Yo os digo que Elías
ya ha venido y no lo han reconocido, sino que han hecho con él lo que han
querido (Mt 17, 12).
Me encanta la “Historia Sagrada”, la
historia de tu Pueblo. Te tengo que confesar que a veces voy a leer las vidas
de los Reyes, los Profetas, y tantos héroes en un libro con dibujos de mi
abuelita que se llama “Historia Sagrada para Niños”. Dame, Jesús, la fe
de Moisés, el coraje de Jonás –aunque al principio fue un cobarde– y la fuerza
de Sansón. Pero ahora te pido perdón por los que se iban a adorar a dioses
falsos y por los que rechazaron a los profetas hasta darle matarile como a Juan
Bautista. Yo no te quiero traicionar nunca. Ayúdame, Jesús, a serte muy fiel
siempre.
Señor ¿te he traicionado
últimamente?... Perdóname.
También el Hijo del
Hombre ha de padecer de parte de ellos (Mt 17, 12).
Primero se echaron a los profetas y luego
Jesús, te clavaron en una Cruz, después de flagelarte, coronarte de espinas,
cargarte con la cruz… Físicamente lo hicieron ellos, unos cuantos romanos y
judíos, pero en el fondo lo hicimos todos los hombres con nuestros pecados. Mi
abuela, la del libro de dibujos, tenía una imagen del Niño-Dios acostado no en una
cunita, sino en una Cruz, abrazándola. Y ahora me acuerdo del villancico “mi
Madre es del Cielo, mi Padre también,/ yo vine a la tierra para padecer”.
La Navidad es muy bonita, pero Tú, Jesús, sabías a lo que venías, y viniste.
Ayúdame a sufrir cuando me toque, para unirme a tu Cruz.
Repite a Jesús que no
quieres tener miedo a la Cruz.
Propósito: Hacer unos sacrificios diarios hasta el día 24.