sábado, 27 de junio de 2020

Fe

Se le acercó un oficial romano rogándole: "Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama paralítico, y sufre mucho". Jesús le contestó: "Voy a curarlo". Pero el oficial le replicó: "Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero con que digas

Otro pasaje, Jesús, donde se ve que eres el Buen Pastor. Te avisan de aquel hombre enfermo y te pones en camino para ir a curarlo. Aquel centurión te mandó a decir unas palabras que te conmovieron y que nosotros repetimos en la Santa Misa justo antes de comulgar. Si aquel hombre no era digno, imagínate cómo estaré yo. Y eso que hasta en algunas ocasiones me hago el rogado para ir a Misa o para confesarme, o voy de mala cara. ¡Que sepa valorar la Santa Misa y tu presencia real en la Eucaristía!

Repite despacio la Comunión Espiritual.

Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían: "Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande." (Mt 8, 10)

Me costó entender por qué dices que ese hombre tenía una gran fe. Yo hubiera dicho que tenía mucha humildad. Pero le pregunté al sacerdote del colegio y me dijo que era de gran fe porque no necesitaba verte en persona para saber que eras capaz de curar a

Propósito: Pide la fe y concreta cómo la vas a ejercitar.