miércoles, 7 de diciembre de 2011

Novena de la Inmaculada (8º día) Bendita sea tu pureza…


Cumplidos los días de la purificación de la madre según la Ley de Moisés, llevaron al Niño a Jerusalén para presentarlo al Señor (Lc 2, 22)
Hoy, Madre, vengo a ti para aprender y pedir. Como vengo a aprender me voy a sentar en un rincón de tu casa y te miro. ¡Qué bonita eres, María! Y qué sencilla. Me enamoro de ti y aprendo que la verdadera belleza es la que sale del corazón. También a pedir. Te miro a los ojos y te pido: vísteme con los vestidos de la pureza. Yo necesito cubrir mi corazón y mi vida de esa pureza que tú me darás. Dame el vestido del pudor para no mostrar salvajemente mi intimidad. Enséñame con la modestia a no querer llamar la atención a cualquier precio y saber comportarme como un hijo de Dios. Haz que no descubra mi cuerpo a los ojos curiosos de quien no conoce el amor verdadero.
  • Pide a María cada noche la pureza de corazón rezando las Tres Avemarías y de rodillas.
Yo soy la madre del amor hermoso, del temor, del conocimiento y de la santa esperanza (Eclo 24,24)
Te pido la pureza en mis pensamientos, en mis ojos, en mis miradas, en mis palabras. Te miro y me enamoro de ti. ¡Te saludo, llena de Gracia! Te saludo llena de amor, hermosa sobre todas las mujeres, alegría de la Creación, Madre del amor hermoso. Me acostumbraré a recitar con frecuencia el “Bendita sea tu pureza”.
  • Termina pidiendo el don de la Santa Pureza para ti y los tuyos.
Propósito: Bendita sea tu pureza…


Novena a la Inmaculada
con textos de san Josemaría
Textos de san Josemaría, seleccionados en nueve apartados distintos, uno para cada día de la novena. Los apartados acaban con una breve oración compuesta por san Josemaría, dirigida a Nuestra Madre del Cielo.

Esta imagen perteneció
a la madre de san Josemaría.
Familiarmente le llamaban
“la Virgen del Niño Peinadico”.