lunes, 30 de abril de 2012

Yo soy la puerta


Uno le preguntó: Señor, ¿serán pocos los que se salven? Jesús les dijo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán (Lc 13, 22-24).
Jesús, vaya pregunta más impertinente. Al que la hizo habría que darle el premio al indiscreto del año. Jesús, Tú has venido al mundo porque quieres que todos los hombres se salven (1 Tim 2,4), pero también cuentas con mi libertad: Muchos intentarán entrar y no podrán. Jesús, con tu ayuda yo quiero ser de esos que entran por la puerta estrecha. Y no entrar raspado si no entrar cargado de muchos frutos de apostolado.
u  Dile a Jesús que estás dispuesto a adelgazar para entrar por la puerta estrecha.
Entrad por la puerta angosta, porque amplia es la puerta y ancho el camino que conduce a la perdición y son muchos los que entran por ella (Mt 7,13-14).
También nos lo cuenta San Mateo: junto a la puerta estrecha hay otra ancha que lleva a la perdición. Jesús, la única puerta que merece la pena eres Tú: Yo soy la puerta; si alguno entra a través de mí, se salvará (Jn 10,9). Ayúdame a ser coherente: a trabajar a conciencia, a ser servicial en mi familia, a querer bien a los amigos, a ser constante para rezar…
u  Sigue hablando por tu cuenta.
Propósito: adelgazar.

domingo, 29 de abril de 2012

Buen Pastor, Buen Jesús.


Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas (…) Conozco las mías y las mías me conocen (Jn 10, 11.14).
Somos Templos del Espíritu Santo. Desde el Bautismo Dios nos ha adornado con su Gracia, esperanza, alegría, amor de Dios, ¡tantas cosas buenas! Pasa el tiempo y el tesoro se va enriqueciendo: perlas, rubíes, zafiros, esmeraldas… Son las Virtudes, dones del Espíritu Santo, la Filiación divina. Y todo esto porque Jesús murió en la Cruz por nosotros. Los ladrones conocen la existencia de esos tesoros y esperan el momento oportuno, la ventana mal cerrada para entrar, robar y destruir. Y los ladrones son: la curiosidad, querer llamar la atención, querer probarlo todo, jugar con fuego, la conversación sucia… y como soy medio carreta.
u  Jesús ha dado su vida por mí. Y yo, ¿qué más puedo hacer por Jesús?
Tengo otras ovejas que no son de este redil, a ésas también es necesario que las traiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño, con un solo pastor (Jn 11, 16).
En todos los rebaños hay una oveja que le da por ser original. Ese soy yo. ¡Me encanta llamar la atención!, sobre todo hacer de oveja negra, ser el centro de las conversaciones: me da igual que se hable bien o mal, el caso es que se hable. Y de oveja paso a cabra, cabra malabarista, siempre al borde de precipicio. Hasta que un buen día, ¡Cataplum!: oveja-cabra descalabrada. Y entonces, Jesús, Buen Pastor, me tomas amorosamente y me llevas sobre tus hombros. ¡Qué bueno eres!
u  Dile a Jesús que no quieres ser ni cabra, ni oveja negra, ni carreta.
Propósito: Cuidar los tesoros que he recibido.

sábado, 28 de abril de 2012

Señor, Tú tienes palabras de Vida Eterna


Entonces, oyéndole muchos de sus discípulos, dijeron: Dura es esta enseñanza, ¿quién puede escucharla? (…) Desde entonces muchos discípulos se echaron atrás y ya no andaban con él (Jn 6, 60. 66).  
Jesús, se van, te dejan tirado. Son tus discípulos pero se van. ¿Adónde? ¿Por qué? Se van a sus negocios, a su pueblecito, a su triste y egoísta felicidad. No lo entiendo. Tus palabras, ¡que dan Vida!, son demasiado grandes, demasiado exigentes… Como ahora, también hay cristianos que se escandalizan de la Iglesia, de Cristo: Dura es esta enseñanza, ¿quién puede escucharla? Quizá preferirían un cristianismo más light, más aguado, sin compromiso, más a la medida de su mediocridad.
u  Habla con Jesús y dile que, con su ayuda, tú nunca le dejarás.
Entonces Jesús dijo a los doce: ¿También vosotros queréis marcharos? (Jn 6, 67).
Jesús, somos pocos los que te amamos, y además te amamos poco. Qué doloroso se me hace oírte: También vosotros queréis marcharos. Jesús, ahora, en el momento de la prueba, de la deserción en masa de tantos católicos, es la hora de la Cruz, es la hora de la fidelidad. Por eso te diré como San Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida Eterna (Jn 6,68). Y con la canción: Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad quiero darte mi respuesta.
u  Jesús, que mi amor sea decirte SÍ hasta el final.
Propósito: decir a Dios en todo que sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí y sí.

viernes, 27 de abril de 2012

¡Viva Jesús Sacramentado!


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá eternamente (Jn 6,51).
Jesús, al leer este Evangelio me acuerdo que hablas del maná y lo único que se me viene a la cabeza es Maná, el grupo de rock mejicano. Y ya ves estoy ya distraído con la canción esa que dice así: Desde que te perdí / la luz se ha puesto muy mojada / mirada triste está nublada / Y en mis ojos no ha parado de llover. Te parecerá una tontera, pero me recuerda lo mal que se está sin Ti, cuando te pierdo por el pecado. Solo y ya sin ti / Me tienes como un perro herido / Me tienes como un ave sin su nido / Estoy solo como arena sin su mar.
u  Pregúntate: ¿En qué tipo de ocasiones pierdo a Jesús? ¿Me duele perderle?
Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida Eterna (Jn 6,54).
Jesús, como en la canción te pregunto: Dime que faltó, dime que sobró, dime que pasó / Pero dime algo, pues me estoy muriendo. Y en la oración me respondes que me faltó valentía, me sobró egoísmo, y por eso, pasó… lo que pasó. ¡Qué mal se está sin Ti! ¡No se puede vivir sin Dios! Y vienen las lágrimas del arrepentimiento: Sigue lloviendo, le sigue lloviendo al corazón / Y en mis ojos no ha parado de llover. Bien purificado por la Penitencia me acercaré el Pan de Cielo, a la Eucaristía.
u  Einstein se equivocó: la oración viaja más rápido que la luz. Di despacito una Comunión espiritual.
Propósito: Comulgar a diario.

jueves, 26 de abril de 2012

San Isidoro: Vosotros sois la luz del mundo


Vosotros sois la luz del mundo. (…) No se enciende una luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero a fin de que alumbre a todos los de la casa (Mt 5, 14-15).
Jesús, a veces pienso que soy el patito feo de mi familia, de mi clase, de mis amigos. Y empiezo a darle vueltas: que si nadie me aprecia, que si nadie me quiere, que si no se me valora… y termino convenciéndome de que, en el fondo, será por algo... Y encerrado en mí mismo le doy vueltas y revueltas, tantas que acabo mareado y tristón. Hasta que un día, alguien, me hace caso, se fija en mí y de golpe y porrazo me doy cuenta que no soy tan horrible. Jesús, estas cosas que me pasan son manifestaciones de encerrarme en mí mismo, de egoísmo. Jesús, líbrame de mí mismo.
u  Habla tú con Jesús y dile lo que quieras durante dos o tres minutos.
Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre (Jn 3,15).
Jesús, te contaba eso de darme tantas vueltas y de pensar en mi mismo porque comprendo cada vez mejor que los santos han sido capaces de pensar sólo en los demás. Y yo quiero ser santo. Hoy es la fiesta de San Isidoro, un santo que pensaba en cómo ayudar a los demás y fue el primero en inventarse una enciclopedia. Tal vez yo no escriba una enciclopedia pero quiero liberarme de mí mismo y hacer mucho apostolado y llevarte muchas almas.
u  Pídele a Jesús la gracia de pensar más en los demás.
Propósito: iluminar con mi sonrisa.

miércoles, 25 de abril de 2012

San Marcos: Jesús, descongela mi corazón.


Se apareció Jesús a los Once y les dijo: Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará (Mc 16,15).
Aquel montañero poeta, un día de Pascua, se conmovió al ver despuntar, entre las rocas y la nieve el brote de una flor tierna y elegante: como un estallido de vida, cientos de estallidos, decía. El asombroso descubrimiento le acompañó hasta la cumbre mientras consideraba: El Cristianismo es mucho más que un código de comportamientos éticos, que una ideología o un mensaje filosófico. Para mí es como esa flor en la nieve: Cristo que vive, hoy y siempre. Cristo continuamente resucitando en los corazones de los hombres. Jesús, resquebraja el hielo que cubre mi vida, resucita en mi corazón, dame el deseo de servirte (Julián Herranz, Los atajos del silencio).
u  Dile a Jesús que te aplique maniobras de resucitación cardiaca  contra el egoísmo.
Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes (Mc 16,20).
Jesús, ayúdame a pregonar el Evangelio como hicieron los Once y después San Marcos. Que Cristo viva, ¡resucite!, en el corazón de tantos de mis amigos, de mi familia, de mis compañeros. Con tu Gracia y el fuego de mi amor provocaré el deshielo. Será una nueva primavera del Cristianismo. Que no sea carreta que jalan, que sea apóstol.
u  Pide a Jesús un Cambio Climático que deshiele los corazones de … (háblale de personas concretas)
Propósito: facilitar el cambio climático.

martes, 24 de abril de 2012

Señor, danos siempre de ese Pan


Pues el pan de Dios es el que ha bajado del Cielo y da la vida al mundo. Ellos le dijeron: Señor, danos siempre de este pan. Jesús les respondió: Yo soy el pan de vida (Jn 6, 33-34).
María, Tú eres la mejor panadera del mundo. Algunas veces acompaño a mi mamá a la panadería y me gusta ver los distintos tipos de pan que hay y los quiero todos. Pero hoy lo tengo claro: El mejor pan es tu Hijo, en la Eucaristía. Pan hecho con trigo de primera: Si el grano de trigo no muere al caer en tierra, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto (Jn 12, 24). Madre mía, la Eucaristía es fruto del Amor de tu Hijo en la Cruz; es fruto de tu vientre. Como los discípulos yo también pediré: Señor, danos siempre de este pan.
u  La mejor Panadería la encuentro en la Misa. ¿Por qué no voy más veces?
Jesús les respondió: Yo soy el pan de vida; el que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí no tendrá nunca sed (Jn 6, 35).
Madre mía, lo mío es una adolescencia permanente: Nada me satisface, todo me cansa, me enojo por cualquier cosa Me dicen los amigos que vea esto, haga esto otro, y yo de carreta voy y lo pruebo todo, lo experimento todo y luego…me encuentro en infiernos terrenales. Mi corazón está inquieto, hecho para Dios y solo se satisface con Dios, con el Pan de Vida.
u  Piensa en el Sagrario y dile con el corazón que le quieres.
Propósito: no ser carreta.

lunes, 23 de abril de 2012

Quiero volver a sentir, escuchar solo tu voz


Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí se embarcaron y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús (Jn 6, 22-29).
Jesús, te quieren y te buscan. Tienen que remar con esfuerzo, quizá con el viento en contra, a contra corriente, como esa canción que me gusta tanto: Quiero volver a sentir / Escuchar solo tu voz / Que me diga aquello / Que todas las mañanas repetía en sueños / A contracorriente, a contracorriente Jesús, ser cristiano es saber ir a contracorriente del ambiente dominante, como nos decía Juan Pablo II: La humanidad tiene necesidad imperiosa del testimonio de jóvenes libres y valientes que se atrevan a caminar contracorriente. Jesús, solo a los peces muertos se los lleva la corriente. Y yo no quiero ser pez, y menos muerto.
u  ¿En qué cosas o situaciones te dejas arrastrar por la corriente?
Al encontrarlo en la otra orilla del lago le preguntaron: Maestro, ¿cuándo has venido aquí? (Jn 6, 22-29).   
La corriente —con palabras de Benedito XVI— es el estilo de vida superficial, incoherente e ilusorio que a menudo nos arrastra, nos domina y nos hace esclavos del mal. Y en mi cabeza sigue sonando la dichosa canción: Y salgo y te busco y no veo el momento / Me asusto / Te vuelvo a buscar / Corriendo a contracorriente / Sentir que no te encuentro entre tanta gente / Que viene, que corre / Y no escucha su mente. Jesús quiero escuchar solo tu voz en mi corazón que me dice: Vamos, contracorriente haz apostolado, sé ejemplar…
u  Dile a Jesús que quieres escuchar su voz.
Propósito: ser antídoto, no anti-todo.
Busca la letra de la canción en el Facebook del 3+2.

domingo, 22 de abril de 2012

Paz a vosotros, pez para mí


Mientras hablaban, se presentó Jesús en medio de sus discípulos y les dijo: Paz a vosotros. Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma (Lc 24, 36).
Jesús, la escena debió ser algo realmente divertido. Como para grabarlo y ponerlo en Youtube. Deben de haber puesto una cara de espanto impresionante. La culpa quizá era de Pedro que por la noche antes de dormir, junto al fuego, contaba a los demás historias de fantasmas, y luego pasa lo que pasa... Jesús, tengo que reconocer que yo también, a veces tengo miedo, pero fíjate, tengo miedo de ti, porque pienso que me vas a pedir unas cosas que no quiero acabar de soltar.
u  Dile a Jesús que te quite los miedos a ser generoso.
Seguían atónitos, les dijo: ¿Tenéis ahí algo que comer? Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado (Lc 24, 39).
Jesús, tus discípulos, además de miedosos están atontados. Se quedan ahí, alelados, sin saber que hacer… Pero lo más chistoso es lo del trozo de pez asado. ¿De dónde saldría? Quizá eran las sobras de la cena de la noche anterior. En este detalle quiero ver la mano de tu Madre la Virgen: Guárdalo para mañana, —diría—, que sirve. Es como el otro gesto de recoger las sobras en los milagros de las multiplicaciones. ¡Qué bonito! Los grandes milagros se acompañan del cuidado de las cosas pequeñas, de no dejar tirada las cosas.
u  Jesús, que sepa estar en los detalles, en el cuidado de las cosas pequeñas.
Propósito: arreglar mi cuarto.

sábado, 21 de abril de 2012

Soy Yo, no tengáis miedo


Habían remado uno, cinco o seis kilómetros, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago y se asustaron. Pero Él les dijo: Soy yo, no temáis (Jn 6, 20).
¡No tengáis miedo!, ¿te acuerdas? Era Juan Pablo II recién elegido Papa, asomado a la ventana de San Pedro ante miles de personas. Años más tarde, Benedicto XVI, también en la misma Plaza, añadió: —¡No tengáis miedo de Cristo! ¡Él no quita nada y lo da todo! Jesús, me pasa como a los Apóstoles en medio de la tormenta del lago de Tiberiades, cuando caminando sobre las aguas te confundieron con un fantasma. ¡Soy Yo, no tengáis miedo! Subiste a la barca y cesó la tempestad. Jesús, ¡que no te tenga miedo!, ¡qué no te tenga miedo! Pídeme lo que quieras.
u  Di a Jesús que con Él no tienes miedo a nada ni a nadie, sólo tienes miedo de perderle.
Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, hacia la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, e hizo ademán de pasar de largo (Mc 6, 48).
Jesús, ese gesto tan tuyo hizo ademán de continuar adelante, me encanta. Lo hiciste con los discípulos de Emaús y ahora en medio del lago. Tantas veces, Jesús, pasas cerca de mí y no me entero. Los de Emaús le retuvieron diciéndole: Quédate con nosotros. Jesús, que te sepa descubrir y sobre todo retener: ¡Quédate conmigo! Yo nunca te dejaré.
u  Dile a Jesús que te pida lo que quiera.
Propósito: decirle que sí a Jesús.

viernes, 20 de abril de 2012

Dejarse mirar por Jesús


Jesús, al levantar la mirada y ver que venía hacia Él una gran muchedumbre, dijo a Felipe: ¿Dónde compraremos pan para que coman éstos? (Jn 6, 5).
Jesús, levantas la mirada y ves a la muchedumbre. Pero no ves a la multitud, nos ves a cada uno, me ves a mí. Como nos dice el Papa: La mirada conmovida de Cristo se detiene también hoy sobre los hombres y los pueblos. Con su mirada abraza a las multitudes y a cada uno. Jesús, cómo me gusta sentir tu mirada. De un vistazo borras de mi alma cualquier preocupación inútil, de amargura. Jesús, mírame, mírame mucho. Y es que cuando me miras y te miro, sé muy bien que me vas a pedir algo grande… como dar de comer a una multitud.
u  Deja que Jesús te mire un rato cada vez que vayas a verle al Sagrario.
Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces (Jn 6, 7).
Jesús, este muchacho me da envidia. Yo en su lugar me hubiera hecho el loco al oírte decir a los apóstoles que buscaran comida para dársela a la muchedumbre. Tal vez lo miraste a ese muchacho, y él comprendió que esa mirada valía la pena darlo todo. Apuesto lo que quieras que tu mirada es muy parecida a la mirada de la Virgen. Y así no vale. Porque tanto Tú como María con una mirada son capaces de derretir los corazones más duros para que se den del todo. Ni Superman tiene una mirada así.
u  Y yo, ¿qué puedo dar a Jesús?
Propósito: darme del todo.

jueves, 19 de abril de 2012

Cantaré tus alabanzas, Señor


El que es de la tierra, de la tierra es y de la tierra habla (Jn 3, 31).
Jesús, y yo, ¿de qué hablo? ¿Cuál es el tema de mi conversación?, ¿con mis amigos, en clase? ¿De qué hablo? El que es de la tierra, de la tierra es y de la tierra habla ¡Qué vergüenza me da reconocerlo, Jesús!: Resulta que no es que hable de la tierra, sino del estiércol; hablo de la última cochinada de la televisión, del último chisme, chismeando sin pudor de todo y de todos. Y, para no quedarme atrás, también yo echo leña al fuego... Otras veces escucho, y mi silencio me hace cómplice de tanta palabra mala. Jesús, y pensar que Tú ¡lo oyes todo! Nunca más Jesús. Si no es para hablar bien, mejor calladito.
u  Jesús, que siempre mis comentarios y palabras sean limpios.
El que viene del Cielo está sobre todos y da testimonio de lo que ha visto y oído (Jn 3, 31).
Jesús, no quieres que esté callado, si no todo lo contrario. Prepárate boca, prepárense cuerdas vocales, porque nos vamos a lanzar al apostolado. Jesús, quiero hablar mucho de ti, mucho. No solo hablar, sino también cantar. Que todos mis amigos, mi familia, mis compañeros se enteren de la alegría que me llena el alma. Voy a hablar hasta quedarme afónico, como Tú, Jesús mío, que das testimonio de lo que has visto y oído (Jn 3, 31).
u  Hablar de Jesús hasta perder el habla y después por señas o por escrito.
Propósito: hacer apostolado.

miércoles, 18 de abril de 2012

Tanto amó Dios al mundo…


Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca sino que tenga Vida Eterna (Jn 3, 14).
Si leo despacito esa frase del Evangelio, Jesús, me quedo patidifuso, pasmado, atontado, lelo, tarado, etc. Tan grande es el amor de Dios Padre por nosotros los hombres, por mí, que nos da lo mejor que tiene, es decir a su Hijo Unigénito. Jesús, ¡qué grande es tu Padre, mi Padre Dios! Ante este amor que se desborda en generosidad me pongo colorado de pensar lo egoísta, agarrado y codo que soy con Dios. En vez de darle a Dios algo, lo único que hago es pedir, pedir y pedir. ¡Ayúdame, Jesús, a ser generoso!
u  ¿En qué cosas no eres generoso con Dios? Háblalo con Jesús.
Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar el mundo, sino para que el mundo se salve por Él (Jn 3,16).
Jesús, tu si que eres el mejor amigo. Ahora me explico esa amistad tan buena y fuerte que había entre don Pedro y San Josemaría. Como los dos eran muy amigos tuyos se sabían querer de verdad entre los dos. Yo sigo con lo mismo de ayer y te vuelvo a pedir que me ayudes a querer bien a los demás, que sepa rezar por mi familia y mis amigos, que los lleve a Ti y les hable de la Confesión y de la Eucaristía.
u  Platícale a Jesús sobre tu familia y tus amigos. Concreta cómo ayudarles y quererles mejor.
Propósito: Querer bien a los demás.

martes, 17 de abril de 2012

San Pedro Poveda


Si os he hablado de cosas terrenas y no creéis, ¿cómo ibais a creer si os hablara de cosas celestiales? (Jn 3, 12).
Jesús, hoy nos han contado una historia buenísima en el colegio. San Josemaría tenía un amigo, que era sacerdote, llamado Pedro Poveda. Eran muy amigos y antes de que estallara la guerra civil española, tanto don Pedro como San Josemaría había hablado sobre la posibilidad de que los podían matar en esa guerra. Acordaron los dos que si alguno moría, desde el cielo seguirían ayudando al que se quedara en la tierra. La cosa es que a don Pedro lo mataron, y San Josemaría estaba seguro que su amigo desde el cielo le seguiría ayudando.
u  Habla con Jesús sobre tus amigos. ¿Tienes una amistad así de fuerte como la de don Pedro y San Josemaría?
Pues nadie ha subido al Cielo, sino el que bajó del Cielo, el Hijo del Hombre (Jn 3, 13).
Pero la historia no acaba, Jesús. Dicen que cuando San Josemaría se enteró de que su amigo Pedro había sido asesinado, lloró durante un buen rato. Pero que después se encontraba sereno y contento porque estaba convencido que sigue queriéndonos desde el cielo. A mi Jesús, esta historia me hace pensar que te tengo que pedir que me ayudes a querer bien a la gente, querer de verdad a mi familia y a mis amigos. Que por cualquier cosita me peleo con ellos, o lo peor que hay días que no rezo por ellos.
u  Sigue hablando con Jesús sobre la forma de querer mejor a tus amigos.
Propósito: querer de verdad a los amigos.

lunes, 16 de abril de 2012

Me esperaba quien yo sabía, en donde nadie parecía


Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Este fue a ver a Jesús de noche (Jn 3,1).
Jesús, a Nicodemo le gustaba la noche, como a mí que soy bastante ave nocturna y bastante Nicodemo… Me pasa que llega la noche y tengo ganas de jugar, hablar y hasta de ponerme a trabajar. Una vez me contaron que el deporte de San Josemaría consistía en asaltar sagrarios: donde veía una iglesia se imaginaba que entraba para acompañarte y eso a mí me ha dejado pensando. Pienso que en las noches Tú estás en aquellos sagrarios que conozco y me voy con el pensamiento a acompañarte y hablamos y hablamos de tantas cosas.
u  Dile que te ayude a no andar dándole vueltas a cosas sin importancia en la noche, que quieres que el último pensamiento antes de dormirte sea para Él.
Así es todo el que ha nacido del Espíritu (Jn 3,8).
Siguiendo con lo de la noche, Jesús, siempre he querido saber cómo era tu casa en Nazareth. Como en esa época no había luz, ni TV, ni nada de nada, supongo que a veces te quedarías platicando con San José y se te iría pasando las horas. De repente, aparecía María y se haría la enojada para que se fueran a acostar. Y Tú con San José le darían un beso a María y la acababan convenciendo para que se quedara a platicar.
u  ¿Estás rezando tus tres avemarías antes de acostarte? Son el beso a María.
Propósito: el último pensamiento de la noche para Jesús, María y José.

domingo, 15 de abril de 2012

Domingo de la Divina Misericordia: Señor mío y Dios mío


Tomás, uno de los Doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús (Jn 20, 19).
Jesús, ¿y dónde estaba Tomás? Siempre me ha parecido un misterio: ¿Qué estaría haciendo? ¿Dónde se habría metido? Está claro que, en ese momento, su sitio era estar con la Virgen Santísima y los apóstoles. Ese día se despistó, hizo su plan: yo, a lo mío… Jesús, yo como Tomás, tantas veces a lo mío, a mis planes, a mis gustos, a mi TV, a mi egoísmo. Jesús, rompe mi egoísmo. Que esté con los demás. Que me sienta miembro de tu familia la Iglesia y hermano de todos los hombres. Dame un corazón grande como el tuyo.
u  Concreta cómo romper tu egoísmo… decídete a meterte en una catequesis, hacer visitas a pobres, ayudar más en tu casa, etc.
(…) no estaba con ellos cuando vino Jesús (Jn 20, 19).
Tomás volvió triste, melancólico y desesperanzado. ¡Hemos visto al Señor! (Jn 20, 25). No se lo podía creer, no lo quería creer. Si no veo la señal de los clavos…, y si no meto mi dedo en esa señal…, y mi mano en su costado, no creeré (Jn 20, 25). ¡Qué bruto eres Tomás! Es el egoísmo y la desconfianza lo que nos impide ver a Jesús, lo que nos lleva a criticar y a ver intenciones torcidas. A los ocho días (…) se presentó en medio (Jn 20, 26). Tomás, el incrédulo, por fin vuelve con los suyos. Son las heridas de Cristo lo que le convence: ¡Señor mío y Dios mío!  Y yo, ¿ya he vuelto?
u  Repite muchas veces: ¡Señor mío y Dios mío!, y luego terminas.
Propósito: cuéntale a Jesús el chiste de los jaguares.
¿No te lo sabes? Búscalo en el Facebook.

sábado, 14 de abril de 2012

Sábado de Pascua: Alégrate Reina del Cielo


Habiendo resucitado, al amanecer del primer día de la semana, se apareció, en primer lugar, a María Magdalena (Mc 16, 9).
Una cosa que no me gusta de Marcos, el evangelista, es que no nos cuenta lo evidente. ¡Aquí falta algo! No nos dice lo evidente: que Jesús se apareció en primer lugar a su Santísima Madre, nos has dejado como novia de pueblo, vestida y esperando en el altar. ¡No iba a ser de otra manera!: María, la Madre de Jesús, esperaba el amanecer del domingo con fe, esperanza y amor. ¡Madre!, le dijo Jesús, ten fe porque al tercer día volveré, al tercer día resucitaré. María lo sabe y pasa toda la noche en oración.
u  Hoy sábado acompaña a la Virgen. Dile lo mucho que tú también quieres a Jesús.
Habiendo resucitado, al amanecer del primer día (Mc 16, 9).
La luna ya se ha ocultado. Un rayo de luz penetra en la habitación. Nace el nuevo sol con más alegría que nunca: ¡Es el Domingo de Resurrección, el Día del Señor! Santa María está despierta, en espera. Con las primeras luces, una voz inconfundible: —¡Madre!, —¡Hijo mío!, Jesús mío. María cae de rodillas y Jesús la levanta y la abraza. Los Ángeles que contemplan emocionados la escena no pueden contenerse ya más y cantan a pleno pulmón (uno que otro habrá desafinado por la emoción, como me pasa a mí): Alégrate, Reina del Cielo, aleluya / Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya / Ha resucitado, según predijo; aleluya / Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya / Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
u  Sigue saboreando el Regina Coeli como si fuera un caramelo.
Propósito: rezar el Regina Coeli.

viernes, 13 de abril de 2012

Viernes de Pascua: El amor no es ciego, dilata las pupilas


Les dijo Jesús: Muchachos, ¿tenéis algo de comer? Le contestaron: No. (…) Cuando descendieron a tierra vieron unas brasas preparadas, un pez puesto encima y pan. (…) Jesús les dijo: Venid y comed (Jn 21, 5.9).
Jesús, les demuestras con muchos detalles a los apóstoles lo mucho que les quieres. Sabes que han estado trabajando, Tú tienes que decirles y enseñarles cosas muy importantes, pero lo primero es que te preocupas de que coman. Y no te limitas a decirles que busquen comida, si no que Tú mismo les cocinas. Jesús, quiero aprender a servir y a querer a los demás como Tú les quieres y sirves. Que no me vuelva una persona que se limita a dar buenos consejos (por ejemplo: ¿estás cansado? Descansa; ¿Tenés hambre? Busca qué comer), si no que sirva a los demás.
u  ¿Conozco los gustos de los demás? ¿Me adelanto a servir, especialmente en mi familia?
Aquel discípulo a quien amaba Jesús dijo a Pedro: ¡Es el Señor! (Jn 21,7).
Jesús, Juan tenía una vista de lince, de águila. La barca estaba bastante lejos, pero bien que te reconoció. Dicen que el amor es ciego, pero resulta que es al contrario: El amor dilata las pupilas. Pero hay algo que no me parece bien: Jesús, ¡menuda caradura la de San Juan! ¿¡Cómo si yo no te amara, tanto o más…!?. Que San Juan me perdone, pero eso de decir que él es el discípulo amado no me parece bien. Y en el fondo de mi corazón oigo que me dices: obras son amores y no buenas razones.
u  Compite con San Juan en el amor a Jesús. A ver quién gana.
Propósito: ganarle a San Juan.

jueves, 12 de abril de 2012

Jueves de Pascua: Jesús, que no te tenga miedo


Jesús se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Se quedaron aterrados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. (…) Mirad mis manos y mis pies: Soy yo mismo. Palpadme y comprended (Lc 24, 36.39).
Jesús, tus apóstoles eran unos miedosos: Se quedaron aterrados y llenos de miedo. ¡Te confundían con un fantasma, y eras Tú! Seguro que les querías dar un buen susto y te morías de risa viéndoles así todos espantados. Jesús, tengo que reconocer que, a veces, también me pasa lo mismo: En la oración te tengo delante, te miro con cariño, te hablo y… ¡me das miedo! Pienso que me vas a pedir demasiado, que me vas a complicar la vida. Jesús, si me ves con cara de susto, ríete un poco de mí. Fíjate que hasta para confesarme me da un poco de miedo.
u  Atrévete a decirle a Jesús que te enseñe sus llagas. Comprobarás lo mucho que te quiere.
Como no acabasen de creer por la alegría y estuvieran llenos de admiración, les dijo: ¿Tenéis aquí algo que comer? Entonces ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Y tomándolo comió delante de ellos (Lc 24, 41-43).
Jesús, lo que no termino de entender es que, queriéndote tanto, tus discípulos te dieron para comer pescado... ¡Qué horror! Tengo que reconocer que a mí el pescado no me gusta mucho. Ya ves, estoy lleno de tonterías. Jesús, ayúdame a detectar y superar tantos remilgos y caprichos. Y sobre todo a no tener miedo a que me pidas lo que sea.
u  Para no ser miedoso y ganar en fortaleza y generosidad, haz una pequeña lista de caprichos que te vas a quitar.
Propósito: repetir pescado y no ser tan miedoso.

miércoles, 11 de abril de 2012

Miércoles de Pascua: Jesús, quédate conmigo


Quédate con nosotros, Señor, porque atardece y el día va de caída.
Jesús, quédate con nosotros, te suplicaron, y Tú aceptaste. Cuando los discípulos de Emaús te pidieron que te quedaras con ellos, Tú, Jesús, les contestaste con un don mucho mayor. Mediante el sacramento de la Eucaristía encontraste el modo de quedarte en ellos. Recibir la Eucaristía es entrar en profunda comunión con Jesús, escribió Juan Pablo II. Hoy te pido Jesús, que me aumentes la Fe para saber apreciar y agradecerte que te hayas quedado en la Eucaristía. Quiero sacarle mucho provecho a mis comuniones.
u  Agradécele que se haya quedado en la Eucaristía.
¿No es verdad que ardía nuestro corazón dentro de nosotros, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras? (Lc 24, 35).
Pues esto me pasa a mí cuando comulgo. Más o menos. Me sucede, Jesús, que a veces al comulgar me lleno de fuerzas, de ánimo, y de ideas de lanzarme a cambiar al mundo y a mi familia y amigos. Salgo como lleno de fuerza y alegría. Otras veces comulgo y ando bien perdido pensando en el fut: que si Cristiano es mejor que Messi, que si en la Champions se irá a dar ese cruce de partidos, que si Mou se queda o si Pep se va a México… Soy un gran burro, perdóname Jesús.
u  Pídele a la Virgen que te enseñe a comulgar con fruto.
Propósito: Repetir la Comunión Espiritual.