domingo, 12 de julio de 2015

Con “S” de Superman

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. (Mc 6, 7).
Un día, viendo una de esas películas de Marvel, mi hermanito, que aun­que está en cuarto grado es muy listo, me dijo “has visto que casi todas las historias de superhéroes son de uno que era normal y que un día le dieron superpoderes”. Como soy un poco soberbio, le rebatí que no era el caso de Superman y algún otro. Ahora, ya a solas contigo Jesús, ade­más de pedir perdón por mi soberbia, te acepto que a mí también me encantaría recibir algún tipo de poder. Y al leer este trocito del evangelio, descubro que esos “superpoderes” ya los he recibido en el bautismo, en la Eucaristía, en cada confesión, etc.
u Usa tu vista superpoderosa para descubrir a un amigo necesitado.
Los discípulos se fueron a predicar el arrepentimiento. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban. (Mc 6, 12-13).
Los superhéroes detienen a los villanos, que con su maldad destruyen ciudades enteras. En la vida real eso no pasa. Pero sí hay pecado, que destruye vidas, y tristeza, desesperanza y otros males que hunden ciuda­des enteras. El poder de la gracia, es capaz de arremeter contra todos esos males. Me emociona pensar que realmente… tengo poderes.
u Usa tu superfuerza para vencer tu pereza y ponerte a ayudar en casa.

Propósito: Ser verdadero superheroe