(…) ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, cómo
le habló Dios diciendo: Yo soy el Dios de Abrahán, y el Dios de Isaac, y el
Dios de Jacob? (Mc 12, 26).
Jesús, este pasaje me gusta porque se nota que cuando
hablas de Abrahán, de Isaac, lo haces con cariño, como quien habla de un amigo.
Ellos fueron tus amigos y siguen siendo tus amigos en el cielo. Yo también
quiero ser tu amigo. Cuando era chiquito lo que me preocupaba era saber si algo
era pecado o no, saber si se podía hacer algo o no. Ahora voy entendiendo que
muchas cosas se resuelven pensando si eso te gusta o no, si estás contento
conmigo o no. Ayúdame a ser tu amigo.
► Pregúntale a Jesús que te falta para que seas su amigo
de verdad.
Ahora bien,
Dios no es Dios de muertos, sino de vivos (Mc 12, 27).
Esto de que eres Dios de vivos me hace pensar. Ser vivo
es tener chispa, imaginación, creatividad. Yo quiero ser un vivo para quererte
y ayudar a los demás haciendo apostolado. Jesús, que sea vivo y no una momia
lenta y moribunda. No quiero ser medio pasmado en el amor.
► Sigue por tu cuenta pensando alguna cosa creativa para
demostrarle que le quieres y alguna iniciativa para hacer apostolado con tus
amigos.
Propósito: Tener iniciativa.