jueves, 30 de junio de 2016

Combustible invencible

No lleven oro ni plata ni dinero en el bolsillo; ni morral para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón (Mt 10, 9).
Jesús envía a sus discípulos a predicar. Los envía sin nada material. Les quiere enseñar así que para extender el Reino de Dios lo importante no son las cosas materiales, sino estar firmemente convencido de la misión que se va a llevar a cabo, y no olvidar que Dios está con uno. Ahora que lo pienso, los apóstoles no van sin nada. Van más apertrechados que nunca. Van con Dios. No están solos, incluso si les llega a faltar hasta lo más elemental.
¿Por qué sigues apegado a tus cosas materiales?
Al entrar en la casa, saluden, y si lo merecen, la paz de su saludo permanecerá con ellos; si no, regresará a ustedes. (Mt 10, 12).
Muchos que quieren obrar el bien a veces se desilusionan porque parece que los que les escuchan no les hacen caso. ¿Qué sería de mí si mis papás pensaran igual cuando les desobedezco? En cambio, perseveran. La nave en la que se viaja para el apostolado tiene un combustible perfectamente reciclable. Es más, hay veces que el combustible no sólo disminuye sino que se multiplica, y alcanza para otras naves que por averías lo han perdido. El combustible es la gracia de Dios, que nunca se pierde.
No te desilusiones si de pronto, algún amigo tuyo, se aleja al verte cerca de Dios. Ya volverá. Ya verás.

Propósito: Volver a insistir a aquel amigo que parece ya perdido.

miércoles, 29 de junio de 2016

Los que van, ya lo saben

Los nombres de los doce apóstoles son: primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; luego Santiago, el hijo de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Santiago, el hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote, el que lo entregó. (Mt 10, 2-4).
Qué pasaría si escuchara mi nombre mencionado entre los nombres los apóstoles. A lo mejor pensaría, “ve, que casualidad, uno que se llama como yo”. Pero, ¿y si viniera con mi apellido, y algo que claramente indica que se refiere a mí? A lo mejor miraría a los lados, pensaría que se trata de un error. ¿Yo, un apóstol? Pues resulta que aunque no salga mi nombre, Jesús cuenta conmigo. También a mí se me da ese poder.
Estas en la lista, ¿cuándo piensas comenzar a trabajar?
A estos doce los envió Jesús con las siguientes instrucciones: “No transiten por regiones de paganos ni entren en los pueblos de Samaria. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Vayan y proclamen que está llegando el Reino de los cielos” (Mt 10, 5-6).
Pensándolo bien, ni los Jedi tienen misiones tan arriesgadas como las de un apóstol. Ni las espaditas laser, o el combatir el poder del lado oscuro es tan emocionante como experimentar el poder de ser apóstol. El poder de ser uno que realmente puede salvar a los demás.
Déjate ya de fantasías. Hay mucha gente necesitándote.

Propósito: usar de los poderes: rezar.

martes, 28 de junio de 2016

Fifi

Presentaron a Jesús un hombre mudo poseído por un demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo comenzó a hablar. Y la gente decía maravillada: “Jamás se ha visto nada igual en Israel” (Mt 9, 32-33).
Un día, llevé a Fifi al veterinario. El doctor batalló un rato hasta que descubrió la causa de los males de mi perro. Se había comido una bolsa plástica. Qué fácil habría sido todo si Fifi hubiera podido hablar. Ahora pienso en la dificultad que ha de encontrar el sacerdote para ayudarme en la dirección espiritual si yo no hablo con sencillez de lo que me pasa. A veces uno calla por vergüenza, otras por no ver que hay cosas que hacen daño y que es bueno conversarlas.
Dile a Jesús de corazón que te ayude a hablar en la dirección espiritual justamente de eso que necesitas cambiar o mejorar.
Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen por tanto al dueño de la cosecha que envíe obreros a recogerla” (Mt 9, 36-37).
Hay mucha gente a la que hay que curar. Algunos aún están como mi pobre Fifi, no saben decir lo que les pasa, pero claramente algo no va bien en sus vidas. Es bonito pensar que hay gente que lo ha dejado todo para estar a nuestra disposición y ayudarnos. Gracias Jesús, por esas personas que lo dejan todo para ayudar a gente como yo.
¿No serás tú uno de esos obreros que Jesús espera en sus campos?

Propósito: Hacer bien el examen de conciencia para ser muy sincero.

lunes, 27 de junio de 2016

De ignorante a importante

Llegó un personaje importante y se postró ante él diciendo: “Mi hija acaba de morir; pero si tú vienes y pones tu mano sobre ella, vivirá”. Jesús se levantó y, acompañado de sus discípulos, lo siguió (Mt 9, 18-19).
Me cuesta a veces creerme esto: un personaje importante que se postra. Muy importante podría ser, pero tiene la humildad de acudir a Jesús y reconocer que necesita de Dios. Jesús nos sigue esperando. Nos espera en la Iglesia a través de los sacramentos y de su Palabra. La cosa es que uno no se las lleve de creído y reconozca que sin los sacramentos, como la Eucaristía y la confesión; y sin la meditación de su Palabra, nada puede.
¿No podrías dejar ya de hacer tus cosas “importantes”, y dedicar más tiempito a Dios?
Al llegar Jesús a la casa del personaje y ver a los que tocaban música fúnebre y a los que lloraban, dijo: “Váyanse de aquí, que la niña no ha muerto; está dormida”. Pero ellos se burlaron de él. Cuando desalojaron a la gente, entró, la tomó de la mano y la niña se levantó (Mt 9, 23-25).
La ignorancia es atrevida, dice el refrán. Peor aún, la ignorancia del soberbio. Por eso se ríen de Jesús, no se creen que pueda resucitar un muerto. No saben, o se les olvida, que Jesús es Señor de la vida.
Dile a Jesús que no te quieres reír de Él, y que te resucite.

Propósito: visita a Jesús en el sagrario y dile que lo quieres

domingo, 26 de junio de 2016

San Josemaría

Y vio dos barcas que estaban junto a la orilla (…) Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Y sentado enseñaba desde la barca a la multitud (Lc 5, 2-3).
Recuerdo Jesús lo que me contaron, cómo te metiste en la barca –en la vida– del muchacho Josemaría cuando aún no tenía 15 años… quizá hablaba de él mismo cuando escribió: «Jesús ve aquellas barcas en la orilla y se sube a una. ¡Con qué naturalidad se mete Jesús en la barca de cada uno de nosotros! Cuando te acerques al Señor, piensa que está siempre muy cerca de ti (…). Lo encontrarás en tu corazón» (San Josemaría, Santo Rosario).
Pregunta a San Josemaría cómo dejar a Jesús meterse en tu barca.
Dijo a Simón: —Rema mar adentro y echad las redes para pescar. Simón contestó: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes”. Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que reventaba la red (Lc 5, 4-8).
Simón aunque veía los inconvenientes, se los saltó de un solo. San Josemaría se puso a rezar y portarse aún mejor para ver lo que Dios quería que hiciera. Y yo… que pongo tantas excusas. «¡Mar adentro! — Rechaza el pesimismo que te hace cobarde (…) y echa tus redes para pescar. Debemos confiar en esas palabras del Señor». (San Josemaría, Santo. Rosario).
Y ahora, cuéntale cómo reaccionas al oír: “¡mar adentro!”

Propósito: Dejar que Jesús sea el capitán.

sábado, 25 de junio de 2016

miró y se lo llevó

¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán. (Mt 9, 15).
Uno se pone de luto cuando un familiar o un amigo murió. Tenía un amigo al que se le murió el papá cuando estábamos en quinto primaria. Al enterarnos, el profe nos llevó a varios a visitarlo. Lo encontramos sentado en un sillón. Tenía puesta una gorra. Nos dijo que la gorra había sido de su papá, y que se la había puesto para que no se le olvidara que en adelante iba a sacrificarse para que desde el cielo su papá se sintiera orgulloso de su hijo. Yo pensé, entonces, que no podía esperar una tragedia para buscar tener orgulloso a mi papá.
No esperes a perder a tus seres queridos para cambiar
“Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo, porque lo añadido hará encoger el vestido y el desgarrón se hará mayor” (Mt 9, 16).
Un día me caí y se me rompió el pantalón a la altura de la rodilla. Mi mamá iba a comprar otro pantalón, pero yo no quería. Así que me conseguí un parche de tela y convencí a la muchacha de la casa para que se lo pusiera a mi pantalón donde estaba lo roto. Al día siguiente, regresé con un gran hoyo en el pantalón. En el recreo, en una jugada, se me fue el parche entero con todo y la tela del pantalón. Entendí que aunque a veces no entienda el por qué, es mejor confiar siempre en mi mamá.
Pregúntale a Jesús cuál es la aventura que te tiene preparada.

Propósito: darle una alegría a papá o a mamá

viernes, 24 de junio de 2016

Hasta no ver no creer

Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré” (Jn 20, 24-25).
¿Tomás, cómo se te ocurre decir semejante cosa? Si estuviste con Jesús cuando dio la vista a ciegos, curó enfermedades y resucitó muertos, cómo es que ahora dudas y hasta propones ese reto. Pienso que yo también soy a veces como Tomás. Veo todo el amor que me tienen mis papás y a pesar de eso, no hago caso, no obedezco a la primera.
Pide fe a Dios para confiar en el amor de tus papás.
Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto” (Jn 20, 28-29).
Jesús, hasta vergüenza me da que nos llames “dichosos” a los que hemos creído en ti a partir de las enseñanzas de la Iglesia. Yo quiero tener fe, y una fe grande como la que aprendió Tomás después tocarte con sus propias manos. Aunque ahora que lo pienso, sí te he visto: te veo en la Eucaristía, te veo en el amor de mis papás y demás familia, te veo en el esfuerzo de mis profesores, y en los más necesitados, y…
Piensa en dónde más ves a Jesús

Propósito: a obedecer a la primera

jueves, 23 de junio de 2016

Verdaderamente poderoso

En esto, trajeron a donde él estaba a un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: “Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados”. (Mt 9, 2).
Jesús, miraste con cariño a ese hombre que desde a saber cuándo estaba tirado en su camilla. Pero antes de curarle la parálisis, le perdonas los pecados. Mis pecados, muchos o pocos, son peor que una parálisis. También los pecados de mis amigos, los paralizan. ¡Qué poder el de tu palabra, Jesús!
No habrá llegado la hora de experimentar el poder de Dios en la confesión. Prepara tu confesión.
El se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se llenó de temor y glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres (Mt 8, 33-34).
Nuestro Dios es un Dios optimista, positivo, que levanta a la gente. El pecado nos aplasta, nos hunde. Nos deja como cáscara de banano en el suelo. Está ahí pudriéndose y convirtiéndose en ocasión de que otros se caigan por su culpa. No quiero ser causa de caídas para nadie. Se me viene algo a la cabeza ahora: cuando termine de confesarme, y me ponga de pie nuevamente, pensaré que estoy en una película de aventura, justo en la parte donde el héroe después de estar a punto de morir, cobra fuerza, se levanta y cumple con su misión.
No te levantes sólo, ayuda a otros a ponerse de pie.

Propósito: Saborear el momento en que Jesús me cura al confesarme.

miércoles, 22 de junio de 2016

Los sometió con su palabra

Dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. (Mt 8, 28).
¡Qué valentía la de Jesús! No tiene miedo de pasar por donde están esos pobres poseídos. Y cómo habría de tener miedo, si es el Hijo de Dios. Los hijos de Dios son capaces de afrontar todos los peligros que se presenten porque se sienten respaldados por su Padre Celestial. Muchas veces yo también tengo miedo, y lo peor es que en ocasiones ese miedo es ante cosas sin importancia. A veces es miedo a decir la verdad, otras a que se den cuenta que tengo algún defecto o simplemente a que se den cuenta de quién soy realmente.
Si de verdad quieres ser valiente, piensa: soy hijo de Dios
Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos se ahogaron. (Mt 8, 32).
Jesús libera a los endemoniados con la fuerza de su palabra. Mis miedos, mis temores grandes o pequeños, también son como pequeños diablillos que no me dejan tranquilo. A veces sólo tú, Jesús, sabes lo que hay en mi corazón de niño: por qué no quiero apagar la luz (temo a la oscuridad), por qué no quiero ponerme esa camisa (temo que se burlen de mí) y tanto temores más. Voy a confiar en tú palabra, en lo que me dices a través de mis papás.
Si Dios está con uno, no hay nada que temer

Propósito: no más miedo a la oscuridad, o a que se burlen…

martes, 21 de junio de 2016

Demonios nerviosos y alegadores

“En ese momento se pusieron a gritar diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí antes de tiempo para atormentarnos?” (Mt 8, 29).
Cristo, tú has venido a salvarnos del pecado. Como tienes todo el poder contra el mal y tu sola presencia hace que el demonio se ponga nerviosos. Señor yo me avergüenzo porque a veces también me incomodo con tu presencia, sobre todo cuando exiges más de mí. A veces me enojo cuando me topo con un trozo del evangelio más exigente; o cuando mi conciencia me pide que deje de ser perezoso y haga mis tareas…, que apague el televisor o la compu y me vaya a dormir. Perdón Señor, pero Tú sabes que no lo hago por maldad, sino que me cuesta vivir el “aquí y ahora”, no dejar el ser como tu quieres para mañana.
Piensa cuándo dejas las cosas para luego y cómo evitarlo.
“Los demonios le rogaban diciendo: Si nos expulsas, envíanos a la piara de cerdos” (Mt 8, 31).
Los demonios hablan con Jesús para ponerle condiciones, porque no lo aman –lo odian– y se niegan a hacer su voluntad. Señor ¿alguna vez te pongo condiciones? ¿Te digo: “voy a misa martes y jueves” si no hay partido? ¿O bien, en casa, si no hay cable, entonces lo mismo ayudo a mi hermano? Perdóname, ya no más. Desde ahora quiero hacer el propósito de hacer lo que me pidas, sólo porque me lo pides tú. ¡Poner condiciones a mi Dios, a mi Creador y Redentor!
Tuyo soy, para ti nací, ¿qué quieres Señor de mí?

Propósito: dar un cheque en blanco a Jesús.

lunes, 20 de junio de 2016

“No juzguéis y no seréis juzgados”

“¿Por qué te fijas en la mota del ojo de tu hermano, y no adviertes la viga que hay en el tuyo? O ¿Cómo vas a decir a tu hermano: Deja que saque la mota de tu ojo, cuando tú tienes una viga en el tuyo?” (Mt 7, 3-4).
Y esto, ¿por quién lo dices? Seguro por aquellos que te perseguían. Pero, ¿también para mí? Seguro que sí; y por eso San Josemaría escribió: «¡qué equivocada visión de la objetividad! Enfocan las personas o las tareas con las deformadas lentes de sus propios defectos y, con ácida desvergüenza, critican o se permiten vender consejos» (Surco, 644). Y sin embargo, yo pienso siempre tengo la razón, y me pongo a juzgar a los demás.
Pídele a Jesús que te haga ver tus defectos, esa viga de tus ojos.
“Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver cómo sacar la mota del ojo de tu hermano.” (Mt 7, 5).
¡Qué duro; pero qué claro eres, Jesús! Porque sé que con la misma medida con que mida, seré medido y todavía me agregarán. Espero que, ahora, conversando contigo, ser sincero primero conmigo mismo, luego contigo y en la Confesión… Y la verdad que a los demás tengo que disculparlos más, porque a Miguelito (o sea yo) bien que lo disculpo, siempre encuentro un motivo que justifica la viga.
Ayuda a los demás, pero —no lo olvides—: ayúdate, primero, a ti mismo.

Propósito: Sacar la viga y los clavos de Miguelito

domingo, 19 de junio de 2016

Peleonero

Venid a mí todos los fatigados y agobiados, y yo os aliviaré (Mt 11, 28).
¡Jesús que cosas más bonitas dices! A todos los que se encuentren cansados y agobiados les ofreces descanso y consuelo. Pero, ahora que lo pienso supongo que aplican restricciones como en todas las promociones. El consuelo que ofreces es para aquellos que se cansan y se agobian porque luchan en las batallas de Dios: en hacer apostolado, en eliminar aquel vicio, en quitarse tal defecto que les impide amar a los demás, en sacar adelante aquella obra de misericordia, etc. Pero como eres tan rebueno probablemente también ofreces consuelo cuando nos cansamos en cosas que son puras tonteras nuestras.
Cuéntale a Jesús si te cansas en esas batallas de Dios o si te cansas en otras cosas.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas: porque mi yugo es suave y mi carga ligera (Mt 11, 29-30).
Jesús, yo quiero aprender de Ti. Quiero ser un buen hijo de Dios, quiero luchar y que mi vida sea verdaderamente útil. No quiero dejarme llevar por la pereza y el egoísmo en las vacaciones. Ayúdame a que estos días los aproveche no sólo para descansar, comer y dormir. Quiero hacer mucho apostolado. No quiero que me apliques restricciones.
Concreta tus buenos deseos.

Propósito: Un hijo de Dios peleón y no una momia.

sábado, 18 de junio de 2016

Siguen los tesoros

Nadie puede servir a dos señores, porque o tendrá aversión al uno y amor al otro, o prestará su adhesión al primero y menospreciará al segundo: no podéis servir a Dios y a las riquezas (Mt 6, 24).
Como tu Jesús amas y te das del todo, por eso pides que te amemos con todo, sin andar compartiendo el corazón con otras cosas. Lo dices bien claro o uno ama a Dios o acaba amando las riquezas (el dinero, la comodidad, los placeres). Bueno, Jesús, yo quiero ser de los que te amen del todo sin andar compartiendo el corazón con tonteras. Quiero ponerte en primer lugar en mi cabeza, en mi corazón y en mi lengua.
Sigue diciéndole a Jesús que lo quieres mucho.
Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento y el cuerpo que el vestido? (Mt 6,25).
El Papa Benedicto XVI explica este pasaje del evangelio así: Quien cree en Dios, Padre lleno de amor por sus hijos, pone en primer lugar la búsqueda de su reino, de su voluntad. Cuantas veces no te pongo en primer lugar, Jesús. Si tengo exámenes dejo de último el rezar, si estoy con la ilusión de ver un partido de fut te dejo para después, si no estoy con ganas me olvido de Ti. ¡Que te ponga en primer lugar! ¡Que no te deje tirado!
Pídele a Santa María la fortaleza de poner a su Hijo en primer lugar.

Propósito: El primer lugar para Jesús.

viernes, 17 de junio de 2016

Tesoros

No amontonéis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los corroen y donde los ladrones socavan y los roban (Mt 6, 19).
Ahora que ya ha pasado todo, te cuento Jesús sobre mis amigos. Cuando en mayo fueron las semifinales de la Champions, los que les van al Real Madrid se burlaban de los seguidores del Bayern, pero poco les duró porque al día siguiente lloraron con la Juve. Y lo de llorar no es broma, algunos se enojaban, otros anduvieron hasta tristes varios días. Jesús, eso me hace pensar que muchas veces ponemos el corazón en cosas buenas pero que no son tan importantes. A mi eso de andar de buen humor me cuesta. Dependo mucho de los demás, de las circunstancias y hasta del clima.
¿Qué es lo que me quita la alegría? Cuéntaselo a Jesús.
Porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón (Mt 6,21).
Jesús, y yo ¿dónde tengo puesto el corazón? ¿Cuáles son las cosas que valoro como tesoros? A mi me gustaría poder llegar a decirte que lo que más valoro es tener a Ti en mi alma llena de gracia. Jesús, ayúdame a guardarte como el tesoro más valioso, a no perderte tontamente y a no exponerte a que te roben de mi alma por medio de engaños (tentaciones).
El ángel custodio es un buen jefe de seguridad. Pregúntale como poder guardar mejor tu alma para que siempre esté en gracia.

Propósito: Cuidar el tesoro de la gracia.

jueves, 16 de junio de 2016

Papá

Cuando recen no hablen mucho como lo hacen los paganos (Mt 6, 7)
Muchas palabras, muchas cosas que en realidad no son parte de un diálogo, sino un tremendo y aburrido monólogo. A veces me pregunto, Jesús, si no estaré en mis ratos de oración soltando demasiado mi imaginación, y dedicando poco tiempo a conversar contigo. Quizá podría usar mi imaginación más para meterme en tu vida y no tanto para irme a otros mundos donde tu no estás. San Josemaría se metía en las escenas del evangelio con su imaginación y pensaba en que era un personaje más. A veces era un niño, otras, un burrito.
Pide perdón a Jesús por tus distracciones y continúa.
Ustedes recen así: Padre nuestro, que estás en el cielo (Mt 6, 9)
“Padre nuestro”, estas palabras son dulces. Saben a miel. Cuando me pongo a pensar que tú, creador de todo cuanto existe, el que todo lo sabe, el que todo lo ve, es mi padre, se me pone un poco la piel de gallina. Si ya bastante me siento orgulloso de mi papá de la tierra, mayor es aún mi alegría al saber que tengo un Dios que también es mi padre.
No temas llamarle papá

Propósito: Buen día para decirle papá a Dios muchas veces

miércoles, 15 de junio de 2016

No recompensas humanas

Por tanto, cuando des limosna no lo vayas pregonando, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, con el fin de ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa (Mt 6, 2).
Ayer, Jesús, de mi rato de oración salí dispuesto a sumar pero muy rápidamente me dí cuenta de que andaba haciendo cosas buenas para servir a los demás, peroooooo al mismo tiempo quería que me lo agradecieran. Por eso, el evangelio de hoy me da dé lleno en el centro de mi soberbia. Jesús, que aprenda a servir a los demás por amor tuyo y a no estar buscando que me lo paguen con un “gracias” o “que bueno eres”.
Sigue por tu cuenta pidiendo saber servir sin buscar recompensa.
Tú, por el contrario, cuando des limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha, para que tu limosna quede en oculto; de este modo, tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará (Mt 6, 3-4).
Jesús, auméntame la fe, para tener la certeza de que todo lo que haga por amor a Ti me lo recompensarás con el cielo. Dame fe para hacer las cosas por amor tuyo. A no buscar recompensa en esta tierra. A saber amarte con mi trabajo y mis mil detalles de servicio a los demás. Auméntame la Fe para que me esfuerce de verdad en sumar en cualquier lugar donde me encuentre.
Pídele a la Virgen que te alcance un aumento de la FE.

Propósito: No buscar recompensa humana

martes, 14 de junio de 2016

Sumar siempre

Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persigan (Mt 5, 43-44).
En una ocasión, Jesús, me explicaron que San Josemaría decía que cada uno debía ser un signo más. Al principio no lo entendía bien pero me parece que lo voy comprendiendo. Donde quiera que esté he de intentar ser alguien positivo, que una a la gente, que aporte como un signo +. Pero para ser ese signo + y no signo – o de ÷ tengo que aprender a rezar por todos y no guardar ningún rencor contra nadie. Me pasa que sólo rezo por mis cosas y cositas, y pocas veces rezo por los demás: por el trabajo de mi papá, por la alegría de mi mamá, por el examen de mi hermano, para que se decida a confesarse aquel amigo…
Habla con Jesús sobre si eres +, o bien –, o peor ÷.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? ¿Acaso no hacen eso también los publicanos? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen eso también los paganos? (Mt 5, 46-47).
Pues más claro no lo puedes decir, Jesús. Yo no quiero ser el causante de peleas en la casa, ni de división entre mis amigos. Me decido a ser signo + y entonces servir a todos sin hacer excepciones (a éste sí, a éste no). Yo quiero ser un buen hijo de Dios, y dónde quiera que esté quiero sumar y no restar.
Concreta algunas formas de servir en casa, a los amigos, etc.

Propósito: Siempre ser signo +.

lunes, 13 de junio de 2016

Santo en casa

Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No repliquéis al malvado; por el contrario, si alguien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra (Mt 5, 38-39).
Jesús, desde que me enteré de unos hermanos gemelos que son santos y que sus papás (papá y mamá) son santos también, esto me hace pensar. Esos hermanos se llamaban Marcos y Marcelino. A mi estas historias, Jesús, me gustan porque me animan a rezar por toda mi familia para que todos nos ganemos el cielo. No sé dónde fue que oí que el lugar más difícil para hacerse santo es en la familia. No sé si esto es verdad o no, pero en mi caso sí que lo creo, ya que cuando estoy en la casa me relajo y lucho poco por ser servicial, alegre y apostólico.
Continúa contándole a Jesús cómo te comportas en tu casa.
A quien te pida, dale; y no rehúyas al que quiera de ti algo prestado (Mt 5, 42).
Para mí, Jesús, esto que dices me parece muy duro. Te explico. En mi casa soy un experto para hacerme el loco y no ayudar, para escabullirme, esconderme y hacerme el sordo si me piden un favor. Y si luego hago algo espero que me lo agradezcan y me siento con el derecho de no hacer nada más. Jesús, ayúdame a ser servicial, alegre y apostólico en mi casa.
Dedícate unos minutos a imaginarte como era Jesús, María y José cuando estaban en su casa de Nazareth.

Propósito: Servir en la casa sin esperar a que me lo pidan.

domingo, 12 de junio de 2016

Confesión

Muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que hizo Jesús, creyeron en él. Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho (Jn 11, 45-46).
Jesús, ¡Cómo querías a tu amigo Lázaro! ¡Cómo llorabas! Verte llorar me conmueve: ¡un Dios que llora!.., más humano no puedes ser. Y tanto como a Lázaro me quieres a mí, ¡para que me entere de una vez…! Jesús, qué curioso; ante el mismo acontecimiento: la resurrección de Lázaro, dos actitudes distintas. Unos creen en Ti, se convierten, pero otros, en cambio, se alejan y te denuncian. Y yo ¿cuál es mi actitud? Viendo los milagros patentes que haces en mi vida, Jesús, que yo sea de los primeros, que cada vez me acerque más a Ti.
Pídele a Jesús que te dé un corazón puro
Así, desde aquel día decidieron darle muerte (Jn 11, 53).
Jesús, se me pone un nudo en la garganta solo de pensar que yo también tengo la posibilidad de negarte, de darte muerte. Ahora que está a punto de comenzar la Semana Santa y voy a recorrer tu Pasión y muerte en la Cruz, quiero hacer el propósito de no matarte nunca en mi alma. Eso es lo que pasa cuando pierdo la Gracia de Dios, cuando caigo en pecado mortal. Y si alguna vez tengo la desgracia de perderte, Tú que me quieres tanto, tanto como a Lázaro, me resucitarás a través de la Confesión.
Dile a Jesús que en tu alma le defenderás siempre.

Propósito: Hacer una buena confesión

sábado, 11 de junio de 2016

más tibieza

El que no está conmigo, está contra Mí (Lc 11, 23).
No caben las medias tintas. Jesús, en esto de ser cristiano no valen las gamas de grises ni las mediocridades; hay que involucrarse, implicarse, comprometerse. O contigo, o contra Ti. Qué absurdo cuando oigo: Yo soy cristiano, pero no practicante. Eso sí que es lo peor: un cristiano fofo, frío, entibiado. San Pedro, con palabras inspiradas, recrimina a los cristianos corrompidos de su tiempo –también los había–, que en ellos se cumple aquel proverbio tan acertado: el perro vuelve a su propio vómito y la cerda lavada a revolcarse en el fango (2 Pet 2, 22). ¡Qué bárbaro se puso San Pedro!
Jesús, ¿te he dejado alguna vez solo? Nunca más, Jesús, nunca más.
El que no recoge conmigo, desparrama (Lc 11, 23).
Jesús, yo no quiero ser ni malo ni malote, ¡de verdad que no quiero serlo!; pero lo peor es que me conformo con ser buenecito, normal, uno más del montón. Me pasa como aquel muchacho al que su profesor le animaba a salir de la mediocridad, del montón y éste respondía: Es que debajo del montón ¡se está tan calentito…! Jesús, ahora es tiempo de héroes, de santidad: El que no recoge conmigo, desparrama. Jesús, que no me desparrame más, que me decida a ser santo ¡de verdad!
Jesús: ¡No más desparrame! Y, ¿en qué me desparramo?

Propósito: Pedirle a la Virgen: “no más tibieza”

viernes, 10 de junio de 2016

Limpio

Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio en su corazón (Mc 5, 27-28).
Jesús, estas palabras son muy exigentes. Nos pides que seamos limpios por fuera y por dentro. Por fuera, no andar hablando, ni viendo, ni haciendo marranadas. Pero limpios también por dentro, es decir, no desear, no consentir malos pensamientos, ni dejar que la imaginación ande enredada en marranadas. Para ser limpio necesito tu ayuda.
Pídele a Jesús la limpieza de tu corazón, de tus recuerdos, de tu lengua, de tus ojos, de tus oídos, etc.
Si tu ojo derecho te escandaliza, arráncatelo y tíralo; porque más te vale que se pierda uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te escandaliza, córtala y arrójala de ti; porque más te vale que se pierda uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno (Mc 5, 29-30).
Ya entendí que no se trata de andar mutilándose el cuerpo. Lo que nos dices, Jesús, es que seamos valientes y rápidos para cortar cualquier ocasión de pecado. Rápido dejar de escuchar esa cochinada, rápido quitar esa escena de la TV, etc. Pero, Jesús, yo no soy una tortuga, si no que soy una momia lenta y pasmada para quitarme de esas ocasiones de pecado. En el fondo es que me gusta un poco andar borderline.
Habla con Jesús sobre cuándo necesitas ser más rápido.

Propósito: Ser limpio por dentro y por fuera.

jueves, 9 de junio de 2016

No “pelar cables”

Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que se llene de ira contra su hermano, será reo de juicio; y el que llame a su hermano necio, será reo ante el Sanedrín (Mt 5, 21-22).
Jesús, cuando me enojo con mis hermanos o con mis amigos no es que les llame necio, sino insultos terribles: cucaracha, rata de cloaca, sabandija, sanguijuela o cosas peores que hasta pena me da contártelo… Luego, después, me arrepiento y lo paso mal. Jesús, ¿por qué tendré la lengua tan afilada y larga? ¿Por qué hago tanto daño a los que más quiero? Jesús, contigo también se metían: Muchos de ellos decían: Está endemoniado y loco, ¿por qué le escucháis? (Jn 10,20), y les perdonabas siempre. Jesús, quiero ser como tú: Manso y humilde de corazón (Mt 11,29).
Jesús, ayúdame a imitarte.
Ve primero a reconciliarte con tu hermano (Mt 5, 24).
Jesús, ¡cómo me cuesta pedir perdón! Porque cuando me enojo, siempre creo que es el otro el que debe pedirme perdón a mí. Incluso llego a la niñada de no hablar con esa persona durante un tiempo, porque me ha hecho esto o esto otro; y hasta que no me pide perdón… Y en la cabeza se me pasan todas las posibles respuestas o burradas que podría hacer para vengarme. Sin embargo, Tú has perdonado incluso a los que te crucificaban. Que aprenda de Ti a perdonar y a adelantarme.
Piensa con quién tienes que hacer las paces, pedir perdón, y terminas.

Propósito: Sereno y no “pelar cables”.

miércoles, 8 de junio de 2016

Coherencia y ejemplaridad

No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su plenitud (Mc 5, 17).
Ayer, Jesús, te pedía que quería ser luz para los demás. Hoy, gracias al evangelio de este día, entiendo que ser luz para los demás es ser coherente y ejemplar. Coherente: si digo que creo en Ti, que se me note porque te doy tiempo a lo largo del día. Ejemplar: hacer las cosas bien y que parezcan buenas (así lo explicaba San Josemaría). Eso es lo que voy a pedirte hoy: que sea coherente y ejemplar.
Sigue platicando con Jesús sobre la coherencia y la ejemplaridad, especialmente cuéntale si notas en qué cosas no lo eres.
Por el contrario, el que los cumpla y enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos (Mc 5, 19).
Jesús, hace un tiempo fui a ver una exposición de perros. Ahí los perros los paseaban sus dueños, les hacían que se sentaran, corrieran, dieran unos saltos, ladraran. Y algunas personas expertas en perros al ver algún perro fuera de serie decía: ¡Qué ejemplar! A mi hacía pensar que esa frase era como decirle a los otros perros que aprendieran de ese perro a sentarse, saltar, ladrar, etc. Bueno, Jesús, yo no soy un perro pero quiero ser ejemplar y luz para los demás. Quiero hacer las cosas bien y que parezcan buenas.
Sigue por tu cuenta.

Propósito: ser coherente y ser ejemplar.

martes, 7 de junio de 2016

Luz para llevar a Dios

Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en lo alto de un monte (Mt 5, 14).
Jesús, ¿te imaginas que el próximo premio Nobel de Medicina fuese un buen católico? ¿Te gustaría que los cantantes más famosos tuvieran matrimonios unidos, con muchos hijos y que fueran a Misa todos juntos los domingos? Pues claro que sí, y a mí también. Tengo que no me gustan quienes llevan varios rosarios al cuello o en la muñeca y luego se los truenan en clases… Yo sé que para mostrar a mis amigos lo que es ser cristianos no tengo que latigarlos con mi rosario, sino darles ejemplo con mi amistad, con mi estudio, con mi buen humor.
Ver con Jesús cuándo no soy luz para los demás.
Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre (Mt 5, 16).
La verdad, Jesús, es que cuando me dan un 99 en mate o meto un gol de volea y oigo como alguien me dice “¡sos un crack!” me lo creo un poco… ¡Qué sería yo si Tú no me hubieras dado la inteligencia y los músculos! Que no te quite tu gloria. Si no te hubiera conocido, si no me hubieran enseñado a amarte lo mismo sería marero… Que haga como aquel torero que cuando le daban una ovación cerrada y le arrojaban flores, rezaba por dentro: “son para Ti, son para tu gloria”.
Da gracias al Señor por los talentos que te ha dado.

Propósito: Destacar… para gloria de Dios.

lunes, 6 de junio de 2016

Amigos

Al salir de la barca, en seguida le salió al encuentro desde los sepulcros un hombre poseído por un espíritu inmundo, que vivía en los sepulcros y nadie podía tenerlo sujeto ni siquiera con cadenas; porque había estado muchas veces atado con grilletes y cadenas, y había roto las cadenas y deshecho los grilletes, y nadie podía dominarlo (Mc 5, 2-4).
A este pobre hombre no le querían sus amigos y vecinos. Jesús, aquella gente al verle endemoniado en vez de rezar por él y de llevarlo algún rabino para que le hiciera un exorcismo, simplemente lo ataron con cadenas y grilletes. Se quitaron el problema de encima para seguir con su vida. Jesús, a veces me pasa que yo también en vez de ayudar a mis amigos que andan como ensatanados (es decir, portándose mal) les coloco la cadena de la indiferencia y me hago el loco para seguir con mi vida.
Cuéntale a Jesús sobre tus amigos y reza por ellos.
Al ver a Jesús desde lejos, corrió y se postró ante él (Mc 5, 6).
Aquel hombre comienza su curación por ponerse de rodillas frente a Ti. Jesús, que sepa ayudar a mis amigos rezando por ellos y luego animándoles a que se pongan de rodillas en la confesión y la Eucaristía. Jesús, ayúdame a saber querer de verdad a mis amigos. Que no sea indiferente, ni una momia de lento para ayudar a mi familia y mis amigos.
Pídele a Jesús que te aumente la Fe y que te ayude a ser valiente para hacer apostolado.

Propósito: querer de verdad a mi familia y mis amigos.

domingo, 5 de junio de 2016

No ser momia

Al acercarse a la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar un difunto, hijo único de su madre, que era viuda, y la acompañaba una gran muchedumbre de la ciudad. Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: No llores (Lc 7, 12-13).
Jesús, este pasaje me gusta porque veo que tienes iniciativa. Nadie te pidió que fueras a ese pueblo. Tú solito te fuiste a meter en ese lugar. Tú solito buscas consolar a aquella pobre mamá. Tú solito te pones hacer un milagro que nadie te había pedido. Jesús, yo en cambio soy una momia pasmada. Para hacer las cosas me tienen que rogar, y luego las hago a una velocidad de tortuga y a veces con mala cara.
Cuéntale a Jesús en que cosas eres una momia.
Se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron; y dijo: Muchacho, a ti te digo, levántate (Lc 7, 14).
Esta frase me la puedes decir a mi también, especialmente en las mañanas. Te explico, Jesús, cuando duermo, duermo como un muerto y me cuesta mucho levantarme. Siempre me acuerdo de aquel punto de Camino n. 191: Véncete cada día desde el primer momento, levantándote en punto, a hora fija, sin conceder ni un minuto a la pereza. Si, con la ayuda de Dios, te vences, tendrás mucho adelantado para el resto de la jornada. ¡Desmoraliza tanto sentirse vencido en la primera escaramuza!
Háblale a Jesús de cómo es tu levantada.

Propósito: Vivir el minuto heroico.

sábado, 4 de junio de 2016

Inmaculado Corazón de María

El niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo advirtiesen sus padres (…) Al verlo se maravillaron, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira cómo tu padre y yo, angustiados, te buscábamos (Lc 2, 43.48).
Vaya susto que les diste a María y a José. Yo, como no soy Dios, no puedo hacer esas cosas, y siempre he de avisar si me retraso o cambio de plan, además siempre llevo encima el celular. Tú, Jesús, lo hiciste para recordarles tu misión en la tierra. La Virgen no lo entiende, pero te lo pregunta, Ella hacía siempre oración, hablaba contigo para entender.
Pregunta a Jesús lo que no entiendas y pídele ayuda para dar alegrías a María.
Y él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre? (…) Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón (Lc 2, 49.51).
¡Cuántas cosas aprendiste aquel día, Virgen Santísima! Fuiste entendiendo poco a poco, un día lo viste todo claro cuando Jesús hecho ya un hombre se fue a predicar, a realizar milagros… y aunque te gustaba locamente tenerlo en Nazaret no le armaste pleito cuando te dijo que se iba, es más estuviste en las Bodas de Caná que fue su presentación en sociedad. ¡Qué pena me dan esas mamás que no dejan que sus hijos hagan locuras por Dios! “Es pequeño, no conoce mundo…” dicen… y no saben que lo importante es lo que Dios pide a cada corazón.
María ¿qué guardo yo en mi corazón?

Propósito: Abrir el corazón a la voluntad de Dios.

viernes, 3 de junio de 2016

Sagrado Corazón de Jesús Corazón

¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se perdió hasta encontrarla? (Lc 15, 3-4).
Pues depende, Jesús, porque nosotros amamos poco…, pero cuando una cosa me interesa bien que la busco. Me acuerdo el día que perdí mi USB, puse toda la casa patas arriba…, todo un relajo. Tu Misericordioso Corazón, en cambio, siempre sufre cuando me alejo de Ti, y me mandas mensajes y mensajeros para que vuelva. Por eso me sirve tanto mirar el Crucifijo de mi cuarto y cuando me entran tentaciones de ser una oveja perdida miro la llaga de tu costado, de tu pecho, y veo lo que me quieres.
Métete en la llaga del Corazón de Cristo y dile que te cure.
Y, cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso, y, al llegar a casa, convoca a los amigos y vecinos y les dice: Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me perdió (Mt 15, 5-6).
Quiero consolarte, Corazón doliente de Jesús, yo no deseo ser una carga para Ti, haz que nunca me aleje, que no deje nunca la Eucaristía y la oración… Si yo me alegro cuando un amigo mío oveja perdida se vuelve bien portado, ¡cómo de grande será la alegría del Cielo! Se alegra tu Corazón Sacratísimo y tu Madre, todo el cielo y en especial el Ángel de la Guarda del perdido, porque él ayuda al Pastor a encontrar y cargar a la oveja descarriada.
Cuéntale al Corazón de Jesús de tus amigos perdidos.

Propósito: Hacer relajo en el Cielo llevando amigos a la Confesión.

jueves, 2 de junio de 2016

Lo 1ro es saber escuchar

¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús respondió: Escucha, Israel, el Señor Dios nuestro es el único Señor (Mc 12, 28-30).
Jesús, en este año al menos ya van dos veces que sale este pasaje. ¿Qué es lo primero? ¿Qué es lo más importante? Y me respondes: Escucha, Israel…, escucha, Marta; escucha, Andrés; escucha Gabi, escucha… (pon tu nombre). Jesús, al hacer cada día el 3+2, mi rato de oración, no te oigo, me cuesta conectar contigo. Quizá es que tengo que bajar el volumen de mi ruido interior, vaciar la cabeza de pájaros y ponerme a la escucha. ¡Qué alegría cuando sintonizo! ¡Qué maravilla cuando oigo tu voz! Jesús, estoy a la escucha. Pero, por favor, no hables tan bajito.
¿En serio estás intentando escuchar a Jesús en la oración?
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas (Mc 12, 28-30)
Jesús, se ve que no te gusta compartir, ¡lo quieres todo, me quieres del todo! Eso de amarte completamente y con exclusividad me parece ¡tan difícil! Sabes, Jesús, me gusta el tenis y los perros y Batman y, no te rías, Jesús, las papitas fritas con Ketchup, y tantas otras cosas. Jesús, qué bueno eres, porque queriéndote a Ti, con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas, amo todas esas cosas que me gustan y sobre todo amo a mi prójimo.
Cuéntale lo que más te gusta.

Propósito: oír a Jesús en la oración

miércoles, 1 de junio de 2016

Amigos de verdad

(…) ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, cómo le habló Dios diciendo: Yo soy el Dios de Abrahán, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? (Mc 12, 26).
Jesús, este pasaje me gusta porque se nota que cuando hablas de Abrahán, de Isaac, lo haces con cariño, como quien habla de un amigo. Ellos fueron tus amigos y siguen siendo tus amigos en el cielo. Yo también quiero ser tu amigo. Cuando era chiquito lo que me preocupaba era saber si algo era pecado o no, saber si se podía hacer algo o no. Ahora voy entendiendo que muchas cosas se resuelven pensando si eso te gusta o no, si estás contento conmigo o no. Ayúdame a ser tu amigo.
Pregúntale a Jesús que te falta para que seas su amigo de verdad
Ahora bien, Dios no es Dios de muertos, sino de vivos (Mc 12, 27)
Esto de que eres Dios de vivos me hace pensar. Ser vivo es tener chispa, imaginación, creatividad. Yo quiero ser un vivo para quererte y ayudar a los demás a que también te quieran. Jesús, ayúdame a que sea vivo y no una momia lenta y moribunda. No quiero ser un “joven museo” como decía el Papa Francisco; es decir, uno que sabe mucho de muchas cosas, pero que no sabe amarte a ti, ni a los demás.
Sigue por tu cuenta pensando alguna cosa creativa para demostrarle que le quieres y alguna iniciativa para hacer apostolado con tus amigos.

Propósito: Tener iniciativa, en especial en querer a los demás