muchos milagros en estos días.
Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él” (Mt 11, 11)
¿No se habrá enojado Juan el Bautista con estas palabras? Al contrario, se habrá puesto contentísimo. Esa era su misión. Preparar las cosas para que viniera Jesús y nos hiciera hijos de Dios. Saber que estoy llamado a tan tremenda dignidad a pesar de ser a veces un desastre ya me mueve a querer portarme mejor cada día.
No dejes mal al Bautista, lúcete viviendo como buen hijo de Dios.
Propósito: alma calma.

sábado, 14 de diciembre de 2019

Viene a la tierra para padecer


Yo os digo que Elías ya ha venido y no lo han reconocido, sino que han hecho con él lo que han querido (Mt 17, 12).
Me encanta la “Historia Sagrada”, la historia de tu Pueblo. Te tengo que confe­sar que a veces voy a leer las vidas de los Reyes, los Profetas, y tantos hé­roes en un libro con dibujos de mi abuelita que se llama “Historia Sagrada para Niños”. Dame, Jesús, la fe de Moisés, el coraje de Jonás –aunque al principio fue un cobarde– y la fuerza de Sansón. Pero ahora te pido per­dón por los que se iban a adorar a dioses falsos y por los que rechazaron a los profetas hasta darle matarile como a Juan Bautista. Yo no te quiero traicionar nunca. Ayúdame, Jesús, a serte muy fiel siempre.
Señor ¿te he traicionado últimamente?... Perdóname.
También el Hijo del Hombre ha de padecer de parte de ellos (Mt 17, 12).
Primero se echaron a los profetas y luego Jesús, te clavaron en una Cruz, después de flagelarte, coronarte de espinas, cargarte con la cruz… Físicamente lo hicieron ellos, unos cuantos romanos y judíos, pero en el fondo lo hicimos todos los hombres con nuestros pecados. Mi abuela, la del libro de dibujos, tenía una imagen del Niño-Dios acostado no en una cunita, sino en una Cruz, abrazándola. Y ahora me acuerdo del villancico “mi Madre es del Cielo, mi Padre también,/ yo vine a la tierra para pade­cer”. La Navidad es muy bonita, pero Tú, Jesús, sabías a lo que venías, y viniste. Ayúdame a sufrir cuando me toque, para unirme a tu Cruz.
Repite a Jesús que no quieres tener miedo a la Cruz.
Propósito: Hacer unos sacrificios diarios hasta el día 24.

viernes, 13 de diciembre de 2019

Vuestras buenas obras las ve Dios


Esa generación se parece a niños sentados en las plazas que, gritando a sus compañeros, dicen: os hemos cantado al son de la flauta y no habéis bailado; os hemos cantado lamenta­ciones y no habéis llorado (Mt 11, 16-17).
Jesús, ¡qué bien se los pasaban contigo tus discípulos! Les pones ejem­plos chistosos, divertidos, para que se rían. Recuerdas canciones infanti­les que cantabas rodeado de otros niños en aquellos largos atardeceres de Nazaret. Debía ser algo parecido al “tin marín, yo no fui, fue tete…”. Y al que le caía tenía que hacer la penitencia. Yo sí que tengo que hacer penitencia, Jesús, pero no porque lo dice el “tin marin” sino por mis pe­cados que ensucian mi alma.
Pídele perdón a Jesús por tus despistes y por tus “pecaditos” y “pecadotes”
Ha venido Juan que no come ni bebe y dicen… Ha venido el Hijo del Hombre que come y bebe y dicen… (Mt 11, 18-19).
Criticar lo sabe hacer cualquiera. Una hermosísima vidriera gótica pue­de ser destrozada de una pedrada, pero hacerla es harina de otro cos­tal. “Pero la sabiduría se acredita por sus propias obras” (Mt 11,19). Son las obras lo que cuentan. En vez de criticar tanto, yo ¿qué hago? Jesús, ayúdame a llenar mi vida diaria de obras buenas, a no juzgar lo que me parece malo. A usar mi lengua para comprometer a otros en obras buenas y no para hacerles corte y confección... ya me entiendes.
Termina dando gracias a Dios por tantas obras buenas.
Propósito: Usar la lengua para hacer apostolado.

jueves, 12 de diciembre de 2019

Nuestra Señora de Guadalupe, Madre Bendita


¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a ver­me? (Lc 1, 42)
Era un sábado de 1531. El indio Juan Diego iba muy de madrugada a México a sus clases de catecismo. Junto a un cerro, escuchó que lo llamaban: Juanito, Juan Dieguito. Subió a la cumbre y vio una mujer joven que le dice: Hijito mío el más amado: yo soy la perfecta siempre Virgen María, Madre del verdaderísimo Dios…, mucho quiero tengan la bondad de construirme aquí un templo para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión y auxilio… Allí estaré siempre dispuesta a escuchar…, para purificar y curar sus penas y dolores.
Agradece a Jesús que nos haya dado a la Virgen como Madre nuestra.
Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor (Lc 1, 45).
Juan Diego al principio se hizo el loco, pero pudo más el amor a la Virgen. Por fin, fue a ver al Obispo y desplegó delante de él su poncho lleno de rosas. Y, así, al tiempo que se esparcieron las diferentes flores, en ese mismo instante… apareció de improviso en el humilde ayate la venerada imagen de la siempre Virgen María, Madre de Dios, tal como ahora tenemos la dicha de venerarla. La Virgen se hizo una foto y nos la dejó como prueba de su amor.
Indudablemente a la Virgen le gustan las rosas. ¿Rezo el Rosario?
Propósito: Diez, veinte... cincuenta rosas para la Virgen de Guadalupe.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

El verdadero descanso


Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. (Mt 11, 28).
A estas alturas del año, muchos hablan ya de planes para cuando llegue la Navidad. A Jesús le da gusto que queramos descansar junto a Él. He oído gente que dice “para mí, descansar es pasarlo en familia”. Al final eso haremos cuando lleguen esos días. Pasarlo en familia, junto a Jesús, María y José. La verdad es que al final, lo que de verdad descansa es estar contigo, Jesús; y dar amor. Otras cosas, dormir, comer o hacer relajo, algo ayuda, pero nada como saber que todo está en tus manos.
¿Cansado? Probá descansar con Jesús, hablándole en el Sagrario.
Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera” (Mt 11, 30).
Creo que una de las cosas que más agobia son los problemas en los que uno se metió por su propia culpa. Por ejemplo, cuando uno no dijo la verdad o dejó de hacer lo que le habían mandado. Pero ese no es el “yugo” que nos pides que llevemos, Jesús. Tu yugo consiste en una carga que a la larga es ligera: la carga de obedecer, de estudiar a su tiempo, de ser sincero o de no agarrar a escondidas las cosas. Esto da descanso. Basta ver las caras de los que sacaron buenas notas y no andan afligidos en vacaciones.
Descansa haciendo lo que Jesús espera que hagas.
Propósito: Descansar ayudando mucho en la casa.