Viendo Jesús que mucha gente lo seguía,
le dijo a Felipe: “¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?” (Jn 6, 15).
Tú, Jesús, siempre pensando en los demás. Te has encarnado para poder
estar absolutamente al servicio de nosotros, una panda de sinvergüenzas, como
decía mi abuela. Me imagino la cara de Felipe ante tu pregunta, Jesús. Habrá
echado una mirada a su alrededor para calcular rapidito cuánto dinero que se
necesitaba para comparar pan para tanta gente. Luego, Jesús, le sonríes y le
dices unas indicaciones previas al gran milagro.
u Jesús
quiere hacer grandes milagros en tu vida, el asunto está en qué tipo de cosas
son las que le pides.
Después de que todos se saciaron, dijo a
sus discípulos: “Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien”.
Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce
canastos. (Jn 6, 12-13).
Después de que no había nada para darle a tanta gente, hasta ganancia
podrían haber sacado. ¿Qué habrán hecho los apóstoles con el pan que sobró? A
lo mejor lo fueron regalando en el camino a las personas necesitadas que
encontraban a su paso. Jesús, siempre piensas en los demás. Dame esa capacidad,
de ver las necesidades de los que me rodean. Cómo quisiera no solo ver la
necesidad, sino también sentir la urgencia de resolver esas necesidades.
u Cuando
te pidan ayuda, ve a la primera.
Propósito: No hacer esperar a mis papás
cuando me pidan ayuda.