lunes, 1 de febrero de 2021

En “Cochinolandia” huele mal

 

Ellos le rogaban que se marchase de su país (Mc 5,17).

Te echan; Jesús, te piden que te marches de su país, del país de los cerdos. ¡Qué bárbaros! Los habitantes de aquel lugar Cochinolandia, no te quieren, prefieren vivir con los cerdos o como cerdos. Lo mismo le pasó al Hijo Pródigo: se alejó de su Padre y acabó también en Cochinolandia, cuidando cerdos. Jesús yo no quiero vivir en el país de los cerdos: series de TV, películas sucias, ambientes raros, amistades puercas. Ahí no puedes estar Tú, ¿y yo?… ¡tampoco!

Dile que te dé una buena limpiada a tu corazón, a tus ojos, a tu memoria y a tu imaginación.

Mientras se embarcaba, el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: —Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia (Mc 5, 18-19).

Lee despacito lo que San Josemaría escribió: ¡Qué pena dan esas muchedumbres —altas y bajas y de en medio— sin ideal! —Causan la impresión de que no saben que tienen alma: son... manada, rebaño..., piara. Jesús: nosotros, con la ayuda de tu Amor Misericordioso, convertiremos la manada en mesnada, el rebaño en ejército..., y de la piara extraeremos, purificados, a quienes ya no quieran ser inmundos (Camino 914).

Pregunta a Jesús a quienes puedes rescatar de la piara.

Propósito: hacer apostolado.