Quien
es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho; y quien es injusto en lo poco
también es injusto en lo mucho (Lc 11, 1-2).
Jesús,
muchas veces me pasa que pienso que amarte es hacer cosas muy grandes y muy
difíciles. Y por eso siempre estoy como esperando que pasen cosas grandes y
difíciles en las que te voy a demostrar que te amo. Pero me engaño. Tú me
esperas en las cosas pequeñas de cada día: hacer bien la cama, recoger el
cuarto y dejarlo ordenado, tomar buenos apuntes en clase, sonreír siempre al
decir buenos días, no quejarme de la comida, etc…
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Dile que te ayude a descubrir cómo amarle en las cosas
pequeñas.
Dios
conoce vuestros corazones; porque lo que parece ser excelso ante los hombres,
es abominable delante de Dios (Lc 11,3-4).
Jesús,
no hay cosa más absurda que hacer trampas jugando al solitario, buscaminas o al
FIFA. Y es que es de tontos eso de engañarse a sí mismo. Jesús, tú me conoces
mejor que yo, hasta el último rincón de mi alma, de mi conciencia. Qué no
quiera aparentar, dar imagen, que no me engañe, porque lo que parece ser excelso ante los hombres, es
abominable delante de Dios Jesús, quiero dar sólo tu imagen.
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Ayúdame a hacer todas las noches un buen examen de
conciencia.
Propósito: Hacer el examen de conciencia siempre.