En esto una mujer cananea, venida de aquellos contornos, se puso a gritar: ¡Señor, Hijo de David, apiádate de mí! Mi hija es cruelmente atormentada por el demonio (Mt 15, 22).
Jesús, dicen que uno admira en los demás lo que a uno le falta. Pues bien, lo que me impacta y me deja con la boca abierta es la fortaleza de esta mujer para pedirte que la ayudes. Una vez leí que el que tiene la virtud de la fortaleza es aquel con una cabeza de hielo (ideas claras), corazón de fuego (amores encendidos) y brazos de hierro (voluntad firme). A mí Jesús me parece que tengo la cabeza como cóctel de frutas (un revoltijo de ideas), corazón de gelatina (ahora quiero, ahora no quiero) y brazos de flan (aguado hasta no más poder). ¡Ayúdame! ¡Ayúdame a ser necio para el bien, a tener el objetivo claro (cabeza), y amarte (corazón) con obras concretas (voluntad)!
u Pídele a Jesucristo que te preste fortaleza.
Entonces Jesús le respondió: ¡Oh mujer, grande es tu fe! Hágase como tú quieres. Y quedó sana su hija en aquel instante (Mt 15, 28).
¡Qué bárbara esta mujer! Logró arrancarte el milagro. Voló en el amor a Dios muy alto y te arrancó la curación de su hija para que ésta volara también. Jesús, dame fortaleza y constancia para cumplir los propósitos que van saliendo de estos ratos de oración.
u Habla con Jesús sobre los milagros que te gustaría arrancarle.
Propósito: Mi 3+2 todos los días como training en fortaleza.