sábado, 4 de julio de 2020

Reír a carcajadas

Entonces se le acercaron los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos con frecuencia, y en cambio tus discípulos no ayunan? (Mt 9, 14).

Como los apóstoles están junto a Ti, Jesús, vivían con una gran alegría. Y la alegría se les notaba en la sonrisa, en la amabilidad, en el gozo de saber que estaban junto a Ti. Y esto lo entiendo bien, cuando estoy en gracia estoy contento. Cuando me hago el loco contigo o hago algo que sé que no te gusta me entra la tristeza y el andar de malas. Entonces ando peleando, buscando pleito, o molestando a los demás, o hago las cosas buenas como una momia.

Sigue hablándole sobre los momentos en que estás de mal humor.

Jesús les respondió: ¿Acaso pueden estar de duelo los ami­gos del esposo mientras el esposo está con ellos? (Mt 9, 15).

Si estoy contigo, Jesús, debo estar contento. ¿Qué podría entristecerme? A lo mejor, pensar en mis defectos y que no soy perfecto me puede llenar de tristeza; pero tu siempre estar al lado de los que necesitan re­medio. Quizá, entonces, lo que me podría entristecer es no tener algún bien material; pero tu nos enseñas que las cosas de este mundo tarde o temprano desaparecen. Entonces, ¿qué puede haber que me ponga triste? Si cuando algo sale mal o sucede una tragedia, también te pones a mi lado a consolarme y ahí se me va la tristesa.

Cuando te pongas triste, piensa que está Jesús a tu lado, y cuéntale lo que te quita la alegría.

Propósito: reírme un montón.