lunes, 1 de agosto de 2011

¿Ver para creer?

Cuando le vieron los discípulos caminando sobre el mar, se turbaron y decían: Es un fantasma; y llenos de miedo empezaron a gritar. Pero al instante Jesús comenzó a decirles: Tened confianza, soy yo, no temáis (Mt 14, 26-27).

Qué fácil es tener miedo cuando Tú no estás. Jesús, esos pobres apóstoles se llevaron un buen susto, pero por gusto. Mi abuela le gusta decir que cuando uno no debe, no teme. A mí también me pasa lo mismo cuando sé que tengo algún pecado atravesado en el alma ando miedoso y me creo cualquier cuento o superstición, hasta evito pasar por debajo de una escalera o cruzarme con un gato negro. Y me muero de miedo de lo que me pueda decir el sacerdote en la confesión. Y de que me miren que voy a confesarme y de que la gente hable de mí…

u Pídele a Jesús que te dé la valentía de buscar la confesión las veces que haga falta.

Y cuando subieron a la barca cesó el viento. Los que estaban en la barca le adoraron diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios (Mt 14, 32-33).

Jesús, muchas veces necesito ver para creer. Quiero aprender a confiar en Ti sin necesidad de ver milagros. Hoy te digo como en el matrimonio: quiero quererte en las buenas y las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, con ganas o sin ganas…

u Sigue diciéndole que le quieres pase lo que pase.

Propósito: Con lluvia o con sol, todos los días mi 3+2.

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