martes, 6 de marzo de 2012

El que no “sirve”… no sirve para nada


El que se ensalce a sí mismo será humillado, y el que se humille a sí mismo será ensalzado (Mt 23, 12).
Jesús, algunas veces he jugado contigo al escondite: ¡Eres un campeón! ¡Qué bien te escondes!: en el sagrario, en los demás, en las cosas que pasan cada día. Pero hoy quiero jugar contigo a la ruleta que siempre gana: Todo el que pierde, gana, el mayor es el más pequeño, y el que quiera perder su vida la ganará. Es un juego solo apto para niños, porque los mayores siempre están hablando de ganancias y de dinero: Quién manda más, quién gana más, quién gasta más, que ganancia saco de esto... ¡Qué aburrimiento! ¿Cuándo se darán cuenta, de una vez por todas, que el que pierde gana? 
u  ¿Qué estoy dispuesto a perder (el quedar bien, un rato de comodidad o egoísmo) para ganarlo todo?
El mayor entre vosotros sea vuestro servidor (Mt 23, 11).
Jesús, para ser como Tú tengo que servir, ayudar más en casa, arreglar mi cuarto, sacar la basura, contar cuentos a mis hermanos pequeños... Cuando llego a casa por las tardes, encuentro a mamá sonriente, pero me doy cuenta que está cansada. La pobre no para de la mañana a la noche cuidándonos a todos. Papá cuando llega está reventado pero se pone ayudar… En cambio, a mí cuando estoy cansado empiezo a “echar chispas” y me enojo fácilmente por cualquier cosa.
u  Estamos en Cuaresma, concreta con Jesús en qué vas a servir.
Propósito: Servir y al estar cansado no “echar chispas”.