Todo
me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quien es el Hijo, sino el Padre; ni
quien es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar
(Lc 10,23).
El
6 de octubre de 2002, en Roma, el papa Juan Pablo II declara solemnemente que
Josemaría Escrivá es santo, lo canoniza. Asisten más de 300,000 personas a esa
Misa. Jesús, en esta día tan especial te quiero pedir que me tome en serio
quererte, en ser santo. Me acuerdo de aquellas palabras que escribió San
Josemaría en Camino y las hablo contigo: De que tú y yo nos portemos como
Dios quiere –no lo olvides– dependen muchas cosas grandes.
·
¿Me estoy portando como Dios quiere?
¡Dichosos
los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y
reyes desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron; y oír lo que oís, y no
lo oyeron (Lc 10,23-24).
Jesús,
a mi eso de que 300,000 personas estuvieran en Roma para la canonización de san
Josemaría me hace pensar mucho. Y lo que pienso es que Tú a través de cada uno
de nosotros quieres llegar a muchos más. San Josemaría te amó y se portó como
Tú querías. Y si yo me portara como Tú quieres ¿a cuántas personas llegarías? A
100, a 500, a 1,000, a 5,000, a 10,000…
·
Pídele a Jesús que te quite el egoísmo y la pereza, y
piensa en toda la gente a la que Él puede llegar a través de Ti.
Propósito: rezar la estampa de San Josemaría.