Dijo Jesús a los judíos: Mi Padre sigue actuando y Yo también actúo.
(…) Os lo aseguro: El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer
al Padre (Jn 5, 17.19).
Jesús, esto que leo El Hijo no puede hacer nada por su
cuenta…, me trae recuerdos de la infancia. Cuando era pequeño, más
pequeño todavía, no te rías, un día mi papá me dijo: Hijo mío ya te estás
haciendo un hombre. Ha llegado el momento de que aprendas a montar solo en
bicicleta. Entonces, quitó las rueditas y agarrándome por detrás me
dijo —Hijo mío, pedalea… Yo pensaba que él me sujetaba: Mi
Padre sigue actuando y Yo también actúo. Y cuando quise mirar para
atrás, estaba, pero lejos. Todo orgulloso me gritaba: —pedalea, pedalea… y
Tú, Jesús, me dices: —Venga, no te pares, así, muy bien…
u ¿En
qué cosas te está pidiendo Jesús que pedalees?
Yo no puedo hacer nada por Mí mismo; (…) porque no busco mi
voluntad, sino la voluntad del que me envió (Jn 5, 30).
Jesús, yo soy un voluntarista; lo que se dice un voluntas.
Me creo que voy a ganar el Cielo, yo solo, a fuerza de bíceps, tríceps y
cuádriceps. Y, de repente: ¡cataplum
chispúm! De buenas a primeras me vengo abajo con todo el equipo. Jesús, que
no me fíe de mí; que sólo me fíe de Ti y de tu Gracia. Ayúdame a buscarte más
en la confesión y la comunión.
u Termina
diciendo: Jesús, hágase tu voluntad… no la mía.
Propósito: pedalear hasta sacarle chispas a la cadena de la bici.