“¿Eres tú el que ha
de venir o tenemos que esperar a otro?” Jesús les respondió: “Vayan a contar a
Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los
leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a
los
Cada vez falta menos para tu
nacimiento, Jesús. Estoy procurando prepararme bien. Me he propuesto hacer unos
sacrificios diarios, estoy rezando con más ilusión, y, como estoy en la casa
más tiempo, también estoy procurando ayudar mucho. Creo que, salvando las
distancias, estos son los milagros que anuncian que verdaderamente estás por
venir. Al menos así dice mi mamá cada vez que la ayudo en algo que no se
esperaba: “y ese milagro que me querrás ayudar”
Haz muchos milagros en estos días.
Yo les aseguro que
no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el
Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más
grande que él” (Mt 11, 11)
¿No se habrá enojado Juan el
Bautista con estas palabras? Al contrario, se habrá puesto contentísimo. Esa
era su misión. Preparar las cosas para que viniera Jesús y nos hiciera hijos de
Dios. Saber que estoy llamado a tan tremenda dignidad a pesar de ser a veces un
desastre ya me mueve a querer portarme mejor cada día.
No dejes mal al Bautista, lúcete viviendo como buen hijo de
Dios.
Propósito: alma calma.