jueves, 25 de mayo de 2017

Te adoro con devoción Dios escondido

Dentro de un poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver. Sus discípulos se decían unos a otros: ¿Qué es esto? (…) No sabemos lo que dice (Jn 16, 16.18).
Hay veces que pierdo la paciencia con tus discípulos, me desesperan, no se enteran ni se dan cuenta: No sabemos lo que dice… Las palabras de Jesús las entienden hasta los niños pequeños: Jesús les estás hablan­do de tu juego preferido, el ESCONDITE: Dentro de un poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver. Jesús, como te gusta jugar al escondite. ¡Eres un campeón! ¡Qué bien te escondes!: en el sagrario, en los demás. La delicia de Dios es jugar con los hijos de los hombres. Y si Dios quiere jugar conmigo, pues yo, a divertirme.
Intenta descubrir los “escondites preferidos” de Jesús.
Conoció Jesús que querían preguntarle (Jn 16, 19).
Jesús, yo, a veces, tampoco te entiendo; y en vez de preguntarte, me dirijo a otras personas que no me saben dar respuestas. Jesús, que acu­da a Ti. ¡Cómo te gusta que te pregunte! Como me conoces muy bien, siempre me das la respuesta adecuada. Y me hablas en todo mo­mento, pero sobre todo, me das tus mejores respuestas en la oración y después de la Comunión.
Pregúntale a Jesús algo que no entiendas y terminas la oración.

Propósito: ser preguntón.