No estéis agobiados por la vida (…) ¿Por qué os agobiáis por los
vestidos? (…) No andéis agobiados pensando qué vais a comer o beber (…) No os
agobiéis por el mañana (cfr Mt 6, 24-34).
Jesús, estoy agobiado. Mi
mamá ya me llama “el angustias”. Es que lo veo todo taaán difícil, todo taaán
complicado. Seguro que si cae un meteorito me da en la cabeza, y luego en el
cielo me toca detrás de columna. Me agobio con los estudios, con los amigos,
con lo que me pongo, con lo que engorda, con que pierda el Barça, con las
lesiones de CR7, con mis defectos. Y tú, Jesús, en el corazón me respondes: Buscad
el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura. Jesús, que ya no
me dé más vueltas, —que en el fondo es egoísmo. Que piense en los demás y
confíe más en ti, Porque bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad (Mt
6, 8). ¿Incluido lo del Barça?
u Cuéntale a Jesús sobre las cosas que
usualmente te agobian.
Mirad los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin
embargo, vuestro Padre celestial los alimenta (Mc 6, 26).
Jesús, en casa tenemos un
canario y un perico. Se dan la gran vida: todo el día ahí saltando, cantando y
comiendo alpiste siempre fresco. Y yo ¿valgo más que ellos? ¿Seguro? Y me
dices: ¿No valéis vosotros más que ellos? Me consuela saberlo,
ayuda a mi autoestima. Se lo diré a mi hermana.
u Detente a darle gracias a Dios por
todas las cosas buenas que te ha dado.
Propósito: olvidarme de
los agobios.