Vosotros sois la luz del
mundo. (…) No se enciende una luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre
un candelero a fin de que alumbre a todos los de la casa (Mt 13, 14-15).
Jesús, a veces pienso que soy el patito feo de mi familia, de mi
clase, de mis amigos. Y empiezo a darle vueltas: que si nadie me aprecia, que
si nadie me quiere, que si no se me valora… y termino convenciéndome de que, en
el fondo, será por algo... Y encerrado en mí mismo le doy vueltas y revueltas, tantas
que acabo mareado y tristón. Hasta que un día, alguien, me hace caso, se fija
en mí y de golpe y porrazo me doy cuenta que no soy tan horrible. Jesús, estas
cosas que me pasan son manifestaciones de encerrarme en mí mismo, de egoísmo.
Jesús, líbrame de mí mismo.
·
Habla tú con Jesús y
dile lo que quieras durante dos o tres minutos.
Alumbre así vuestra luz
ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro
Padre (Mt 13,16).
Jesús, te contaba eso de darme tantas vueltas y de pensar en mi
mismo porque comprendo cada vez mejor que los santos han sido capaces de pensar
sólo en los demás. Y yo quiero ser santo. Hoy es la fiesta de San Isidoro, un
santo que pensaba en cómo ayudar a los demás y fue el primero en inventarse una
enciclopedia. Tal vez yo no escriba una enciclopedia pero quiero liberarme de
mí mismo y hacer mucho apostolado y llevarte muchas almas.
·
Pídele a Jesús la
gracia de pensar más en los demás.
Propósito: iluminar con mi sonrisa.