Márchate
de aquí, porque Herodes quiere matarte» Él contestó: «Id a decirle a ese zorro:
Hoy y mañana seguiré curando» (Lc 13, 31).
Jesús,
y ahora… Herodes. ¡Era un tipo bruto! ¿Por qué permites que haya gente así? Por
una frivolidad mandó degollar al Bautista, al ¡mayor nacido de mujer! Luego, en
la Pasión se reirá de Ti, te ridiculizará vistiéndote con una túnica brillante,
y toda su corte le seguirá la gracia. Es la carcajada cobarde de los miedosos.
Le hizo muchas preguntas, pero Él nada le respondió (Lc 23,9). Tu silencio.
Jesús, no puedes hablar ni con los frívolos, ni con los impuros, porque no
pueden oírle. Antes tienen que limpiar su corazón.
u Para
escuchar a Jesús tengo que limpiar los conductos auditivos del alma. ¿Estoy bien confesado?
¡Jerusalén,
Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te envían! ¡Cuántas
veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a los pollitos bajo las
alas! Pero no habéis querido! (Lc 13, 34).
Jesús,
ahora como entonces, te duele en el alma, te quejas, por la indiferencia de los
hombres. Engendré hijos y los encumbré; ellos sin embargo me despreciaron.
El Buey reconoce a su dueño; y el asno el pesebre de su amo pero Israel no me
ha reconocido ni mi pueblo me ha comprendido (Isaías 1,2). Jesús, yo quiero
estar bajo tus alas siempre.
u Lo que
más duele es la indiferencia de los seres queridos. Reza por ellos.
Propósito: 3+2 todos los días.